Mónica Astorga, la «monja de las trans», dejó la Iglesia pero no la solidaridad

La “Hermana Mónica” se hizo conocida en las últimas décadas por su lucha por los derechos de las mujeres trans y travestis. Desde Neuquén, donde fue Madre Superiora, militó por el acompañamiento y acceso a la vivienda, que se materializó en una cooperativa. Tuvo el apoyo del Papa Francisco pero no fue suficiente: su defensa de la diversidad sexual le valió el alejamiento de la Iglesia, aunque no de la fe. Hoy vive en la Ciudad de Buenos Aires, estudió podología, y continúa su vocación de servicio.