#SantaFe: asesinaron a una joven trans, la quemaron y arrojaron a un basural

El cuerpo de Sol apareció calcinado en un basural de Recreo Sur el miércoles. Llevaba dos días muerta. La Justicia santafesina niega su identidad autopercibida y se refiere, oficialmente, a ella con las iniciales de su nombre masculino. Es el segundo travesticidio en la provincia en poco más de un mes: el 8 de febrero asesinaron a Cuqui Bonetto en Rincón.

Por Soledad Mizerniuk y Victoria Rodríguez, desde Santa Fe Una joven trans de 24 años fue asesinada en Santa Fe. El cuerpo estaba carbonizado, lo encontraron en un basural de Recreo -a 14 kilómetros de la capital provincial-  el miércoles 7 de marzo, pero su identidad fue confirmada días después. Es el segundo travesticidio en la provincia en un mes: el 8 de febrero fue asesinada Adriana Cuqui Bonetto, otra mujer trans, en San José de Rincón. Y el tercer crimen de odio en la provincia en lo que va de 2018. El nombre de la víctima es Sol, pero la Justicia no respeta su identidad de género y se refiere a ella con las iniciales de un nombre de varón. “La víctima es una persona cuyas iniciales son O. O. G. de 24 años. El fiscal Andrés Marchi –después de reunirse con familiares– solicitó no brindar la identidad para preservar la intimidad de la familia”, comunicaron el viernes 9 desde el Ministerio Público de la Acusación. La noticia llegó en la víspera del Día de la Mujer. “La comunidad trans está muy dolida. Estamos mal, ya no sabemos de qué manera luchar frente a todos estos crímenes de odio. Primero fue Cuqui Bonetto y ahora Sol”, dijo a Presentes Alejandra Ironici, una de las referentes del colectivo trans santafesino.

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El miércoles, un hombre que pasaba cerca de un descampado, en la zona sur de Recreo, distinguió el cuerpo carbonizado entre la basura, y dio aviso. Apenas llegó la policía, comenzó a circular la versión de que era una mujer trans. Se estima que el cuerpo llevaba ahí al menos un día y medio. Su cuerpo tenía huellas de  violencia extrema. Las pericias de los forenses identificaron a Sol por las huellas dactilares y un tatuaje. Sol no había llegado a hacer el cambio en el documento nacional de identidad. Pero era Sol desde los 13 años. Lo sabía su familia, también amigxs, vecinxs y compañerxs. Aceptarse en soledad Una de sus amigas, que pidió reserva de su identidad, contó a Presentes que la vida breve de Sol -que había cumplido 24 años en enero- estuvo atravesada por múltiples exclusiones y violencias. A los 13, Sol habló con su familia y puso en palabras lo que sentía. No la entendieron. No entendían: “si le gustaba tanto jugar al fútbol…”. Según la misma fuente, las denuncias de su madre ante la Policía por las fugas del hogar eran frecuentes. La escuela tampoco la contuvo. Dejó el secundario ni bien lo empezó. Aunque respondía a las piñas ante cada burla, ya no quiso soportar más. En aquel momento vivía en la ciudad de Santa Fe. Después de una de sus escapadas, volvió siendo plenamente ella. Con el pelo largo y maquillada, enfrentó las miradas del barrio San José y nunca más dejó de ser Sol. Su valentía no le valió la aceptación familiar. La calle la acogió y la empujó a ganar dinero prostituyéndose. Su amiga cuenta que Sol solía pararse a la tardecita y hasta la noche en una esquina de la avenida Blas Parera, al norte de la capital provincial. De allí partía hacia la avenida Facundo Zuviría, donde seguía un par de horas más. No era fácil. En el barrio, más de una vez la vieron volver con marcas de agresiones físicas. A veces pasaban varios días sin noticias de ellas. Después regresaba a la casa de su madre –ya se llevaban mejor – y tomaba mate con la familia o se encontraba con amigxs en alguna vereda.
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Las más vulnerables La Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual informó que estuvo en contacto con la familia de Sol y prevé reunirse esta con la mamá y la hermana de la víctima, así como también con las autoridades judiciales que llevan adelante la investigación. “Estamos muy preocupados. En lo que va del año tenemos dos femicidios trans en el área metropolitana de Santa Fe y un crimen de odio en Las Parejas. Así que estamos siguiendo el tema, acompañando a las familias y, sobre todo, a la comunidad LGBT en cada una de las localidades para que esto no se repita”, dijo Esteban Paulón, subsecretario del área.
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Adelantó que está pendiente una reunión con referentes del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe para pensar mecanismos específicos para la protección de las mujeres trans. “Estamos viendo qué medidas se toman para reforzar la seguridad y, sobre todo, generar una red donde rápidamente se pueda generar una denuncia cuando ocurra alguna situación”, agregó Paulón.
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Ironici, activista trans, dijo a Presentes que la mayoría de las mujeres trans de la ciudad y sus alrededores viven solas y en zonas periféricas lo que profundiza su situación de vulnerabilidad. La posibilidad de contar con esa red de contención es central para poder actuar de inmediato ante una desaparición o un caso de violencia. En Santa Fe, como en el resto del país, la esperanza de vida de las mujeres trans es de menos de 40 años. No hay más de 10, en el Gran Santa Fe, que pasen los 50 años. Un dato concreto que muestra las consecuencias de la discriminación en uno de los grupos más postergados en el ejercicio de sus derechos. Cuqui Bonetto llevaba cinco años superando la estadística, Sol le restó 15 años. El jueves, en el marco del Paro Internacional de Mujeres, trans y travestis marcharon como integrantes de la Mesa Ni Una Menos Santa Fe. Lo hicieron con reclamos concretos, vinculados a la necesidad de políticas públicas que promuevan el acceso al trabajo y a la importancia de visibilizar y poner un freno a los crímenes de odio. Ese día, aunque aún no tenían confirmada su identidad, también marcharon por Sol.  ]]>

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