2018: un ataque o asesinato cada 3 días contra LGBT en Argentina

En 2018 en Argentina existieron, por lo menos, 94 crímenes de odio, donde la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las víctimas fueron motivo de discriminación y violencia. Esto es: un asesinato o ataque cada 77 horas.

Informe de Rosario Marina

En 2018 en Argentina existieron, por lo menos, 94 crímenes de odio, donde la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las víctimas fueron motivo de discriminación y violencia. Esto es: un asesinato o ataque cada 77 horas. Aunque representa una disminución respecto del año 2017, donde se contaron 103, es muy poca la diferencia que se registra.

De todos los crímenes de odio ocurridos entre el 1 de enero y el 31 de octubre de este año, 23 fueron asesinatos y el resto casos de violencia física que no terminaron en muerte. Los datos surgen del informe anual de la Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros, que recoge información de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, de medios de comunicación y de organizaciones LGBT.

[LEE TAMBIÉN: Avanza “ideología del odio” contra personas LGBT en América Latina]

Quedan afuera casos desconocidos, de provincias o ciudades que no cuentan con defensorías que tengan perspectiva de género. En el mismo informe se advierte: “Es imposible registrar las violencias que sufren a diario las personas del colectivo LGBT. En este informe sólo se tienen las que llegaron a los medios o fueron denunciadas”.

Del total de las personas de la comunidad LGBT víctimas de violencias por prejuicios registradas, el 50% de los casos corresponden a mujeres trans (travestis, transexuales y transgéneros), en segundo lugar, con el 38%, se encuentran los varones gays cis, en tercer lugar, con el 11% de los casos le siguen las lesbianas y por último con el 1% los varones trans.

[LEE TAMBIÉN: Audiencia ante la CIDH: informan sobre aumento de violencia hacia personas trans en Argentina]

Según el registro que lleva el Archivo de Memoria Trans y otres activistas junto con la Hermana Mónica Astorga, una monja de clausura de Neuquén, fueron asesinadas 11 mujeres trans en Argentina durante 2018. En muchos casos no se sabe dónde fue o qué edad tenían. Esos datos se registran a través de las redes sociales y de las redes de trans que avisan si alguna amiga o compañera falleció, cómo y dónde. Además, cuentan más de 70 trans fallecidas en total, muchas por falta de acceso a la salud, víctimas de “travesticidio social”.

Según el informe parcial del Observatorio de Femicidios del Defensoría del Pueblo de la Nación se registraron 6 trans asesinadas. Representan el 2,4% de las víctimas de femicidio. En este caso se relevaron los asesinatos a mujeres (niñas, adolescentes y/o adultas), personas trans, perpetradas por hombres por razones asociadas con su género, caratuladas como femicidio o por muerte dudosa bajo sospecha de femicidio y, también, los casos de femicidios vinculados. Los datos son el resultado del análisis de la cobertura de noticias entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2018.

Según el relevamiento, las víctimas tenían entre 22 y 49 años. La forma en que fueron asesinadas: apuñaladas, descuartizadas, quemadas, estranguladas y baleadas.

Asesinatos

En la mañana del domingo 14 de enero, dos mujeres fueron asesinadas a cuchillazos en Río Nio, un pequeño poblado a 60 kilometros al noroeste de la ciudad de San Miguel de Tucumán. Lourdes Reinoso, una joven trans de 30 años, y su tía abuela Francisca Ofelia Palacio, de 80 años, fueron atacadas con arma blanca presuntamente por la expareja de Lourdes.

 

En la misma provincia, el 17 de abril encontraron a Cynthia Moreira, pero hacía casi dos meses que su familia y sus amigas la buscaban desesperadas. Cynthia era una joven trans de 25 años. Cynthia no fue la primera: Tucumán es una de las provincias más violentas de la Argentina para las personas trans.

Adriana Bonetto tenía 45 años y vivía en San José del Rincón, provincia de Santa Fe, donde fue asesinada. El 7 de febrero la encontraron muerta una amiga y su ahijada. Cuqui, como la conocían sus amigas, estaba envuelta en una sábana ensangrentada y tenía múltiples heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo.

