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#JuicioDianaSacayán: el INADI pidió prisión perpetua por travesticidio
La novena audiencia del juicio por el travesticidio de Diana Sacayán se centró en los alegatos de los representantes jurídicos del Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), querellante en la causa
Por Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña Fotos: Ariel Gutraich y CIJ
La novena audiencia del juicio por el travesticidio de Diana Sacayán se centró en los alegatos de los representantes jurídicos del Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), querellante en la causa. La defensora de derechos humanos y referente travesti fue trabajadora del INADI en el área de diversidad sexual, y desde allí impulsó muchas de sus luchas y logros como la ley de Identidad de Género y el cupo laboral travesti-trans en la Provincia de Buenos Aires.
La hora pautada para la audiencia era las 9:30 pero, como la semana pasada, comenzó al menos una hora más tarde. También, como la vez anterior, el abogado del acusado Gabriel David Marino, Lucas Tassara, interrumpió el inicio para comunicar a los jueces del Tribunal Oral N4 – Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio Cesar Báez- que su defendido no había desayunado en el penal de Ezeiza y que eso ya le había causado mareos. Esto generó un malestar general del público –la mayoría familiares y compañerxs de Diana- y los jueces decidieron que se le alcanzara un desayuno a la sala, y lo comiera allí: “Creemos que es importante que el acusado escuche los alegatos”, dijo Báez, el presidente del Tribunal.
El alegato del Inadi duró tres horas, estuvo dividido en ocho capítulos y fue expuesto por los abogados Juan Kassargian y Micaela Saban Orsini.
Kassargian abrió el alegato haciendo una síntesis de los hechos del 11 de octubre de 2015, noche del travesticidio, dando por probado que Marino y otro hombre estuvieron en la casa de Diana Sacayán, según declaraciones del guardia de seguridad del edificio de Flores:
-Atacaron a Diana con sus cuerpos. Se hicieron del elemento sorpresa. La atacaron por la espalda, algo propio de los cobardes, en un claro contexto de odio y violencia de género.
Ferocidad
Después de reconstruir cómo Diana intentó defenderse, cómo la tiraron al piso y la maniataron, cómo la acuchillaron reiteradas veces, cómo tuvo una sobrevida de diez minutos, Kassargian pasó a dar cuenta de la valoración de la prueba a partir del testimonio del médico forense Roberto Cohen, quien en su momento habló de la “ferocidad” con la que fue asesinada: veintisiete lesiones y 7 golpes contundentes en la cabeza, entre otros actos de violencia.
Cuando el abogado enumeraba esto y algunos familiares volvían a escuchar entre lágrimas la reconstrucción del travesticidio de Diana, un funcionario entró a la sala con una taza de té: era para Marino, quien desayunó mientras seguían los detalles escabrosos del crimen.
Kassargian hizo un recorrido también por los testimonios del hermano de Diana, Sasha Sacayán, quien destacó la militancia y cómo nadie la pudo reemplazar en su rol de activista por los derechos del colectivo travesti-trans y la dificultad de construir liderazgos travestis en una población que tiene un promedio de vida de 35 a 40 años en la Argentina.
El abogado del Inadi también hizo énfasis en el testimonio de la testiga experta, la activista muxe Amaranta Gómez Regalado, quien dio una clase magistral sobre la identidad travesti y trans en América Latina y la escasez de liderazgos a nivel mundial en una audiencia previa.
Marino, con antecedentes de violencia
En el repaso de las pruebas científicas y los principales testimonios, Kassargian se refirió especialmente a cómo los funcionarios de la división Homicidios cruzaron la información para dar con el paradero de Marino, quien en su perfil de Facebook se hacía pasar por “Lautaro”. También habló sobre las escuchas del ex Cenareso –donde Marino y Diana se conocieron- y donde alguien se refirió a él como “una persona muy violenta. «Se destacaba su carácter de irascibilidad, sobre todo cuando estaba en abstinencia”.
-Informes de la causa destacaron que el imputado estaba lúcido esa noche y que nada puede justificar su conducta-, dijo el abogado del Inadi.
