La Justicia paraguaya condenó a 30 años de cárcel un represor de la dictadura estronista

En un juicio histórico, el Tribunal de Sentencia de Asunción condenó al represor estronista, Eusebio Torres a 30 años de cárcel por torturar durante la dictadura de Alfredo Stroessner.

21 de febrero de 2024
Juliana Quintana
Jessie Insfrán
Edición: Ana Fornaro

Un Tribunal de Sentencia conformado por los jueces Juan Francisco Ortiz, Rossana Maldonado y Manuel Aguirre condenó ayer a 30 años de prisión al excomisario estronista, Eusebio Torres Romero. Estaba acusado por torturas a dos opositores a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Este hecho representa un hito en la historia de un país donde estos crímenes, en su inmensa mayoría, continúan impunes.

Desde la caída de la dictadura, sólo se juzgaron a nueve responsables de crímenes de lesa humanidad. 

Carlos Ernesto Casco, Luis Alberto Casco y Teresa Aguilera de Casco sufrieron torturas físicas y psicológicas durante su privación ilegítima de libertad en el Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional durante la dictadura estronista entre 1975 y 1976. Fueron ahogados y golpeados, recibieron latigazos y descargas eléctricas. En 2011, los tres hicieron la denuncia sin la esperanza de que se haga justicia. 

Durante las audiencias del juicio oral y público, que comenzó el 9 de febrero, la fiscalía logró demostrar con pruebas y más de 20 testimonios de víctimas que Eusebio Torres fue un torturador al servicio de la dictadura de Alfredo Stroessner. Incluso, el tribunal realizó inspecciones oculares en el ex-Departamento de Investigaciones donde se torturaba a opositores al régimen.

Los jueces Juan Francisco Ortiz, Manuel Aguirre y junto Rossana Maldonado

“Fuimos sometidos durante tres días seguidos a las sesiones de pileta”

“En dos oportunidades, este señor personalmente me golpeó detrás de la oreja y en el ojo con una cachiporra. Estando yo sentado, se levanta él personalmente y me golpea. Luego se sienta de nuevo y continúa con el interrogatorio pidiendo que yo cuente cosas que ellos mismos armaban en su esquema de interrogación”, contó Carlos Casco, al dar testimonio de la represión de Eusebio Torres. 

Carlos Ernesto Casco y Luis Alberto Casco

Carlos Casco estudiaba medicina en Corrientes, Argentina. En Paraguay era militante de la Organización Primero de Marzo (OPM), una organización política militar que buscaba derrocar a Stroessner. En abril de 1976, la Policía Nacional lo detuvo en el puerto de Asunción y fue trasladado a la oficina de Investigación de Delitos, ubicada en la intersección de las calles Presidente Franco y Nuestra Señora de la Asunción. 

Eusebio Torres se encargaba de interrogar. Carlos Casco, además de recibir tortura física, recibió tortura psicológica. En varias oportunidades mencionó que Torres lo amenazaba con asesinar a  su esposa, Teresa Dejesús Aguilera.

“Fuimos sometidos durante tres días seguidos a las sesiones de pileta. Me hicieron acostar boca abajo en un banquete largo y me sacaron toda la ropa. Me daban golpes de sables y cachiporras en la espalda y la planta de los pies. Siempre bajo la instrucción y dirección de Eusebio Torres”, revivió durante el juicio al represor. 

A su esposa, hoy fallecida, Teresa Aguilera de Casco, la detuvieron en Encarnación. También fue trasladada al Departamento de Investigaciones, donde sufrió todo tipo de abusos y tortura. Estaba embarazada de seis meses. Según contó en el juicio Guillermina Kanonnikoff, también víctima de Eusebio Torres e histórica activista por la memoria y los derechos humanos, el miedo más grande de Teresa era que cuando diera a luz, se llevaran a su hijo. 

El acusado ausente 

Eusebio Torres no tuvo que mirar a sus víctimas a los ojos. No se presentó ni un solo día al juicio, participó de manera virtual. Su hijo, Óscar Torres, ofició de abogado defensor. El excomisario estronista intentó defenderse ante el tribunal diciendo que las víctimas “lo confundieron”. Pero en una entrevista que Carlos Casco dio a la prensa local sostuvo que es imposible confundirlo. “Tenemos la imagen grabada de su rostro, su físico y su accionar. Eso es indeleble”, dijo. 

“A Teresa la conozco, hemos hablado, hemos llorado juntas y ella relató las torturas que Eusebio Torres le había propinado tanto a ella como a su marido”, expresó Kanonnikoff cuando le tocó dar su testimonio. Por entonces, ella también era militante en la OPM, y, al igual que Teresa, también estaba embarazada. 

Eusebio Torres no se presentó ni un solo día al juicio, participó de manera virtual.

“Nadie de los que estuvimos en el departamentos de investigaciones nos libramos de tortura. Llegamos a las 11 y media de la noche. Jamás voy a olvidar esto. Ponían a todo volumen dos músicas: Cucurrucucú paloma, de Julio Iglesias, y Chiquitita, de Abba. Ese era el momento en que empezaban las terribles torturas. Cuando llegaba Pastor Coronel temblaba el Departamento de Investigaciones. Y uno a uno escuchábamos el nombre de nuestros compañeros y los veíamos volver destrozados”, relató. 

Los jueces determinaron que el represor guarde arresto domiciliario por su edad: tiene 88 años.

Somos Presentes

Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.

APOYANOS

Apoyanos

SEGUINOS

Estamos Presentes

Esta y otras historias no suelen estar en la agenda mediática. Entre todes podemos hacerlas presentes.

COMPARTIR