Vivir en la calle en Buenos Aires: personas trans, las más discriminadas
El Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires visibilizó la problemática específica que padecen 42 personas travestis y trans.
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Por Cecilia González El Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires visibilizó la problemática específica que padecen 42 personas travestis y trans y evidenció la necesidad de que se construya un refugio para esta comunidad, afirmó Marcela Tobaldi, presidenta de La Rosa Naranja, asociación civil que defiende los derechos de los colectivos transgénero, transexual y travestis. Tobaldi, quien participó en la elaboración del Censo, consideró “muy simbólico” que durante la presentación de los resultados sólo se haya mencionado una vez a las personas travestis y trans que están en situación de calle y que el dato no llamara la atención mediática, ya que, en general, sólo se habló de hombres, mujeres y niños. “Es alarmante que haya 42 personas trans y travestis viviendo en la calle y que no se hable de ellas, no ser nombradas es una forma de violencia porque están en esa situación como resultado de una discriminación permanente en todos los ámbitos, incluso en los marginales”, señaló.
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La semana pasada, en medio de un debate sobre el incremento de las personas que viven en las calles de la ciudad, se dio a conocer el Segundo Censo que realizaron más de 40 organizaciones sociales, entre ellas La Rosa Naranja y 100% Diversidad y Derechos. De acuerdo con los resultados, actualmente hay 7251 personas en situación de calle en la capital, lo que representa un aumento del 23.5 por ciento con respecto al Primer Censo realizado en 2017. El 80% de los encuestados se definió como varón, el 19% mujer y el 1.0% trans o travesti. Tobaldi explicó que, en realidad, la población travesti y trans está subrepresentada, ya que es difícil encontrarlas porque migran frecuentemente.La calle también discrimina
“También en las calles padecen exclusión y discriminación, no se les permite sumarse a las ranchadas que forman grupos de varones o familias, no les dan cabida, entonces tienen que estarse moviendo todo el tiempo. Una noche una duerme en una plaza, al otro día en el hotel donde la deja una amiga, al otro termina en la provincia. Se mueven de manera permanente, entonces es muy difícil detectarlas y tener un registro más exacto”, afirmó. Si en el censo no aparecen más personas travestis ni trans, dijo, es porque no son bienvenidas entre quienes duermen debajo de los puentes o en otros lugares de la ciudad en donde la gente que se quedó sin casa suele compartir colchones tirados en el piso. “Tiene que ver con la marginalidad con la nos ha tratado siempre la sociedad, no estamos incluidas en ninguna escala social, en el ámbito de situación de calle se replica esta discriminación”, lamentó. La activista agregó que los dispositivos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires son insuficientes porque los cupos para personas travestis y trans en los refugios son mínimos.[LEE TAMBIÉN: Atacaron a activista trans en Buenos Aires y la Policía no respetó su identidad]
“En el Azucena Villaflor, de San Telmo, no permiten más de tres o cuatro personas trans porque hay mucha violencia de parte de mujeres que tienen niños. Y tampoco permiten quedarse a las personas que no han hecho el cambio de identidad de género y no tienen un DNI con nombre femenino. En el parador Frida Kahlo, que está por el Hospital Garrahan, lo mismo. En El Hogar de Cristo, en Flores, sí hay varias chicas trans, pero lo que queremos, por lo que estamos trabajando, es para que haya un albergue específico para personas travestis y trans”, dijo. La necesidad tiene que ver no sólo con las personas que atraviesa una situación de calle, aclaró, “sino porque muchas chicas salen de la cárcel y no tienen a dónde ir, o muchas deben quedarse encerradas porque están con prisión domiciliaria pero no tienen en dónde cumplirla. Por eso necesitamos un refugio específico. Todos los colectivos tienen uno: están los de mujeres que padecen violencia de género, de niños, adultos mayores, son espacios de contención que nosotras también necesitamos”. Tobaldi destacó que, si bien el censo visibilizó a travestis y trans, no identificó a gays y lesbianas, lo que demuestra que todavía falta mucho trabajo para abarcar la diversidad de género.Personas trans, subrepresentadas en el censo
Por otra parte, Yahajaira Falcón, militante por los derechos humanos y funcionaria del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires, coincidió en que la población travesti y trans en situación de calle está subrepresentada en el censo y que, además, padecen una permanente violencia institucional por parte de las fuerzas de Seguridad y agresiones en general. “Hay muchas más compañeras en las calles que la que dice el Censo. Tan solo en el campito del Hospital Garrahan hay unas 15, en la cárcel vieja de Caseros viven como 20. Es muy común que les peguen, las violen sin preservativo y les contagien VIH, y que policías las manden a vender drogas o de lo contrario no las dejan prostituirse ni dormir en determinadas zonas. Hay ‘fisuras’ que las obligan a cocinarles para dejarlas dormir en un lugar resguardado”, señaló. Martín Canevaro, activista de 100% Diversidad y Derechos expresó que “la inclusión de la variable trans en el Censo Popular representa un avance en el tipo de articulación con otros movimientos sociales que tradicionalmente han tenido una visión heterocisnormada. Además, próximamente, en el Censo que se realizará en Mar del Plata también se incluirá la variable de identidad de género. Esto nos permite visibilizar una realidad que requiere una respuesta estatal especifica, a través de políticas públicas focalizadas que seguimos reclamando en un contexto de ajuste y aumento de la pobreza que incrementan las condiciones de violencia contra la población LGBTI+, especialmente a travestis y trans”]]>Somos Presentes
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