Por eso mismo el abogado hizo énfasis en la motivación de odio de género a la identidad de travesti por parte de Marino, citando a la teórica Judith Butler en su definición de la “doble negación” de las identidades trans por los perpetradores de violencia: negación de su propio deseo y negación de esas identidades, que deshumanizan.
-Enmarcamos su homicidio en un crimen de odio, también llamado por la academia «por discriminación o prejuicio», porque el perpetrador selecciona a la víctima por pertenecer a una minoría y además envía un mensaje de amenaza al grupo al que pertenece. Obliga al colectivo a estar en permanente estado de alarma. Marino atentó esa noche contra la sociedad. Marino constituyó una grave violación a los derechos humanos. Sabía que al matar a Diana mataba a una líder, a una defensora de los derechos humanos.
Diana, la irremplazable
Después de un cuarto intermedio de diez minutos, la abogada Micaela Saban Orsini se explayó sobre el rol de Diana como trabajadora del Inadi y en cómo su travesticidio había dejado un vacío entre sus compañeros y en la institución imposible de llenar.
Saban Orsini hizo un recorrido por las batallas de Diana, como la Ley de Identidad de Género, la derogación de los edictos policiales que criminalizaban las identidades travestis, la Ley de cupo laboral travesti trans en la Provincia de Buenos Aires y el proyecto de consultorios médicos inclusivos en La Matanza.
-Diana recibió su nuevo documento en 2012 en la Casa Rosada y dijo: “Dejé de ser una persona que no existe”. También ese año se presentó como Defensora del Pueblo de La Matanza. Sus compañeros de oficina del Inadi recuerdan cuando llegó con la idea del cupo trans. Diana tenía una alta sensibilidad social. Nos hace falta en el Instituto. Era un ejemplo de lucha y compromiso. A Diana le fue arrebatada la posibilidad de ver sus propios logros. Era una idealista, creía que se podía construir con amor, mediante redes.
La necesidad de hablar de “travesticidio”
La última parte del alegato la retomó Kassargian, quien empezó dando cifras que reflejan la vulneración de derechos del colectivo travesti-trans. Según un informe realizado por el Indec y el Inadi en 2012, el 84,/% de las personas encuestadas aseguró haber sufrido violencia: el 63% en su barrio y el 50% en el seno familiar. A su vez, el 80,4% no cuenta con acceso a la salud y el 80% está vinculada a la prostitución: la propia Diana lo estuvo muchísimo tiempo, hasta que empezó a trabajar en el Inadi.
Con estos datos de contexto, Kassargian urgió al Tribunal a que tomara en cuenta los agravantes por odio, violencia de género y ensañamiento y alevosía y pidió también la prisión perpetua para Marino. Después de hacer un recorrido por postulados filosóficos que fueron desde Primo Levi hasta Judith Butler, dijo: “El mensaje de odio está inscripto en el cuerpo de la víctima. Proyectaron eso en el cuerpo y en la habitación que era, como dijo la testigo M, ‘una película de terror’”.
El acusado Marino junto a sus abogados defensores
Para finalizar, destacó los amicus curiae que presentaron las organizaciones de la diversidad sexual, CHA, 100% Diversidad y Derechos y Abosex, donde se insiste en la necesidad de que la sentencia use el término “travesticidio”.
–En el INADI entendemos que el lenguaje genera mundo. No es posible existir si no se está inscripto en la estructura del lenguaje. Por eso creemos en la necesidad de usar la palabra travesticidio. ¿Existe en el Código Penal? No, no existe. Pero tampoco la palabra “parricidio” y sin embargo se usa. Si matan al padre, se habla de parricidio; si matan a un hijo/a, se habla de filicidio; al hermano/a, fraticidio. Entonces, cuando matan a una travesti por su condición de tal, se debe hablar de travesticidio. Y si la pregunta es, ¿deben haber tantos sufijos “cidio” como géneros? La respuesta es sí, porque la realidad, las circunstancias y penurias de cada colectivo, la discriminación particular y estructural que atraviesan, es tan singular como sus propias identidades-, argumentó Kassargian.]]>
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