Danielle Cruz, periodista no binarie: “La esperanza está en la formación de comunidades”
Activista y crítica de medios, Danielle Cruz cuenta en esta entrevista sobre su recorrido vital y profesional analizando narrativas sobre personas LGBTI+.
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Danielle Cruz es periodista, critica de medios y activista no binarie mexicana. Lleva una década trabajando en comunicación, lo que le ha permitido ver desde adentro cómo los grandes medios representan a las personas trans y no binaries. Allí se enfrentó a los contenidos desinformantes y las construcciones de narrativas estigmatizantes, incluso discursos de odio, que tienen consecuencias directas en las vidas de las personas.
Uno de sus análisis se encuentra en el libro Polarización y transfobia: Miradas críticas sobre el avance de los movimientos antitrans y antigénero en México, disponible de manera gratuita y en línea en este enlace.
En el marco del Día de la visibilidad no binarie, Presentes conversó con ella sobre cómo descubrió su no binariedad a una edad adulta, los claroscuros de la visibilidad y de su trabajo, por supuesto, porque como dice “somos más que nuestra identidad de género”.
Como recordatorio: Las personas no binaries existen. Son aquellas que no necesariamente se identifican con los géneros masculino o femenino. Pueden ser ambos, ninguno, destruir ese binario o construir algo nuevo. Es común que se les asocie con el pronombre neutro (elle), pero el uso de éstos es una decisión personal. No hay una sola forma de ser no binarie.
– ¿Cómo fue descubrirte como una persona no binarie?
– Siempre hay dos respuestas. La corta es que desde chiquita siempre tuve esta sensación extraña de no ser del género que me decían que era. La larga es que desde chiquita tuve que esforzarme mucho para performar el género masculino. La mayor violencia que recibí fue violencia homofóbica y yo no entendía ese ruido. Pero ese bullying que viví toda la vida me hizo cuestionarme muchísimo. Me preguntaba ¿están viendo algo que yo no? Me cuestioné incluso si era bi (bisexual) pero no, los hombres siempre me dieron mucho asco y mucho miedo porque fue el grupo que principalmente me violentó. Fue hasta los 33 años, cursando un taller sobre teoría queer, que me topé con personas no binarias y al escuchar sus experiencias y leer a varies autores entonces dije ah, aquí hay algo. Encontré la palabra no binarie y eso le dio sentido a todo eso que sentía desde chiquita.
A partir de ahí ha sido una travesía bien interesante, pero una parte fundamental en este camino ha sido mi esposa Mar. Yo no hubiera podido dar este paso de no ser por el apoyo y el amor que tengo de Mar.
– Hablamos poco de personas adultas encontrándose como trans o no binaries. ¿Qué consejo le darías a una persona adulta que va descubriendo su identidad no binarie?
– Hacerlo es como vivir una segunda adolescencia, en el sentido de cómo te relacionas con el mundo y el mundo contigo. Es un ejercicio complejo de aceptar sobre todo porque afuera hay esto de “ya estás muy grande, ya para qué”. Pero la verdad es que, aunque suene cursi y cliché, nunca es tarde para conocerte, para permitirte ser tú misme. No es sólo nombrarte y ya. Es un ejercicio de auto revisarse en cada cachito de memoria que tienes de ti misme, cada evento curioso de ti en el pasado. Al final te permite liberarte de ese peso psico-emocional que supone muchas veces el género y sus exigencias.
Y como consejo: no le debemos explicación a nadie sobre nuestra identidad, ni salir todo el tiempo del clóset. Es super cansado.
– Cuando hablamos de visibilidad no binarie, ¿en qué importa reflexionar?
– Se cita siempre, “lo que no se nombra no existe”, y es cierto. Pero pienso en que hay un riesgo en la visibilidad y es que vivimos en una sociedad mexicana profundamente transfóbica. Me parece importante que tengamos presente que mayor visibilidad no significa seguridad ni tener una vida digna. Preguntémonos ¿visibilidad para qué? Cuando todavía las personas nb tenemos que estar recordando que existimos. La visibilidad implica tener oportunidades para generar presión social y política, pero para provocar esos efectos en sí mismo conlleva riesgos. Y un ejemplo de ello fue el asesinato de Ociel Baena, era la persona nb más visible en México, fue asesinade y sumamente revictimizade.
– ¿Cómo los discursos de odio y la desinformación impactan en las vidas de las personas trans y no binaries?
– Con ver la data general de la población trans es un buen ejemplo de cómo estos discursos, que yo llamo discursos cristalizados, son prejuicios que literal como el cristal no los ves pero afectan. Datos sobre salud mental y física, falta de empleo, vivienda. Es un ejemplo de cómo el trauma tiene efectos directos en nuestras vidas porque constantemente estas narrativas violentan nuestra identidad a nivel personal, social e institucional.
Las personas no binaries tenemos toda una historia de vida en la que nuestra identidad no sólo es negada, se nos dice que no existe, que es una afrenta al español, que es una invención, y tener que explicar y defenderte, es brutalmente cansado.
– ¿Qué podemos hacer para que los medios transformen las narrativas odiantes y desinformantes?
– El mayor problema son los dueños de medios y para ver un cambio real será necesario presionar a las direcciones, jefaturas de redacción y consultoras digitales. Y eso es lo más difícil de cambiar. Pero una cosa que está un poco más en nuestras manos es la alfabetización digital. Sirve para entender cómo operan los algoritmos de la comunicación y no caer en las trampas de la ultraderecha, de las redes sociales pero también para entender cómo se crean las noticias y cómo funcionan los medios en internet. No se trata de que las personas de a pie nos convirtamos en fact checkers, sino que seamos conscientes de cómo reaccionamos a las notas y la emoción que nos provocan. Para transformar las narrativas no funcionan los datos, va a funcionar contar historias, contar quiénes somos, y suena muy doloroso decirlo pero esa transformación sucederá cuando los medios hagan un ejercicio de genuina curiosidad, de hacer buenas preguntas, lo básico del buen periodismo, y cuenten que las personas trans y no binaries también somos personas y que somos más que nuestra identidad de género.
– ¿En dónde encuentras esperanza?
– En la formación de comunidades. El verdadero cambio es apersonarse, no sólo en la protesta sino en la vida cotidiana. Me ha acompañado más cuando una amistad nb me manda mensaje preguntándome si todo está bien que libros de teoría queer. Las redes de amistad y solidaridad que tejemos entre nosotres han sido un salvavidas y me ha demostrado que no estamos soles.
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