1 de enero de 2019

Compartir

Compartir

Share on FacebookShare on Facebook TweetShare on Twitter Share on WhatsAppShare on WhatsApp

SUSCRIBITE AL NEWSLETTER

Apoyanos

Por María Eugenia Ludueña

Fotos: Luciana Leiras

Cuando la activista trans Indianara Siqueira ganó un lugar como candidata a concejala suplente de Rio de Janeiro, lo celebró como una victoria crucial para los colectivos LGBTI+. El posteo que escribió sobre el triunfo -y sobre su historia de vida- se hizo viral en Brasil, el país más peligroso del mundo para las personas trans (según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas). Indianara empezó a inyectarse hormonas a los 12 años (“muchas cosas las hice sin saber el daño que me harían, pero era necesario¨). Se fue de su casa en Paranaguá, donde nació, a los 16, y a los 18 dejó el estado de Paraná para instalarse en San Pablo y después en Río de Janeiro.

«Soy resistencia. Soy resiliencia»

“Mi suplencia como concejala trans de Rio es una victoria de los cuerpos de trans y travestis que cayeron por mí. Que sobrevivieron por mí. Que cayeron a mi lado. Por los cuerpos que pueden decir: sí podemos, ellas y ellos pudieron. Soy resistencia. Soy resiliencia. Porque en mí viven. Estaremos en todos los espacios públicos que se nos han negado”.

[LEE TAMBIÉN: Lana de Holanda: “Ser trans en Brasil es vivir en peligro todos los días”]

Indianara estuvo en Buenos Aires para participar de las actividades del Foro Feminista contra el G20, y conversó con Presentes. A los 47 años, lidera la organización Transevolution y la Casa Nem. “Es un refugio en Río de Janeiro para las personas LGBT expulsadas de la casa, trans, lesbianas o bisexuales. La idea es que no tengan que vivir en situación de calle ni el uso abusivo de drogas ni la violencia de la policía”. Casa Nem abrió hace tres años y recién hace poco obtuvo un pequeño fondo de la Open Society. Indianara también coordina un proyecto de acompañamiento  para las travestis y trans que quieren ir a la universidad.

[LEE TAMBIÉN: #Brasil Ola de casamientos LGBT antes de que asuma Bolsonaro]

Indianara contó que aun no tuvo oportunidad de ocupar la banca asumida en 2017 por el PSOL (Partido Socialismo y Libertad): sólo podría hacerlo en caso de que le pase algo a quien la ocupa hoy. Para cualquier cisvarón blanco de clase media hubiera sido un hecho menor. Para Indianara, para las trans, para la comunidad LGBTIQ+ reveló algunas cuestiones cruciales acerca de la política. Una de las principales impulsoras de su candidatura fue Marielle Franco, la concejala lesbiana, feminista y afro asesinada en marzo de 2018.

Se convirtió en activista “cuando las trans y travestis empezamos a morir de VIH, en los 80”. “Quise saber de qué me iban a matar”. Así empezó a militar por los derechos de LGBT+. “Después llegaron los medicamentos y las personas con vih pudieron ser protagonistas de su lucha.  Soy una persona conviviendo con vih porque mi hermana tenía vih y se murió. Y hoy mi pareja vive con vih. Son personas muy invisibilizadas, sus voces no suelen ser escuchadas”, dice, mientras participaba de las actividades contra el G20 frente al Congreso de la Nación. También defiende los derechos de trabajadoras sexuales.

[LEE TAMBIÉN: Elecciones en Brasil con récord de candidatxs travestis y trans]

«La política es machista y racista»

-En las elecciones de 2018, y a pesar de la victoria de Bolsonaro, Brasil tuvo récord de candidaturas travestis y trans. Pero son muy pocas las personas que llegan a ocupar bancas. ¿Qué pasa adentro de los partidos que suelen destinar lugares muy abajo en las listas?

–La política es machista y racista. En los partidos hay LGBTIfobia y transfobia. En los partidos de izquierda también. Tenemos ese problema todavía. Mónica Francisco (diputada electa del PSOL en las elecciones de octubre), mujer, feminista, negra, no ha tenido todo el apoyo del partido. Había sido asesora de Marielle (Franco), entonces las personas la querían ahí. La suya fue una candidatura ganada por la militancia y la fuerza de trabajo colectivo. Al menos ganaron dos trans negras en São Paulo: Erica Malunguinho (PSOL) y Erica Hilton (Bancada ativista).

