Qué dice la sentencia que absolvió a Higui y por qué tiene perspectiva de género

“¿Puede Higui, lesbiana, negra, pobre, defenderse ante un ataque? La sentencia responde a esta pregunta y reconoce su derecho a la autodefensa.

29 de marzo de 2022
Agustina Ramos
Ariel GutraichLuli LeirasArchivo Agencia Presentes

La sentencia que absolvió a Eva Analía “Higui” De Jesús, acusada de homicidio simple por defenderse, tuvo argumentos planteados desde una perspectiva de género. Así lo subrayaron las abogadas que acompañaron a Higui en el juicio y dieron a conocer el documento hoy en una conferencia de prensa en el espacio Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. El Tribunal los informó el 25 de marzo.

“¿Puede Higui, lesbiana, negra, pobre, defenderse ante un ataque?”, fue la pregunta que para Claudia Spatocco, abogada de Higui junto a Gabriela “Chiqui” Conder, resolvió el tribunal. 

“El fallo analiza la prueba desde el punto de vista de la versión de lo que dijo Higui. Por eso es sumamente importante. De eso se trata la perspectiva de género: situar en el contexto y no solamente leer el hecho en particular, aislado, de todo lo que había vivido Higui ese día”, amplió Indiana Guereño, integrante del Equipo de Apoyo a las Defensas del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires desde donde acompañaron a la defensa de Higui y está disponible para acompañar otros casos.

La sentencia que absolvió a Higui el 17 de marzo contó con la votación unánime de los jueces Gustavo Varvello, German Saint Martin y Julián Descalzo del Tribunal Oral en lo Criminal Número 7 de San Martín (Argentina). Después de tres audiencias, valoraron de forma positiva la versión de la defensa de Higui. Y descartaron la de la fiscalía, que la acusaba por homicidio con una pena de 10 años. Para los jueces se basó en testimonios “inconsistentes”. 

Entre los puntos más relevantes del fallo, Guereño destacó que los jueces “dieron cuenta de que la versión de la fiscalía basada en el testimonio de toda la familia del fallecido era inverosímil”. Además, “tuvieron en cuenta todos los golpes que Higui tenía en el cuerpo, su ropa rasgada” y las estaturas tanto de los atacantes como de ella, que mide alrededor de 1.5 metros.

“Las secuelas de los golpes en su cuerpo y estado de su vestimenta, dan cuenta, que fue víctima de una agresión física relevante, que, si bien puede colegirse por sus dichos, tuvo lugar en acción rauda, resultó múltiple y significativa, a la que reaccionó, intentando hacerla cesar y para evitar una mayor de índole sexual, conforme el tenor de las palabras que percibió”, describió en su voto del juez Varvello.

Lo que no se investigó 

El fallo también observa que la persona fallecida, Cristian Espósito, estaba «alterada» (sic) por el alcohol que había tomado y por una pelea anterior que había contraído con su primo. En cambio, muestra que, a partir de todos los otros testimonios, Higui estaba tranquila y buscaba irse antes del ataque. 

Los jueces argumentaron que no se pudieron comprobar -por fuera del relato de Higui- los insultos que recibió durante el ataque sobre su orientación sexual (“lesbiana de mierda” y “te voy a hacer mujer”). Sin embargo, destacaron que su orientación sexual “resulta factor común de discriminación, que generalmente se traduce en sarcasmos, insultos y en algunos casos agresión física y que la ingesta significativa de alcohol, potencia conductas agresivas, verbales y físicas”.

Las abogadas resaltaron que un aspecto importante de la sentencia “es decir todo lo que no se investigó”. Así lo indicaron a Presentes Guereño y Spatocco, en relación al proceso de peritaje, que los jueces encontraron deficiente.

Finalmente y en base al análisis de la prueba, el tribuanl concluye que “al infligir la herida, la imputada, obró en respuesta de una agresión ilegítima, que no provocó, valiéndose en la emergencia de un medio racional para repelerla, dada la marcada desigualdad de fuerzas, natural y numérica, eximiendo ello su responsabilidad en la acción que acometió y epilogó en la muerte de Cristian Rubén Espósito”.

Derecho a la defensa

“La Justicia acaba de reconocer el derecho a defendernos de las mujeres, las lesbianas”, dijo hoy durante la rueda de prensa Gabriela Chiqui Conder. Resaltó, además, la posibilidad de defensa ante una violación “correctiva”.

En esta línea habló la psicóloga de Higui, Raquel Disenfeld, quien viene acompañándola. Fue tajante: “Si ella no actuaba como actuó, moría”. Para ella la autodefensa y la defensa social deberían darse como contenidos en los programa de la Educación Secual Integral (ESI). “Necesitamos tener pautas de cuidado, de defensa y contra las violencias”, propuso.

“Cada vez hablo más fuerte porque estoy más fuerte”

Higui jugó en la sala del SERPAJ como una centrocampista: recibía preguntas, contenía y avanzaba con una firmeza que fue adquiriendo durante los años que duró el proceso judicial. Allí contó que le gustaría abrir un merendero para chiques y que quiere estudiar abogacía. 

“Esa manera de defenderse no es de víctima: es tomar el protagonismo, tomar la cancha, levantar la cabeza y decir ‘acá estamos’”, dijo sobre ella Mónica Santino, militante lesbiana y feminista, además de cofundadora de La Nuestra Fútbol Feminista.

Durante la conferencia, al querer responder una pregunta, Higui se sorprendió del volumen de su voz. “Cada vez hablo más fuerte porque estoy más fuerte”, dijo con los ojos brillantes.

“Las lesbianas pueden hacer un montón de cosas, pasa que nos cierran las puertas”, expresó. Sobre su proceso personal, el que la llevó a hoy poder nombrar lo que vivió y reconocer sus derechos, contó: “Desde chica que vengo militando sin saber lo que es la militancia. Y voy a seguir, por cierto, militando ahora que tengo un montón de herramientas”.

En esta etapa de su vida tiene muchos proyectos. “Primero y principal quiero poner un merendero para transmitir todo lo que aprendí. (…) empezando con los niños, haciéndoles conocer cuáles son sus derechos”, arrancó. Agregó que le gustaría tener un pelotero en su casa destinado a las madres solteras para que puedan cuidar de sus hijes, además de un espacio de música porque en su barrio “solo hay armas y droga”, dijo. Un tercer sueño es llevar adelante una radio para contar todo “lo que se vive en los territorios”.

De acá a cinco años, Higui se ve abogada. Dice que no puede soportar las injusticias. Por eso el 17 de marzo, cuando salió de los Tribunales de San Martín y acababa de ser absuelta pidió aparición con vida de Tehuel, justicia para las pibas y pibes víctimas del gatillo fácil, y también para las trans privadas de libertad. 

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