México: 87 personas LGBTI+ asesinadas en 2022 según informe de Letra S

Los datos fueron publicados por el Día Internacional contra el LGBT-Odio. De acuerdo al informe, la tasa de crímenes contra mujeres trans supera el doble de los feminicidios.

6 de junio de 2023
Geo González
Geo González
Edición: Maby Sosa

CIUDAD DE MÉXICO, México. En 2022, 87 personas LGBTI+ fueron asesinadas en México y más de la mitad de las víctimas fueron mujeres trans. En comparación con el año anterior, hubo un incremento del 11.5% de acuerdo al último informe Los rastros de la violencia por prejuicio, violencia letal y no letal en México, 2022 elaborado por la organización Letra S.

Letra S es una organización mexicana que desde 1997 documenta las muertes violentas de las personas LGBTI+ en el país. Cada 17 de mayo, día internacional contra el LGBT-odio, sus integrantes presentan un informe anual con los resultados de su área de investigación que se dedica a documentar y analizar estas violencias. 

Este informe está basado, principalmente, en un monitoreo de notas de prensa. Durante 2022 analizaron más de 300 que reportaron la muerte violenta de personas LGBTI+ en México. 

Con esa limitación, la organización advierte en su informe que “la cifra real se aproximaría a las 200 víctimas de homicidio durante ese año de acuerdo con un cálculo realizado con base en un estudio”. El estudio fue comparar esas notas de prensa con las cifras oficiales de homicidios en la población general durante ese mismo periodo de tiempo.

Hasta el 30 de abril de 2023, Letra S ha registrado al menos 19 asesinatos contra personas LGBTI+ en el país.

Gráfico crímenes por prejuicio – Letra S.

Las mujeres trans, las víctimas más numerosas

Nuevamente las mujeres trans fueron las víctimas más numerosas 48 de ellas fueron asesinadas. La cifra representa el 55.2% del total de crímenes por prejuicios en 2022. 

“De acuerdo a estas cifras, la tasa de homicidio de mujeres trans supera por más del doble a la tasa de homicidio de mujeres cisgénero en México”, señala el informe. 

Samuel Martínez, coordinador del área de investigación de Letra S, explicó a Presentes. “La producción de este índice es fundamental para entender la gravedad de un fenómeno tan grave en un contexto machista premiado por prejuicios en donde los transfeminicidios deben ser considerados violencia de género. Y habría que entenderlos también dentro del espectro de la violencia feminicida”.

Y agregó que, “en ese sentido, la tasa permitió demostrar la doble vulnerabilidad que tienen algunas mujeres. Esto no significa que padezcan más violencia o que deban minimizarse los feminicidios. Sino que la intersección entre la identidad de género de estas mujeres y la representación de la diversidad sexual que se materializa en sus cuerpos las sitúa en posiciones de mucho más riesgo”. 

Por otro lado, se registró un total de 22 asesinatos a hombres gay, que equivale al 25.3% del total y 11 casos de lesbofeminicidios, que representan el 12.6%. También se reportó la muerte violenta de un hombre trans y una persona muxe.

Quienes ejercían el trabajo sexual y eran empleadas fueron las mayores víctimas, con 7 cada una. Asimismo, se identificaron a 6 personas defensoras de derechos humanos, 3 periodistas, y una persona que vivía con VIH. 

“Estos crímenes son violencia de género arraigada en los prejuicios”

Este año por primera vez, el informe de Letra S nombra a estas violencias como crímenes por prejuicio. Una categoría que como organización buscan socializar con el fin de dar cuenta que “el odio está basado en prejuicios colectivos. El odio es social, tiene una base cultural y esta base cultural legitima este tipo de agresiones”, señaló a Presentes, Samuel Martínez.

“Con este informe proponemos entender que estos crímenes son violencia de género arraigada en los prejuicios. El odio individual no explica los crímenes de odio. Son producto de la construcción cultural y social arraigada en prejuicios”, agregó el investigador.

Para el informe de este año, Letra S también analizó al menos 354 crímenes por prejuicio no letales que reportó la plataforma Visible de la organización Amicus.