-¿Qué cambia cuando hay más personas LGBT+ ocupando cargos en política?

-Mucho. Incluso aunque esas personas no nos gusten porque son de partidos de derecha, cuando están ahí y son vistas, el resto de la sociedad pasa a saber que existimos y hacemos parte de la política. Estamos ahí ocupando el espacio.

-¿Fuiste testiga de cómo lidiaba con esto Marielle Franco, una de las impulsoras de tu candidatura?

– Marielle y yo éramos amigas en la política. No salíamos para tomar o comer algo, pero estábamos juntas siempre en la lucha política. Para ella era muy difícil como mujer, lesbiana, negra, de la favela, estar ocupando esos espacios. En todo momento intentaban silenciarla. Cuando estábamos todas juntas ella se sentía más fuerte. Siempre nos llamaba a las trans para que nuestra voz ingresara a esos espacios y estar ahí también fortalecía su voz.

[LEE MÁS: Quién es Erica Malunguinho, electa como la primera diputada trans de Brasil]

-¿Pensaron que la podían matar?

-No, porque no la pueden matar: no se mata una idea. Nosotras somos la semilla de Marielle que ya brotó contra Bolsonaro.

«Con Bolsonaro se abre el peor escenario»

-¿Qué escenario se abre con Bolsonaro para las personas LGBTI+?

-De lo peor. Porque cuando estamos en riesgo de vida, Bolsonaro ha hecho una campaña electoral con mensajes contra nuestra vida y nuestra identidad. Ya es muy complicado ser una persona LGBT+ en Brasil. Sabemos que somos criminalizadas, junto con las personas afro o las que viven con VIH.

[LEE TAMBIÉN: #Brasil Mataron a puñaladas a una mujer trans al grito de “Bolsonaro sí”]

Brasil lidera las peores cifras en violencias contra personas trans en el mundo. En noviembre de 2018, el Observatorio de Asesinatos Trans reveló que de un total “de 369 casos de homicidios reportados de personas trans y género-diversas entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018 (con un aumento de 44 casos respecto del año anterior), la mayoría se perpetraron en Brasil: 167, seguido por México con 71. Y tras la victoria electoral, los medios dieron cuenta de que hubo dos personas trans asesinadas con discursos de odio invocando a Bolsonaro.

-Y al día de hoy ya son más de dos. En 2018, hasta octubre, en Brasil hubo más de 140 asesinatos de personas trans. Es el país que más mata a las personas trans. Brasil es muy machista y fundamentalista religioso. Pero no se habla de esto, no se discute. Las personas tienen miedo de que vayamos a transexualizar a niñas y niños, cosa que no tiene nada de verdad.

-¿Qué le debe la política a las personas LGBT+ en Brasil?

-Brasil tiene una deuda histórica con las personas LGBTI, en especial con las que murieron por falta de políticas públicas. Hemos logrado el respeto al nombre, pero necesitamos todo lo demás: derecho a ir a la escuela, a estar en familia, a tener vivienda. Y necesitamos respeto cuando las personas hablan de nosotrxs para que en el futuro la sociedad sepa realmente sobre su diversidad. Vivimos y somos parte de la sociedad, tienen que dejar de silenciarnos e invisibilizarnos.

-¿Cómo se están organizando contra estos discursos de odio?

-Yo ya he tenido que irme del país en los años 90. Varias veces intentaron matarme, otras me arrojaron de un autobus. Vivo con protocolo de seguridad, tengo cámaras en mi casa. A veces digo que vivimos en la cárcel de nuestras casas, salimos por un momento a las calles pero tenemos que volver a nuestras viviendas cercadas. Yo no pienso irme del país. Ya nos estamos preparando. Estamos organizando la resistencia para seguir luchando y los recursos para quienes necesiten ayuda. Además, estamos entrenando a personas LGBT para defenderse de violencias y agresiones físicas, por ejemplo con artes marciales. Que no tengan dudas: nos vamos a organizar, vamos a resistir.

Foto: Media Ninja. Indianare fue detenida varias veces por marchar en topless para defender derechos de trabajadoras sexuales.