¿Qué pasa con la participación de atletas trans y no binaries en los Juegos Olímpicos de París?
¿Quiénes son les atletas trans y no binaries que participan en los Juegos Olímpicos de París 2024? ¿Por qué no participan mujeres trans? Claves para leer la potencia de la representación y las regulaciones más estrictas.
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(Noticia actualizada 13.30)
En los Juegos Olímpicos (JJOO) de París 2024 no participan mujeres trans. Pero por primera vez participa en box un hombre trans y al menos dos personas no binaries visibles competirán en atletismo y fútbol. La participación de atletas de élite abiertamente trans y no binaries es mínima. Sin embargo, la desinformación y narrativa sostenida por grupos antiderechos de una supuesta ‘ventaja injusta’ ha provocado que las federaciones deportivas hoy tengan regulaciones más estrictas.
Tokio 2020, la edición anterior de estos juegos olímpicos, marcó la historia porque participó por primera vez una mujer trans, Laurel Hubbard. La levantadora de peso fue eliminada en la final de su categoría. Hace cuatro años, esto trajo desinformación y discusiones que argumentaban una supuesta “ventaja injusta” frente a las mujeres cisgénero. Desde 2021 el Comité Olímpico Internacional (COI) considera que este argumento no tiene bases científicas concluyentes.
De Tokio 2020 a París 2024 las cosas cambiaron. Las federaciones mundiales de distintas disciplinas deportivas mantienen reglas más estrictas dentro de su propio “Reglamento de Elegibilidad para la Clasificación Femenina de deportistas con diferencias de desarrollo sexual” (Regulaciones DSD). Son normativas dirigidas principalmente a mujeres trans, mujeres intersex y aquellas que de manera natural desarrollan niveles altos de testosterona.
Desinformación sobre la boxeadora Imane Khelif
Si bien en París 2024 no participan mujeres trans, medios de comunicación, redes sociales e incluso la Ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades en Italia, Eugenia Roccella, han desinformado sobre la identidad de género de las boxeadoras Imane Khelif de Argelia y la taiwanesa Lin Yu-Ting. Esta desinformación ha disparado narrativas transodiantes en redes sociales.
A ambas boxeadoras se les ha aplicado las regulaciones de “elegibilidad” y en 2023 fueron descalificadas del campeonato mundial femenino por no pasar las normativas que aplicó la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) en relación a sus niveles de testosterona que de manera natural desarrollan sus cuerpos. Para estos JJOO, la IBA no es la encargada de regular y fue el Comité Olímpico Internacional quien garantizó la participación de ambas boxeadoras en la justa olímpica de París.
Negar la participación en los deportes de mujeres que no se ajustan a un tipo de feminidad hegemónica no es reciente. Desde 1940 hay registro de que, al menos la federación mundial de atletismo, ha violado los derechos humanos de atletas de éltie con “pruebas de sexo” con propósitos de “elegibildad”. Esto afirma la investigación “Nos están ahuyentando del deporte”: violaciones de los derechos humanos en las pruebas de sexo de las mujeres deportistas de élite, elaborada por Human Rights Watch (HRW).
Además, estas prácticas no solo son sexistas sino también racistas. En 2020 la ONU determinó en el informe Nos expulsan del deporte que estas regulaciones afectan principalmente a mujeres y niñas deportistas racializadas y originarias de países del sur global. Como ha sido el caso emblemático de la velocista sudafricana Caster Semenya.
¿Quiénes son les atletas trans y no binaries que participan en París 2024?
De acuerdo al sitio Outsports, en estos JJOO participan al menos 193 atletas abiertamente LGBT+. De ese total hay solo un hombre trans y dos personas no binaries. Ninguna mujer trans compite en París 2024.
Quienes sí compiten son Quinn, mediocampista de la selección femenil de fútbol de Canadá; Nikki Hiltz, especialista en carreras de medio fondo en atletismo de Estados Unidos, y el boxeador trans filipino, Hergie Bacyadan.
Quinn es una pieza clave del medio campo de la selección femenil de fútbol de Canadá. Estos son sus terceros Juegos Olímpicos. En Tokio 2020, Quinn marcó un hito al convertirse en la primera persona trans no binarie en ganar una medalla olímpica, la de oro.
“Soy la primera persona abiertamente trans en competir en Juegos Olímpicos. No sé cómo sentirme. Me siento orgullose de ver ’Quinn’ en la alineación y en mi acreditación. Y triste al saber que hubo atletas antes que yo que no pudieron vivir su verdad por culpa del mundo”, compartió Quinn desde su instagram.
Nikki Hiltz es una persona no binarie que debutará en JJOO como parte del equipo de atletismo de Estados Unidos, en la prueba de los 1500 metros.
“Hablar de esto es emocionante y aterrador. Soy y siempre seré une firme creyente de que la vulnerabilidad y la visibilidad son esenciales para el cambio social y la aceptación. Mi sueño es que las personas trans seamos bienvenidas y celebradas en los deportes”, escribió Hiltz en su Instagram.
Otro debut: el del boxeador olímpico Hergie Bacyadan de Filipinas. En estos JJOO participó en la categoría femenil de los 75 kilogramos y en su primer combate perdió y quedó eliminado de la competencia. Hergie es un hombre trans que no usa testosterona como parte de su proceso de afirmación de género. En su cuenta de instagram aclaró “nunca tomaré ‘T’ (testosterona) pero aún así soy un hombre trans porque mi corazón lo dice”.
¿Cómo están las regulaciones que restringen a atletas trans?
Tras la participación en Tokio 2020 de la pesista trans Laura Hubbert, en noviembre de 2021 el Comité Olímpico Internacional (COI) publicó un nuevo “marco sobre equidad, inclusión y no discriminación por motivos de identidad de género y variaciones sexuales” con énfasis en los criterios de elegibilidad en las categorías femeniles. “No hay consenso científico sobre cómo la testosterona afecta el actuar deportivo. Es poco claro el papel que juega para medir una ventaja injusta, porque el rendimiento se mide de manera distinta en cada deporte”.
Así la más reciente normativa del COI determinó que cada federación deportiva debe establecer sus propios criterios de elegibilidad. Pero señala que éstos deben estar “apegados a los derechos humanos, con pruebas científicas sólidas que contemplen los contextos y procuren el bienestar de los atletas”.
A partir de ello, las federaciones de atletismo, ciclismo, natación y otros deportes acuáticos, ajedrez, remo, rugby, tiro, tiro con arco, tenis, triatlón y recientemente la federación estadounidense de box han generado sus propias políticas que prohíben la participación de mujeres trans en las categorías femeninas de sus disciplinas.
Las normativas van desde pedir a las atletas a estar bajo hormonación desde los 12 años, a no superar un cierto nivel de testosterona en sangre e incluso haberse sometido a cirugías de reasignación de sexo. Ninguna de estas regulaciones están basadas en evidencia científica ni siguen los ejes rectores de igualdad y no discriminación que plantea el COI.
El impacto de estas regulaciones lo vemos no solo en estos JJOO de París 2024, sin mujeres trans. Estas pautas también se usan para legislar, vigilar y prohibir la participación de niñas y jóvenes trans que compiten a nivel escolar. Como el caso de la nadadora universitaria Lia Thomas y las 22 propuestas de ley que han avanzado en la materia en Estados Unidos como parte de la coyuntura de legislaciones anti-trans promovidas por el Partido Republicano, con apoyo de grupos antiderechos.
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