De los cuales 50.6% fueron agresiones verbales; 20.3% agresiones físicas; 19.8% agresiones psicológicas; 6.5% agresiones sexuales; y un 2.8% corresponden a detenciones injustificadas.

Las formas de la violencia 

“Una de las tendencias que identificamos durante este año es el aumento de víctimas reportadas como desaparecidas previo a su hallazgo sin vida. En 2021 identificamos 2 de estos casos, sin embargo, para 2022 hablamos de 12. Esto nos induce a plantear la posibilidad de que esta cifra aumente para el año 2023”, señala el informe.

En Presentes hemos reportado cómo en ocasiones el delito de desaparición es el escalón previo a la violencia transfeminicida y lesbofeminicida. Pasó con Ximena Madrid Flores y la joven Odilia Castillo.

Además, en 27 casos “se determinó que las víctimas fueron sometidas a múltiples violencias como golpes, violencia sexual e indicios de tortura. Ensañamiento con los cuerpos ya sin vida: decapitados, quemados y rematados por autos en marcha”, dice el informe.

Los estados donde más se registraron los crímenes por prejuicio en 2022 fueron Oaxaca, Veracruz, Chihuahua y el Estado de México.

Más de un tercio de los crímenes se cometieron con arma de fuego

De acuerdo al informe, en 65 de los 87 casos documentados se pudo identificar el arma homicida. Las armas de fuego fueron utilizadas por los perpetradores en 33 casos, lo que representa el 37.9%. En segundo lugar, se registraron las armas blancas o filosas las cuales fueron usadas en 17, es decir, en el 19.5% de los casos.

Las armas de fuego fueron más utilizadas para agredir a mujeres lesbianas y trans. En 7 de los 11 lesbofeminicidios registrados utilizaron este tipo de arma, así mismo en 18 de los 48 transfeminicidios documentados. 

En contraste, sobre los crímenes por prejuicio contra hombres gay, el arma predominante de los agresores fueron armas filosas en 8 de los 22 casos registrados.

Informe de Letra S.

Iniciativas que llenan el vacío del Estado para el registro de violencias

Para Samuel Martínez el principal pendiente que tiene el Estado mexicano frente a los crímenes por prejuicio es no atender las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para la construcción de sistemas de información oficiales diferenciados por orientación sexual e identidad de género para las víctimas LGBTI+.

“Esperaríamos que la tarea de documentar, registrar y analizar esta información de manera oficial es deber y trabajo del Estado, pero como una forma, no de sustituir ni de relevar en la labor, sino de tratar de llenar ese vacío, pues surgen iniciativas de sociedad civil”, dice. 

“Con este informe logramos demostrar que estos sistemas de información, tanto el de Visible de Amicus como el de Letra S se complementan. Permiten producir una fotografía mucho más cercana a la gravedad de este fenómeno. Por eso son fundamentales las alianzas y la construcción de nuevos mecanismos de información, que puedan ser replicados de manera local. Y eso nos permita construir un sistema de carácter nacional”, enfatizó.

Pendientes: investigar la violencia por prejuicio y evitar estos crímenes

Pese a la existencia del Protocolo Nacional de Actuación para el Personal de las Instancias de Procuración de Justicia en casos que involucren la Orientación Sexual o la Identidad de Género y otros a nivel local, Martínez denuncia que éstos no se implementan.

En ese sentido, Samuel Martínez considera que “para lograr un acceso a la justicia mucho más elevado”, el Estado mexicano debe investigar de acuerdo a la identidad de género y orientación sexual de las víctimas, aplicar los protocolos que ya existen y generar nuevos de acuerdo a las necesidades de la población LGBTI+ en el país.

“El Estado mexicano tiene como pendiente promover la prevención de la violencia y erradicarla en sus estados menos letales como lo son las agresiones, el acoso, las detenciones arbitrarias, ahí está la raíz de las violencias letales. El Estado debe garantizar la prevención y atender este problema desde sus primeras expresiones”, finalizó el investigador. 

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