8M en América Latina: cientos de miles de mujeres y disidencias le responden a la reacción conservadora de la región
Estuvimos en las calles de Lima, Asunción, Buenos Aires y Ciudad de México cubriendo en vivo y documentando una de las movilizaciones más masivas desde 2019.
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En un momento de reacción conservadora en casi todos los países de América Latina, cientos de miles de mujeres y diversidades salieron a las calles el 8 de marzo para sumarse a la huelga internacional transfeminista. Los reclamos tuvieron que ver con las violencias cotidianas (los índices de femicidios y transfemicidios se multiplican) pero también por las desigualdades salariales y la carga de cuidados. La feminización de la pobreza es un problema mundial y en América Latina, donde los gobiernos de derecha profundizan las desigualdades, esto se multiplica. A su vez, en varios países hay avanzadas antigénero explícitas que se han ido transformando en políticas de Estado. Regresiones en materia de derechos para mujeres y diversidades, además de persecuciones políticas y ajustes que impactan mayoritariamente en estas poblaciones. Desde Presentes estuvimos en las calles de Lima, Asunción, Buenos Aires y Ciudad de México cubriendo en vivo y documentando una de las movilizaciones más masivas desde 2019.
8M en Asunción: defender la democracia
En Asunción (Paraguay), mujeres y diversidades sexuales, culturales y de género marcharon el 8 de marzo en las calles del microcentro. Por octavo año consecutivo, la Articulación Paro Mujeres Py convocó a movilizar en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora 8M, desde Plaza Uruguaya rumbo a Plaza de la Democracia. Al grito de “¡Fuera Bachi!”, y “¡Cartes, basura, vos sos la dictadura!”, las consignas se centraron en la defensa de la democracia y, específicamente, la Ley de Protección Integral a las Mujeres, que hoy se ve amenazada por el cartismo, que intenta derogarla.
En una jornada calurosa, activistas alzaron sus voces contra el autoritarismo y la defensa de los derechos laborales. “La Ley 5.777 no se toca” y “Defendemos la participación política de las mujeres” fueron algunos de los carteles que destacaron.
Desde el escenario de la Plaza de la Democracia, mujeres de distintos sectores denunciaron, entre otras cosas, el deficiente y costoso servicio del transporte público, el despojo de las personas indígenas y bañadenses de sus tierras, las expresiones homofóbicas del ministro de Agricultura y al gobierno cartista neostronista que despojó de su investidura a la senadora Kattya González. La marcha cerró con un festival artístico con música, danza, teatro y poesía.
En Perú, mayor presencia trans y no binaria
En Perú, la movilización convocó a más de 3000 mujeres en su diversidad y disidencias, bajo el lema «Trabajo digno sí, explotación y violencias no». Este año la marcha 8M tuvo que realizarse en otro distrito debido a las restricciones impuestas por el actual alcalde de Lima, integrante del partido de derecha Renovación Popular responsable de una avanzada antigénero que no cesa.
«Estamos en un espacio donde no solemos estar, el Centro de Lima es más un espacio nuestro. Este es un nuevo año de prohibición por el alcalde de derecha y conservador que tenemos y a pesar que estamos en un distrito con otro alcalde conservador, la presencia de todas nosotras lo hace diferente», comenta Janett Cuyutupa, integrante del colectivo Agusti Diversxs.
Activistas y organizaciones resaltaron la presencia de una mayor presencia de integrantes de la comunidad de travestis, transgénero, transexuales y personas no binarias.
“Es importante que las personas trans estemos en esta marcha del 8M porque la violencia sistemática que vivimos nos hunde en la pobreza y la precariedad. Exigimos tratos justos. La sociedad cuando les conviene sí nos ve como cuerpos para el placer, mujeres para el placer, pero cuando se trata de exigir derechos cambia completamente la narrativa entre nosotras. Hoy 8M estamos aquí exigiendo justicia para nuestras hermanas muertas. Muertas en un sistema que nos coloca en situación de prostitución y que el Estado con su inacción lo permite”, cuestiona Leyla Huerta, directora de la organización Féminas Perú.
Bolivia: por un feminismo antipatriarcal y anticapitalista
La marcha del 8M en Bolivia fue protagonizada por mujeres víctimas de abuso sexual a manos de miembros de la iglesia católica y familiares de mujeres asesinadas. Bajo la firme consigna de «El feminismo debe ser antipatriarcal, anticapitalista, antiimperialista, anticolonialista y antisionista, o no será», mujeres trabajadoras, campesinas e indígenas se unieron desde el campo y la ciudad para demandar el fin de la impunidad en los crímenes y del encubrimiento de los agresores.
Según la organización «Pan y rosas», la marcha de 2024 tuvo la mayor convocatoria desde que las mujeres comenzaron a salir en el marco del 8M. Las whipalas y banderas de Palestina ondearon durante todo el recorrido, desde la heroica ciudad de El Alto (a 4,150 metros sobre el nivel del mar), cuna de históricas luchas indígenas, hasta las calles de la ciudad de La Paz.
