“Sienten que no le pegan a una mujer, sino a eso monstruoso”

A partir del ataque a una travesti en Córdoba – filmado por los agresores y viralizado en redes sociales- la activista trans Violeta Alegre escribe sobre la violencia machista ejercida hacia los cuerpos de feminidades y se pregunta por qué la lucha y la indignación no es igual para todas las víctimas. ¿Hay cuerpos que valen más que otros?

A partir del ataque a una travesti en Córdoba – filmado por los agresores y viralizado en redes sociales- la activista trans Violeta Alegre escribe sobre la violencia machista ejercida hacia los cuerpos de feminidades y se pregunta por qué la lucha y la indignación no es igual para todas las víctimas. ¿Hay cuerpos que valen más que otros? Por Violeta Alegre* Ilustración: Florencia Capello Preocupante, desgastante, doloroso. Ayer fue Araceli, hace unas semanas Camila, hace unas horas, ahora mismo, tantas, que no nos llegan ni los nombres, o si intentamos poner los nombres y pedimos atención parece que hay un test mediático previo para ver si es, será, moverá lo suficiente como para tener acciones concretas. Y quizá solo se escuchen algunas voces, solo se organicen algunxs cuerpxs, no se escuchen otras tantas, y la hegemonía continua. Omitiendo, habilitando por demás, y el grito es siempre el mismo y está quedando vacío. Me “toca” escribir desde Córdoba Capital, donde hace unos días ocurrió un ataque a una chica trans por parte de un grupo de jóvenes que se bajaron de un auto y la voltearon en el piso de una trompada. A muchos acá eso lxs divierte, lxs jóvenes se sienten totalmente habilitados a maltratar, violentar a una trans.

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Sienten que no le están pegando a una mujer, sino a eso monstruoso que se para al costado de una calle o una ruta para poder comer y pagar sus necesidades básicas. Objeto sexual o de divertimento, su cuerpo e integridad emocional no tienen valor alguno para este tipo de violentos. Pero, volviendo a lo anterior, este tipo de hechos no interpela a todxs de la misma manera. A las travestis ni nos buscan, ni lo difunden. Nunca será colectiva la lucha mientras ante un mismo enemigo algunxs cuerpxs tengan más valor que otros. Mientras “50 mil” se van organizando de nuevo ante la muerte, no se ve ese encuentro ante la vida. Y eso, todo esto, solo ilustra una ficción política más, que nunca sale de las estructuras.

“Mientras tanto sigue destrozando vidas”

Se regulan campos de fuerza política para jugar carreras entre poderes. El individualismo y la conmoción como motor reactivo temporario. Debemos poner realmente en cuestión nuestras practicas íntimas, privadas. “Hacer la revolución” no da garantía de ser revolucionarix sino lo llevamos a nuestra propia subjetividad.
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El video de la golpiza en Córdoba a Adriana, la chica trans, se viralizó pero los culpables siguen impunes. No existe pena para alguien que te mete una trompada en la cara y te deja inconsciente en el piso, y menos si “la agredida no se murió” (como si esas no fueran formas de ir matándote). Mientras tanto siguen destrozando vidas completamente vulneradas, sin acceso a nada, sólo supervivencia: física, subjetiva, emocional, psicológica, sin sistema compensatorio, sin sororidad. *Activista trans, docente, consultora para el Banco Mundial, diplomada en Género por la Universidad Nacional de General Sarmiento.]]>

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