Por María Sanz, desde Asunción En la noche del viernes, Sheyla Brítez, de 20 años, se encontraba en la zona roja de la localidad de San Lorenzo (Gran Asunción). Según la versión de sus compañeras, en un momento de la noche se produjo una discusión entre otra trabajadora sexual y un cliente, y Sheyla intervino para defender a su compañera. Fue entonces cuando el cliente la agredió, y después salió huyendo. Aún no ha sido localizado. Sheyla recibió diez puñaladas en todo su cuerpo, y un gran corte en la frente. Sus compañeras dieron aviso a la policía, y los agentes la trasladaron al Hospital del Trauma, en Asunción. Continúa ingresada en este centro médico, en estado grave, y precisa de respiración artificial, según contó a Presentes la activista trans Yren Rotela, que acompaña el caso.

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Rotela explicó que Sheyla todavía debe someterse a varios estudios médicos para evaluar si las heridas afectaron a sus órganos internos. Debido a la fuerte tormenta que descargó anoche en Asunción, varios aparatos eléctricos de diagnóstico no estaban en funcionamiento cuando Sheyla ingresó. La activista trans también contó que Sheyla se encuentra en situación de calle. Sus familiares fueron alertados del ataque, y se encuentran tramitando una denuncia.

Segundo ataque contra una mujer trans en cuatro días

El ataque contra Sheyla es el segundo que se registra en los últimos cuatro días en la zona del Gran Asunción. El martes por la noche, otra trabajadora sexual trans, de 28 años, recibió dos puñaladas mientras se encontraba en su zona de trabajo, también en San Lorenzo. Rotela dijo que ella se encuentra ahora estable, aunque permanece hospitalizada a la espera de una cirugía. Rotela relató que, en los últimos meses, han aumentado las agresiones contra las personas trans. “Pasan desde un auto, y nos tiran botellas, piedras, huevos… Nos gritan, nos insultan, nos violentan de todas las formas”, dijo. “Queremos que la Justicia investigue estos casos. Necesitamos tomar acciones contra este incremento de la violencia contra nosotras. Ahora ya vos escuchás un auto que viene más rápido por la calle, y corrés a esconderte. Y nosotras tenemos derecho a no vivir escondidas, ni con miedo. La sensación en la calle es de alerta constante, de mucho miedo, de estar a la espera de que nos pase algo. En 23 años que yo llevo como trabajadora sexual, no sentía tanta persecución como siento hoy”, declaró.

Las trans, más expuestas a la violencia

La activista también afirmó que las trans están más expuestas a la violencia porque la mayor parte de ellas ejerce el trabajo sexual en la calle. “Es la única opción de trabajo que tenemos. El problema es que con el avance del fundamentalismo (religioso), no vamos a poder tener políticas públicas para que nos den otra alternativa de trabajo. No quieren que estemos trabajando, pero tampoco quieren que estemos en la calle, ¿qué vamos a hacer entonces?”, se interrogó.

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Rotela se refirió a las medidas de inserción laboral, como los cupos laborales trans, que están adoptando países como Argentina. Expresó que en Paraguay es difícil que avancen este tipo de leyes, debido a la fuerte presión que ejercen los grupos religiosos sobre los legisladores. Estos mismos grupos religiosos han estimulado, en las últimas semanas, un avance de los discursos fundamentalistas y del odio contra la comunidad LGTBI. Rotela considera que estos discursos están directamente relacionados con los ataques de los últimos días contra dos mujeres trans. “Se está retrocediendo muchísimo”, declaró.

Crece el discurso de odio

El jueves 5 de octubre, más de un millar de personas se manifestaron en la plaza entre el Congreso y la Catedral de Asunción en contra de la llamada “ideología de género”. Los manifestantes, entre los que había religiosos, integrantes del movimiento ultraconservador Somos Más, y un buen número de niños, exhibieron pancartas con mensajes como “Dios creó a varón y mujer”, y en defensa de la familia compuesta por hombre y mujer.

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En paralelo, en el interior del Congreso se celebró una audiencia pública sobre la inserción de la llamada “ideología de género” en los materiales didácticos escolares. En este acto, el ministro de Educación, Enrique Riera, declaró que el Ministerio promoverá en las escuelas los valores tradicionales de la familia y el matrimonio entre varón y mujer. Además, se ofreció a “quemar los libros” que tengan contenidos sobre género. Un día antes, varias organizaciones integradas en la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay (Codehupy) enviaron una carta al ministro Riera y criticaron la orden de retirar los materiales sobre igualdad de género de los contenidos escolares. “Nos sorprende que dicha medida haya sido tomada en el contexto del debate que ha surgido en estas semanas, promovido por grupos religiosos que han difundido por diversos medios una campaña de manipulación y tergiversación de la perspectiva de género”, dice parte de esta carta. El origen de esta polémica está en un audio de whatsapp, difundido en septiembre, en el que una supuesta alumna relataba cómo en su colegio los alumnos estaban siendo instruidos sobre género. Este archivo motivó las protestas de los movimientos ultraconservadores, y llevó al Ministerio de Educación a asegurar que eliminará todos los contenidos relativos al género de los materiales didácticos escolares.]]>