Las mujeres advirtieron que «El avance de la ultraderecha en la región pone en riesgo los derechos conquistados por las mujeres y la comunidad LGBTI+».
Según el registro de «Pan y rosas», en 2023 se cometieron más de 80 feminicidios y, en lo que va de 2024, ya se han reportado 12 mujeres asesinadas. En Bolivia, el aborto está prohibido en todas sus causales y más de 480 mujeres mueren cada año debido a complicaciones obstétricas.
«Exigimos que los crímenes de odio y los transfeminicidios sean reconocidos como delitos. En los últimos 16 años solo 2 casos han tenido sentencia de los más de 80 que se han denunciado», señaló «Pan y rosas» en un comunicado.
México: masividad contra las violencias
El 8M en Ciudad de México tuvo lugar a diversas marchas periféricas y en la zona centro. Quienes se concentraron en el centro salieron de distintos puntos, del monumento a la revolución, de la victoria alada y la glorieta de las mujeres que luchan. Este año la marcha fue masiva, de acuerdo a autoridades, más de 180 mil mujeres asistieron. Esto la hace la marcha más concurrida de los últimos años, superando a la marcha del 8M de 2020.
Madres y padres de víctimas de feminicidio y desaparición, científicas y académicas, estudiantes, músicas, niñas, adolescentes, adultas mayores, indígenas, bordadoras, mujeres que viven con discapacidad, mujeres trans, mujeres afromexicanas y cimarronas, mujeres neurodivergentes, mujeres y disidencias en solidaridad con el pueblo palestino y contra el genocidio, taqueras, mujeres gordas, trabajadoras sexuales, fandangueras, mujeres colombianas que viven en México, batuqueras, patinadoras y demás.
Las calles parecían tapizadas por carteles que denunciaban a agresores sexuales; el reclamo de hacerse presentes “por las que ya no están”, contra el acoso y las distintas formas de violencia. Y en contraste con los años anteriores, durante la marcha no se escucharon ni leyeron en los muros consignas transodiantes.
En México diariamente 10 mujeres son víctimas de violencia feminicida y solo el 30% son investigados como tal; el 99.7% de los delitos de violencia sexual quedan impunes.
Las autoridades desplegaron a más de 2 mil elementos de la policía capitalina y también de la marina nacional que resguardó la casa presidencial. Durante la marcha hubo presencia policial en tramos de la ruta que siguió la manifestación y fue en Palacio Nacional donde la policía utilizó gas y polvo de extintor en contra de las manifestantes.
Argentina: unidad contra las políticas de Javier Milei
Una marea diversa y antipatriarcal se reunió frente a las puertas del Congreso de la Nación este 8 de marzo para conmemorar y reclamar derechos en el Día Internacional de las Mujeres y Diversidades. Fue una jornada de reencuentro con la masividad y la organización colectiva que caracterizó a lo largo de estos años a los movimientos feministas de la Argentina.
El ajuste económico del gobierno de Javier Milei, el ataque a los feminismos y a la agenda de género, junto con el avance de una política basada en la vulneración de derechos, fueron las claves para reunir nuevamente y de manera masiva a todos los sectores de los feminismos, en las calles y en el documento que se leyó durante la tarde al cierre de la jornada en la Ciudad de Buenos Aires.
Fue una jornada de abrazo colectivo, de reencuentros y de sonrisas. Recuperar la alegría y la potencia de estar en las calles y juntas fue el espíritu de este encuentro. De acuerdo a lo informado por Ni Una Menos, hubo alrededor de 400 mil personas en la marcha de la Ciudad de Buenos Aires y un millón en todo el país.
“Estamos frente al Congreso para repudiar a todos aquellos que quieren borrar por decreto todo lo que hemos logrado”, dijo Taty Almeida, referenta de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, para inaugurar el escenario donde se leyó el extenso documento acordado por decenas de organizaciones.
“Es muy importante que estemos frente al Congreso. Ahí están los diputados elegidos por el pueblo y como tal tienen que responderle. No se puede gobernar sin Congreso, es donde se debate si se aprueba o no se aprueban los proyectos de ley.. Sin Congreso no hay democracia. Se gobierna con el Congreso, no sentado con Twitter y con DNU”, dijo Almeida.
Créditos de la cobertura regional:
Lima: Gianna Camacho /La Paz: Paula Rosales/Asunción: Juliana Quintana y Jessie Insfrán Pérez/CDMX: Milena Pafundi/Katia Rejón/ Arantza GarGo y Geo González; Buenos Aires: Cobertura colaborativa con Tiempo Argentino. Maby Sosa, Aldana Somoza, María Eugenia Ludueña, Lucas Gutiérrez y Ana Fornaro.
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