Condenaron a 5 miembros de una comunidad mapuche por usurpación de su propio territorio

El Lof Buenuleo está reconocido en el Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas.

El Tribunal Oral de Bariloche condenó por usurpación de su propio territorio a cinco integrantes de la comunidad mapuche Lof Buenuleode Bariloche, situada a los pies del Cerro Ventana: Ramiro Buenuleo, Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman y Nahuel Maliqueo. Por su parte, Nicolás Quijada, también de la comunidad, fue absuelto por falta de pruebas. 

En el juicio también se acusaba a Mauro Millán (lonko de la comunidad Pilláñ Mahuiza de Corcovado) y a Claudio Raile, quienes fueron absueltos.

El fallo fue emitido por unanimidad por parte del tribunal integrado por los jueces Ignacio Mario Gandolfi, Víctor Gangarrossa y Romina Martini.

“Un asunto complejo”

El juez Gandolfi dijo que se trató de un “asunto complejo, con ribetes particulares respecto a los litigios habituales”. Al momento de fundamentar la sentencia, expresó que “hubo privación de la posesión del predio, más allá de que el poseedor tenga o no un título de propiedad” en disputa. 

Gandolfi manifestó que los imputados ejercieron un “despojo”, una palabra que, paradójicamente, los mapuche usan para explicar lo que ellos han padecido en el “genocidio originario”.

En diálogo con Presentes, el abogado Matías Schraer dijo que al dictar la sentencia los jueces “claramente no aplicaron el derecho indígena. Solamente contemplan la posesión civil del predio sin tener en cuenta que la comunidad ejerció la ocupación tradicional todos estos años y al momento de los hechos estaba ejerciéndola”.

El conflicto

Lof Buenuleo figura en el Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, que le reconoce 480 hectáreas donde sus familiares directos han habitado desde 1880. De hecho, desde principios del siglo pasado este lote pastoril figura en los mapas como Pampa de Huenuleo. Sin embargo, desde 2019, 90 de esas hectáreas están en conflicto porque se las adjudica Emilio Friedrich. Pero Friedrich no tiene un título de propiedad sino un boleto de compraventa que la defensa de lxs acusadxs considera apócrifo. A través de su abogado, Alejandro Pschunder, denunciaron que el 10 de septiembre de ese año Ramiro Buenuleo y otras personas ingresaron al predio en una camioneta y lo tomaron.

Comunidad mapuche Lof Buenuleo en su territorio. Foto de archivo/ Prensa, Ministerio de Seguridad de la Nación

El 25 de agosto de 2014, la familia Buenuleo relató que estaba terminando de velar al fallecido Antonio Buenuleo, abuelo y lonko de la comunidad, cuando un intermediario de Friedrich ocupó 90 hectáreas de bosque nativo con fuente de agua propia, y las adquirió a un precio vil. Claudio Thieck se las había cedido por 120 mil pesos. 

El 10 de septiembre de 2019 algunas de las familias que integran esa comunidad recuperaron las 90 hectáreas. Desde entonces fueron objeto de acoso judicial y policial. Acusadas de usurpación, resistieron órdenes de desalojo. 

Las tres absoluciones

Sin embargo, el letrado ponderó que “hubo tres absoluciones, sobre todo la de Mauro Millán en su condición de lonko y autoridad del pueblo mapuche. Era muy importante que quedara absuelto, y respecto de las cinco condenas vamos a apelar porque hay argumentos de sobra para hacerlo, esto no terminó”.

 Para Schraer “lo más loco es que el Estado le reconozca a la comunidad la ocupación, incluso la justicia federal le ordenó la entrega del título de propiedad comunitario, y la justicia penal los condena por usurpar su propio territorio, un contrasentido inentendible”.

Aunque vive en el Lof Pilláñ Mahuiza a 500 kilómetros de distancia, a Millán lo imputaron porque en noviembre de 2019 acudió a la comunidad Buenuleo para celebrar –levantar, dicen les mapuche– una ceremonia. El tribunal de Bariloche lo acaba de absolver porque entendió que, a diferencia de los Buenuleo, “no actuó como dueño”. 

En diálogo con Presentes, Millán dijo que “es un fallo que deja un gusto amargo. Es un retroceso en el derecho y la democracia que convalida el despojo sistemático de grupos empresariales racistas y supremacistas. Cinco miembros de la comunidad Buenuleo fueron condenados por el delito de usurpación con un argumento que blanquea la usurpación huinca (blanca invasora). Queda bien claro que hay una doble vara. A mí me absuelven por considerar que yo no fui a despojar a un privado de su propiedad pero sin embargo aceptan mi rol de lonko como necesario e importante, vaya a saber por qué”. En su mirada, es na historia inverosímil. “Un empleado repositor de Carrefour hoy tiene ocho hectáreas en el centro de Bariloche y la justicia le cree que las compró de buena fe y en buenos términos. Convalidan un boleto de compra-venta que fue cuestionado y denunciado por los Buenuleo”.

En tanto, el abogado Gustavo Franquet, de La Gremial dijo que “la condena a los integrantes de la comunidad Buenuleo muestra los límites infranqueables para la mayoría de los jueces de la apropiación privada de los territorios robados a los mapuche. El derecho existe justamente para defender ese robo, esa ‘privatización’ original”.

Los intereses inmobiliarios

El propio Millán había explicado a Presentes cómo fue que terminó sometido a juicio. 

“Esa comunidad está muy cerca de la meca de los negocios inmobiliarios que es Bariloche. Allí se llevó adelante una reivindicación del territorio para retenerlo porque estaba amenazado. Me invitaron para levantar una ceremonia. Son sitios frágiles que por algo no han sido habitados con la lógica de las grandes viviendas y mansiones”, relató el lonko. 

“Cuando levanté ceremonia vinieron patotas enviadas por el supuesto dueño, nos amenazaron de muerte con armas de fuego y blancas. Vino la policía y la fiscalía y me quedé como líder político, filosófico y espiritual. También había niños y mujeres. La fiscalía armó un listado y terminamos todos imputados. Salimos sobreseídos de este conflicto pero el Superior Tribunal de Justicia volvió todo para atrás”, completó.

Millán recordó que “esto generó mucha oposición en el empresariado y el poder político de Río Negro. Le costó el cargo a Magdalena Odarda, ex titular del INAI. Por eso el propio Poder Judicial nos vuelve a acusar, no pueden permitir que una comunidad gane un litigio de estas características porque deshabilita sus ambiciones. El que nos denuncia es apenas un testaferro de gente que maneja millones de dólares con la especulación inmobiliaria”. 

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