Juicio a Mariana Gómez: «Por mi abuso sexual nunca llegué a juicio, por desacato sí»

Esta mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal nro. 26, en la Ciudad de Buenos Aires, empezó el juicio oral contra Mariana Gómez, la joven lesbiana de 25 años que terminó procesada por «resistencia a la autoridad y lesiones» luego de que se defendiera de un policía que la agredió. Habrá dos audiencias más: la…

Esta mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal nro. 26, en la Ciudad de Buenos Aires, empezó el juicio oral contra Mariana Gómez, la joven lesbiana de 25 años que terminó procesada por «resistencia a la autoridad y lesiones» luego de que se defendiera de un policía que la agredió. Habrá dos audiencias más: la próxima será el 11 de junio a las 11 de la mañana.

El 2 de octubre de 2017, Mariana estaba besando a su esposa Rocío Girat, cerca de la estación de subte en Constitución, cuando fue violentada por la policía y terminó detenida. Hoy en el cuarto piso de los tribunales, sobre la calle Paraguay 1536, se relató lo que pasó ese día. Declararon Mariana; Rocío; el policía Jonatan Rojo; la oficial Karen Villarreal; un empleado de Metrovías y dos testigxs que asistieron a las jóvenes y grabaron con sus celulares lo que pasó.

«Me violaron durante 16 años y nunca logré que me escuchara una jueza. Ahora una jueza me escucha pero como acusada. Voy por la absolución”, dijo a Presentes Mariana. En la audiencia estuvo acompañada por su familia -su madre Celeste Basiglia y su hermano Facundo-, sus amigas y medios. Afuera, al entrar y al salir, las organizaciones la alentaron y exigieron Justicia.

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En su declaración, Mariana contó:

-Estábamos charlando porque se venia el juicio al progenitor de Rocío. Estaba fumando, no habia ningún cartel. El empleado de Metrovías me pide que lo apague. Le digo que no había carteles. Con un movimiento de mano llama al policía Jonathan Rojo. Rojo me dice «che pibe». No me deja irme. Me pone una mano en el pecho y me dice «quedate vos vas a ser detenido». Me trataba de varón todo el tiempo. Hay un forcejeo, me esposan, nunca me responden. Cuando quiero salir me retuerce el brazo. Cuando me caigo sobre Rojo, intento agarrarme de lo que sea y le termino agarrando el pelo a la oficial. Me llevaron a la oficina de policía en la estación Boedo. En el calabozo me hicieron una requisa desnuda.

Su esposa, Rocío Girat, declaró entre lágrimas.

-Le grito que no la toque, que es mujer. Me dicen que va ser detenido. Me empujan y hay gente mirando y filmando. Cuando caigo veo que no caí sobre algo mojado sino que me oriné por la situación violenta. Tenían la rodilla sobre el pecho de Mariana, intento levantarle la rodilla, me empujan. La policía gritaba «que la amiga se retire». La retuvieron tres horas esposada. Rojo estaba sin identificación. Cuando Rojo me toma los datos le digo ‘casada’ y anota soltera,  hasta que le mostré el acta de matrimonio. Me dicen que la esposan por protocolo. Nosotras dos somos víctimas de abuso y luchamos por ver a nuestros violadores esposados. Rojo se va en el móvil con ella y a mí no me querían dar información. Mientras, otro policía me dice si me creo que por ser mujer tengo todos los derechos. Esto pasa porque a un policía le molestó vernos juntas. Lo atribuyo a que somos lesbianas visibles. No es casualidad que las más visibles sean las más golpeadas, a las que le gritan por la calle que las van a matar.

 

Esta mañana un empleado de Metrovías, José María Pérez, quien le pidió a Mariana que apagara el cigarrillo dijo – muy nervioso- que vio cómo Rocío estaba llorando. Que el policía Rojo le pidió «amablemente que lo apagara» y que Mariana «dio golpes de pecho y levantó las piernas no sé con qué intención. Yo me retiro superado por la situación. No soy homofóbico. Mi hermana es igual que ellas. Ellas hacen lo que sienten».

Por su parte, el oficial Jonatan Rojo, de la Policía de la Ciudad, declaró:

-Tres veces se lo pido, siempre con respeto, que apague el cigarrillo. Ella emprende su marcha y le digo que en ese momento no se puede retirar. Como me dice que no la podemos tocar porque somos masculinos llamo de refuerzo a la oficial Karen Villarreal. Ella me da un golpe con su pecho. Yo en ningún momento forcejeo, intento que no me pegue. Intenta darse a la fuga, a los cinco metros se patina y se cae. Yo la tomo de los brazos y la reduzco. Rocío no fue violenta conmigo, no me clavó las uñas como se dijo en TV, eso no es cierto».

Los últimos en declarar fueron Gianfranco Berttachini, un joven educador que estaba en el subte y asistió a Rocío, y Eliana Piromalli, una empleada de la Fundación Huésped que realizaba unas encuestas. Piromalli dijo a Presentes: «Le di agua a Mariana, desde el inicio cómo las estaban maltratando y volví a ver si podía ayudarlas». Berttachini agregó: «Yo fui el que filmé el video para mostrar cómo la estaban reduciendo como un hombre».

Al finalizar la audiencia, el abogado de Mariana, dijo a Presentes:

«Hoy pudieron declarar todos los testigos y Mariana. Creo que tenemos buena parte de la prueba producida. Habrá una nueva audiencia la semana que viene donde se van a ver los videos y se va a incorporar la prueba pericial. Finalmente va a haber una tercera audiencia donde haremos los alegatos y la jueza dictará la sentencia. Somos optimistas, creemos que de los testimonios se desprende, de los dos relatos que existen en discusión, el de Mariana es el que se corresponde con la realidad».

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