En marzouna joven trans de 24 años fue asesinada en la misma provincia. El cuerpo estaba carbonizado, la encontraron en un basural de Recreo -a 14 kilómetros de la capital provincial-. Su identidad fue confirmada días después. El nombre de la víctima es Sol, pero la Justicia no respetó su identidad de género y se refierió a ella con las iniciales de un nombre de varón.

A D.J.A., de 65 años, lo asesinaron a golpes y con dos puñaladas. El 4 de abril lo encontraron tendido en la cama en su casa de la localidad bonaerense de Béccar, en el partido de San Isidro. Dos días después, un hombre de 29 años fue detenido por el crimen. Un perfume fue la clave que condujo a la investigación al presunto autor del asesinato. Integrantes de Conurbanos por la diversidad pidieron que el hecho se investigue como un crimen de odio.

Ataques y agresiones callejeras

El 22 de marzo cerca de las 18, a la salida del subte que da sobre calle Corrientes, en Ciudad de Buenos Aires, a Sofía Del Valle la agarraron del cuello y llevaron a unos metros para pegarle. Ya la habían atacado dos veces más por la espalda. Es el mismo grupo de varones que le pega siempre por lesbio-odio. “No queremos raritos en el barrio. Sabemos que fuiste con la yuta, lesbiana de mierda”, le dijeron la última vez.

El 24 de marzo Matías Villalba y Ariel Croce fueron atacados por dos hombres cuando llegaban a la estación de trenes General Roca de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Eran cerca de las 7 de la mañana. El 28 radicaron la denuncia en el Inadi.

Fernando Adrián Albornoz tiene 34 años y es activista LGBTI. El 23 de abril, cuando llegaba su casa en un edificio del Barrio Norte de la Ciudad de Buenos Aires, fue agredido por un vecino: lo empujó contra el espejo del ascensor y le dijo: “No quiero ver ni putos ni maricas en mi edificio. Si te vuelvo a ver acá te mato”.

El 23 de julio, en la ciudad de La Plata, Hermann Müller, un actor de 30 años, fue agredido en un ataque de odio. “¡Este es puto, vamos a matarlo!”, le dijeron dos varones antes de atacarlo. Hermann siguió caminando pero cuando quiso darse cuenta ya lo estaban golpeando. Según relata, en la comisaría no quisieron tomarle la denuncia.

El sábado de esa misma semana, Jhonan de la Barrera y su pareja fueron golpeados por un grupo de varones también en la capital bonaerense. Y el domingo a  lo asaltaron y agredieron al grito de “boliviano de mierda” y “puto de mierda”. Tres hechos en una semana que prendieron una alerta para la ciudad.

Cristina Espíndola, una mujer trans, denunció ante la Justicia que el sábado 8 de septiembre fue agredida y golpeada en un acuario de la localidad de Escobar, provincia de Buenos Aires. Y más tarde, grabó un video que subió a Facebook contando lo sucedido.

Mirna Antonella Di Marzo, mujer trans de 30 años, fue atacada a fines de octubre por un hombre a la salida del boliche Caribe en la ciudad de General Gûemes, a 50 km de Salta Capital. No fue la primera vez que Mirna era agredida por violencia por prejuicios hacia su identidad de género.

El miércoles 10 de octubre, cuando Fernando salía de su casa una patada en la pierna, justo debajo del gemelo, le hizo perder el equilibrio. Era Matías Álvarez, el mismo vecino que en abril le pegó y amenazó de muerte. Mientras le pateaba la cara en el piso, le dijo: “Puto de mierda ya te advertí que te vayas de acá. Me cagaste la vida”, en referencia al proceso judicial que enfrenta por la denuncia del primer ataque

El domingo 21 de octubre a las once de la noche, Tomás y Joaco estaban cenando en la pizzería ‘Academia della Pizza’ del barrio de Palermo, en Ciudad de Buenos Aires. “Nos corrieron y cuando nos alcanzaron nos separaron, el mozo que nos atendió y el cocinero me pegaron en la cara y en la espalda, me golpeé la pierna contra el piso. Nos tenían agarradxs del brazo, eran mucho más grandes que nosotrxs”, explicó Tomás al día siguiente.

