La bisexualidad sigue siendo una orientación invisible en términos de representatividad, tanto en medios de comunicación, como en el activismo.
En el día contra el LGBTIOdio, es importante reconocer esa forma de discriminación.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh-Biobío) denunció que un hombre propinó un ataque incendiario al Club Social Lésbico Frida Kahlo, una discoteca de la ciudad de Chillán a la que concurren lesbianas.
Luego de ser intimados por el representante diplomático del gobierno de Vladimir Putin en Buenos Aires, las autoridades de la señal deportiva lamentaron “haber incomodado ofendido” a las autoridades de la Federación Rusa. Pero nada dijeron de las políticas represivas y violatorias de los derechos humanos que ese país tiene hacia el colectivo LGBTIQ+. En la Defensoría del Público ya tiene varias denuncias.
Fue un día importante en el juicio por el travesticidio de Diana Sacayán: el activismo lo destacó con fuerte presencia adentro y afuera de los Tribunales porteños, donde se realizan las audiencias. Ayer empezó la etapa de alegatos. El primero que se escuchó ante el Tribunal Oral Criminal nro. 4 fue el de la querella familiar, representada por la abogada Luciana Sánchez.
En esta columna de radio que hacemos en No se puede vivir del amor con Franco Torchia, hablamos sobre las movilizaciones que se organizaron en Paraná (Entre Ríos) y la Ciudad de Buenos Aires para pedir la absolución de Joe Lemonge y de los alegatos en el juicio por el travesticidio de Diana Sacayán.
La docente Quimey Ramos dice que el cupo laboral trans no está «teniendo vigencia» y promueve una campaña nacional para que se ponga en marcha.
A una semana de la condena a Joe Lemonge, activistas LGBT se movilizaron frente al Congreso Nacional para pedir su absolución y denunciar el accionar discriminatorio de la jueza Cristina Lía Vandembroucke y del fiscal Santiago Alfieri.
Por Florencia Capella Guión: Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña ]]>
Al fútbol y a la publicidad, en los últimos (por lo menos) 20 años de historia, no les pasó nada. Ninguna fuerza social, ningún avance normativo, ningún giro y sobre todo, ninguna simulación. Son dos zonas poderosísimas de la sociedad que no necesitan siquiera fingir adecuación o asumir compromisos públicos.
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