Quiso prender fuego a una mujer trans y la policía lo liberó
La joven trans Ghia Aixa Peña Acaro fue atacada por un hombre que quiso prenderle fuego luego de golpearla y echarle gasolina en el cuerpo. Fue el viernes 15 de marzo en Piura, ciudad al norte del Perú.
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Por Vero Ferrari
La joven trans Ghia Aixa Peña Acaro fue atacada por un hombre que quiso prenderle fuego luego de golpearla y echarle gasolina en el cuerpo. Fue el viernes 15 de marzo en Piura, ciudad al norte del Perú, mientras ella se encontraba en la calle en donde ejerce el trabajo sexual. El agresor, identificado como Segundo Mauro Luna García, aprovechó un momento en que la joven se encontraba sola para agredirla. Al darse cuenta de que este hombre pretendía prenderle fuego, Ghia lo empujó y corrió a esconderse detrás de una patrulla de Serenazgo, quienes detuvieron a Luna García. Llevaron a ambxs a la comisaría de Piura.
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Según cuenta Ghia para Presentes, en la comisaría, un oficial de apellido Calderón se burló de ella, fue prepotente, la insultó y no quiso atender su denuncia. Tuvo que intervenir otra compañera trabajadora sexual para que se la tomaran.
“El policía dijo que mi denuncia no iba a proceder porque no hubo agresión física de parte de este hombre. Yo le dije vas a esperar a que el hombre me mate o me queme para recién hacerme caso y proceder con la denuncia. ‘Lastimosamente así son las leyes’, me dijo, ‘qué quieres que haga yo’. Como la intervención la realizó un serenazgo y no un policía, no tiene validez. Luego dijo que ya estaba, pero que por las puras iba a ser, porque al hombre lo iba a dejar libre, que no lo podía retener más de 24 horas, ‘ya ándate a tu casa, lo único que te queda es que hagas una marcha al Ministerio’, me dijo. Nada más”.
«Estos casos quedan en la nada»
Tonika Izamar Anton, coordinadora de la Red Trans de Piura, señaló que fueron también a la Fiscalía, ya que la policía se negó en un primer momento a sentar la denuncia. Les dijeron que como ya existe una denuncia tienen que esperar que pase a la Fiscalía.
También señaló que liberaron al agresor a pesar de tener antecedentes penales; dos ingresos a la cárcel y el intento de feminicidio contra su compañera. Esto pone en peligro la vida de Ghia, quien se encuentra muy afectada y no quiere salir de su casa.
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“Nosotras no solamente estamos indignadas, sino decepcionadas de la policía y de todo el aparato que está para brindarnos seguridad y justicia, porque no puede ser posible que un caso donde haya elementos, testigos y tentativa de feminicidio, puedan dejar libre al agresor”, sostuvo Tonika a Presentes.
“En Piura ya son varios casos que pasan, pero estos quedan en nada. Debería haber ya una data sobre los casos que sea diferenciada. Ponen ‘hombres’ en lugar de ‘mujer trans’ y eso invisibiliza la información y la necesidad de protección diferenciada y mecanismos que garanticen nuestras vidas. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables debe asumir también la terapia psicológica para mujeres trans, porque Ghia está traumada, no quiere salir, no quiere comer. Eso hacen con las mujeres cuando las atacan, pero con nosotras, las chicas trans, no”.
Una prensa que justifica la violencia
La Red Trans de Piura repudió la forma en que se han referido al caso alguna prensa de Piura, como el periódico La Hora, en la que tergiversan los hechos y asumen que existió una relación sentimental entre el agresor y la joven. La noticia que ha estado circulando sostiene que el ataque fue producido por los celos debido a una infidelidad, intentando justificar la forma en que la Ghia había sido violentada. Ella niega cualquier relación con el sujeto e incluso conocerlo, y que sí intentó poner la denuncia, a pesar del maltrato policial.
Un Estado que no llega
A pesar de que existen instancias para brindar asistencia legal a personas que denuncian violencia, el acceso para las mujeres trans es complejo y dificultoso. Muchas desconocen estos servicios, empezando por los Centros de Emergencia Mujer que tienen lineamientos para atención a la diversidad, pasando por el Ministerio de Justicia que brinda defensa legal.
También existe el soporte psicológico comunitario que brinda el Ministerio de Salud o el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo, para que se investigue y sancione el maltrato policial. Pero si estos servicios no son conocidos, ni difundidos entre las poblaciones más desfavorecidas, poco pueden hacer ellas para no ser revictimizadas.
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