El 1 de diciembre Federico Pasquali fue golpeado por tres empleados de seguridad del boliche Mata Mua de Ramallo, provincia de Buenos Aires y terminó hospitalizado con una sutura en el ojo, fractura de tabique y daños en la cavidad orbitaria.

Violencia institucional

El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná con asiento en La Paz (Entre Ríos) decidió condenar a Joe Lemonge, un varón trans, por considerarlo “autor material de homicidio en grado tentativa” a una pena de cinco años y seis meses de prisión. La lectura de la sentencia empezó poco después del mediodía y duró casi dos horas. Durante toda la audiencia, Joe fue tratado en femenino a pesar de que su identidad autopercibida es masculina.

 

Desde OTRANS Argentina denunciaron una brutal golpiza y amenazas que recibió una trans el 26 de noviembre por un efectivo policial de la comisaría 9na de la ciudad de La Plata. Según la denuncia, que fue radicada ante el Auditor General de Asuntos Internos, Ambar fue interceptada por un policía que, sin mediar palabra, comenzó a golpearla y la amenazó poniéndole su arma en la cabeza, le tiró de los pelos, le golpeó los senos, donde presentan moretones y arañazos, tirándola al piso y generandole hematomas en las rodillas y piernas.

Discriminación

Florencia B. (27 años) e Irupé B. (23 años) son novias. El viernes 20 de abril fueron agredidas por el dueño de un supermercado de Morón (Gran Buenos Aires) mientras hacían compras. La pareja hizo la denuncia ante el Unidad Fiscal de Investigación Nº 2 de Morón y en el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (INADI).

En la madrugada del domingo 6 de mayo, un jugador del Córdoba Rugby Club ingresó con un grupo de varones a una fiesta en el bar LGBTI Casa Warhol de la ciudad de Córdoba y después de una seguidilla de amenazas e insultos, atacó con violencia a una de las dueñas e insultó a su socio. Ya radicó la denuncia en fiscalía.

Carolina Perona denunció a las autoridades del Instituto Madre de los Emigrantes (IME), de La Boca (CABA) por no incorporarla al plantel docente cuanto se enteraron que se iba a casar con una mujer. Ya presentó la denuncia ante el Inadi y ahora avanza hacia un juicio laboral.

Al salir de la Fiesta Plop, una conocida fiesta gay de Buenos Aires, a Emanuel Moyano no lo quisieron dejar subir al colectivo. “Encima de discapacitado, puto”, le dijo el chofer del interno 3004 de la línea 168, de la empresa Expreso San Isidro. Cuando estaba por bajarse, los pasajeros lo apoyaron y se plantaron al colectivero.

El 7 de septiembre, Oscar Perassi, subdirector de Políticas Vecinales, trató como “señor” y “caballero” a Noemí Maldonado, presidenta de la junta electoral de un centro vecinal, según la denuncia presentada en el Inadi. Las organizaciones de la diversidad exigieron su renuncia.

El 28 de septiembre, un alumno del Colegio Santa María de la ciudad de Salta decidió visibilizar su homosexualidad y empezar a usar una pulsera con la bandera de la diversidad. De inmediato, las autoridades le dijeron que eso no era posible en la institución.

A principios de octubre, Micaela Ruiz y su compañera estaban en el Mercado de San Telmo.“No pueden hacer eso acá. No tengo nada en contra de su condición pero se tienen que ir. Si no se van ponen en riesgo mi trabajo. Hay cámaras”, les dijo un hombre. Acto seguido, las echó del lugar.

Somos Presentes

Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.

APOYANOS

Apoyanos

SEGUINOS

Estamos Presentes

Esta y otras historias no suelen estar en la agenda mediática. Entre todes podemos hacerlas presentes.

COMPARTIR