La Corte Suprema falló a favor de la Iglesia y en contra de la embajadora LGTB de Argentina Alba Rueda

La Corte Suprema de Justicia rechazó el pedido de Alba Rueda de rectificar la identidad de género en sus registros de bautismo y confirmación.

(Noticia actualizada 24/4)

BUENOS AIRES, Argentina.

La Corte Suprema de Justicia rechazó, en un fallo del 20 de abril, el pedido de la Representante Especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género  Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y activista trans, Alba Rueda, de rectificar la identidad de género en sus registros de bautismo y confirmación emitidos por el Arzobispado de Salta. En declaraciones a Presentes, Rueda informó que iniciará acciones en el sistema internacional de Derechos Humanos.

«Ficciones jurídicas»

El pedido al Arzobispado se había iniciado en 2018. Tras el rechazo de la iglesia salteña de adecuarse a la ley de identidad de género, mediante el planteo de inconstitucionalidad de la ley 17.032 (que reconoce desde el Estado a la Iglesia Católica como autoridad de culto y espiritual), Rueda acudió a los tribunales en 2019. El Arzobispo le dijo que el derecho canónico de la Iglesia desconocía las «ficciones jurídicas» del derecho civil, en referencia a la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012. Entonces la activista presentó su denuncia en el Juzgado nro. 58 de Salta. Desde allí se rechazó el pedido. En noviembre de 2019 La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil también rechazó la solicitud. Rueda fue al máximo tribunal en la Argentina: La Corte Suprema de Justicia de la Nación. No lo hizo sola, sino con el acompañamiento de 40 organizaciones de Ddhh y diversidad sexual, que presentaron amicus curiae solicitando una audiencia pública.

El fallo de la Corte

Ahora la Corte confirmó el rechazo de la Cámara y respondió amparándose en el principio de neutralidad religiosa del Estado que figura en la Constitución. En esta línea, considera que la práctica religiosa es un hecho de índole privada y que esos registros sólo se rigen por las leyes canónicas.  

“La forma y el contenido de los registros sacramentales, como así también lo atinente a su modificación o alteración, son temas exclusivamente vinculados con la realización de los fines específicos de la Iglesia Católica”. 

En el fallo de la Corte Suprema de Justicia, firmado por Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rozencratz, también se obliga a Rueda a pagar las costas del juicio, algo que en las instancias previas la Justicia no había incluído.

Hay miles de LGBT en América Latina

Alba Rueda la Catedral de Salta. Crédito: Luli Leiras

En diálogo con Presentes, Rueda dijo: «No estoy sola. Hay miles de personas LGBT en América Latina que somos personas católicas en la institución y en la Corte Suprema nos hemos presentado más de 40 organizaciones de Argentina y América Latina solicitando una audiencia pública para poder contar y expresar nuestra posición como personas LGTB dentro de las instituciones católicas. Eso lo ha silenciado la Corte Suprema. El procedimiento ha desconocido nuestro pedido de audiencia y ha generado una sentencia violenta, que vulnera nuestros derechos más fundamentales como el derecho a la identidad y a la libertad religiosa, y además nos niega el carácter discriminatorio de la institución».

Por su parte, una de las abogadas que acompaña a Alba Rueda, Julieta Arosteguy dijo a Presentes que este fallo de la Corte excede el caso puntual de su defendida y que también dificulta o imposibilita la apostasía, en el caso de las personas trans y travestis que quieran renunciar a la Iglesia Católica.

«Hubo una aspotasía colectiva en 2018 que nunca pudieron llevarse a cabo, se judicializaron algunas y se está esperando que resuelva la Corte. La Cámara había resuelto en dos casos que no se podían suprimir los registros de la Iglesia Católica. Si se leen esas sentencias junto con el fallo de Alba, nos damos cuenta de que la vulneración de los derechos de la identidad de género de las personas trans que forman parte de la Iglesia Católica se va a extender también a las personas que no forman parte de la Iglesia Católica. Si Alba, por ejemplo, quisiera irse, como sugirió el Procurador General de la Nación en su dictamen, tampoco podría ejercer su derecho a la libertad religiosa porque la Iglesia Católica mantendría los registros de su nombre dado al nacer sin respetar su identidad de género».

“Es un fallo que ratifica el heterosexismo”

“Muches compañeres trans son católiques. Fueron bautizades, hicieron la catequesis, tomaron la comunión, se confirmaron. Y luego fueron expulsades de sus comunidades religiosas por su identidad de género”, -explica Rueda-. “Tenemos derecho a participar de la vida religiosa de nuestras iglesias en condiciones de igualdad y respeto. No deberían negarnos los sacramentos por nuestra identidad de género”, dijo Rueda a Presentes en 2019. 

Rueda tiene un largo recorrido de activismo por los derechos de las personas LGBTIQ+. Nació en Salta y de chica se instaló en Buenos Aires junto a su familia. Militó la Ley de Identidad de Género y el matrimonio igualitario junto a históricas como Lohana Berkins y Diana Sacayán. Fue la presidenta y una de las fundadoras de Mujeres Trans Argentina, organización que continúa integrando.

«Hay una voz colectiva silenciada por la Iglesia Católica y por la Corte Suprema que niega la oportunidad de hablar de este tema. En términos históricos hemos perdido la oportunidad de debatir públicamente con organizaciones de derechos humanos, basándose en una ley de Onganía que homologa a los católicos a decidir quiénes y cómo podemos profesar nuestra fe. Es un fallo que ratifica la  heterosexualidad compulsiva,, el heterosexismo y el cisbinarismo dentro de las instituciones católicas. La dimensión de daño que ha generado la Corte es enorme y me obliga a denunciar a nuestro país en las instancias internacionales para poder pedir justicia y reconocimiento de mi identidad de género en el ejercicio de mi libertad religiosa», agregó Rueda a Presentes.

En un video que publicó en sus redes sociales el 23 de abril, Rueda expresó: «La Corte Suprema de Justicia a cargo de (Ricardo) Lorenzetti, (Carlos) Rosenkrantz y (Juan Carlos) Maqueda han dicho que la iglesia católica tiene razón. Que yo tengo que dejar mi identidad de género en el momento en el que entro a la iglesia católica. Que ellos por razones de dogma pueden nombrarme como quieran. Pueden inscribirme como quieran, pueden crear cualquier documento ficcionando mi identidad y si yo quiero vivir en la fe tengo que aceptar esa situación.Eso es absolutamente inaceptable. Es una lesión enorme no solo en lo individual sino también en las miles de personas lesbianas, travestis, trans, no binarias, gays que somos partes de la comunidad cristiana en Argentina y en todo el mundo».

Rueda también mencionó en su charla con Presentes el reciente documental Amén, donde el Papa Francisco responde a un grupo de jóvenes: «La Iglesia católica no puede cerrarle la puerta a nadie. Y los que lo hacen son infiltrados que aprovechan la escuela de la iglesia para su estrechez personal, es una de las corrupciones de la iglesia».

Un guiño al conservadurismo

Desde que asumió como representante Especial, cargo que solo tienen seis países del mundo entre ellos Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña, Francia y Nueva Zelanda, el rol de Alba Rueda recorre el mundo. En 2022 la revista Time la incluyó en una lista entre las 100 líderes emergentes del futuro. Y en el 2021 la BBC en una de las 100 personas más influyentes del mundo.  Sin embargo, este fallo de la Corte Suprema es, en palabras del abogado Alejandro Mamaní – representante de Rueda- un «guiño al conservadurismo».

«Una de las cuestiones más presentes que nos trae el fallo es no sólo haber perdido una oportunidad histórica de debate respecto a las diversidades y la religión, que es necesaria en este momento socio-histórico. Un fallo de este tipo es un guiño al conservadurismo y al avance de antiderechos que existe actualmente en América Latina. No sólo en Argentina sino en Perú, en México, en Ecuador. O sea, es un guiño hacia esta suerte de negación de derechos de la comunidad LGTBIQ+», dijo a Presentes Mamaní.

Además de este juicio, Rueda ha iniciado otro a partir de la filtración del expediente que era reservado en el proceso judicial iniciado en 2018. Cuando Rueda llevó su caso a la Justicia, el Arzobispado de Salta ofreció hacer el cambio en los registros, para evitar una sentencia judicial. Pero en lugar de hacer actas nuevas, respetando la intimidad de Rueda y la confidencialidad de su cambio de género, hicieron una anotación marginal en los registros existentes, exponiendo su identidad anterior y transgrediendo la confidencialidad que establece la ley.

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