Alicia Caf, una vida intensa y solidaria atravesada por sueños comunitarios
Activista lésbica y por los derechos de todas las personas dejadas al margen, Alicia Caf murió en la precariedad y está viva en la memoria de sus compañeras.
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Activista lesbiana, Alicia Caf era una presencia habitual en todas las marchas de la Ciudad de Buenos Aires, acompañando distintas luchas. Su existir era colectivo y su mirada interseccional. Fue una de las ideólogas del proyecto «Sueño de Mariposas», un espacio intergeneracional de cuidado mutuo para adultas mayores y jóvenes lesbianas. Murió en la precariedad el 1 de agosto de 2020 dejando vivo un proyecto colectivo y una historia dura de supervivencia.
Alicia nació el 16 de octubre de 1951 en Buenos Aires. De chica se crió en una casa de familia de clase media en Ramos Mejía, Buenos Aires. Hija de padre desconocido, llevaba el apellido de su madre, Angela Rosa Caffarella que murió a los 49 años. Tenía una hermana más grande y una sobrina con las cuales no tenía contacto.
Sobreviviente de una infancia muy dura, con abuso intrafamiliar, solía decir que nació lesbiana. A sus 14 años fue sometida a un tratamiento psiquiátrico con electroshocks como ¨terapia de cura para su lesbianismo¨. Atravesar esto la hizo replantear toda su idea de familia. A los 17 soñaba recurrentemente con vivir en un pueblo sólo de mujeres, deseo que en su migración a Europa en 1986 pudo desplegar de alguna manera al conocer en un bar de Barcelona a la suiza Gavina Heiz quién la invitó a una comunidad similar en los Pirineos.
El exilio lésbico
Durante las casi tres décadas que vivió en Europa, se involucró en el activismo que cruzó su propia migración y su lesbianismo. Desde 1998 colaboró con la activista holandesa Gabbi Wierenga y posteriomente -y hasta su retorno a la Argentina en 2014- participó en las organizaciones SPAZ y Frauen Zentrum de Zurich. En 2001 realiza el video documental Siete veces siete recreando situaciones que viven migrantes ilegales, conversaciones sobre la precariedad de los trabajos sin papeles y que refleja un eje interseccional, la clase, el origen migratorio, la racialización, la identidad de género, la orientación sexual. Al inicio se la ve leyendo fragmentos de textos al borde de un lago, compartiendo con su entrañable amiga Gavina, y Ali dice:
«Cuando el tiempo y el espacio no son, y existe la memoria, es siempre. Esto pretende ser un homenaje a Gretel Ammann Martínez (1947 – 2000), filosofa, ensayista, activista, radical y lesbiana separatista – pionera del feminismo en Barcelona.»
Alicia vivió en casas comunitarias, participó de marchas, charlas, encuentros activistas, se involucró en ese día a día de la migración sin papeles. Se fue de Argentina a principios de los ochenta buscando vivir su lesbianismo de una manera más libre y se encontró con las otras dificultades de la migración. Practicó un activismo de solidaridades y con mirada de género y clase.
Esos años en Suiza fueron una especie de ¨exilio lésbico¨. En Argentina no era posible sostener una vida como lesbiana visible.
Una vuelta difícil y un sueño
En 2014 volvió a Argentina con la ayuda de la Cruz Roja para el pasaje. En una nota con Presentes Alicia contó: «Fue muy raro volver, porque tuve que aprender a vivir de alguna manera. Estuve mucho afuera y estaba sola. Me fui sola y volví sola.»
Los primeros años vivió en situación de calle hasta octubre de 2015. Luego pasó dos años en el Centro de Integración Frida de CABA. En ese período accede a la jubilación mínima y desde 2016 contó con ese ingreso. En 2017 alquiló una habitación en un hotel. A nivel laboral siempre tuvo trabajos muy precarios y eso fue desgastante.
En Argentina retomó su activismo, apoyaba acciones por personas en situaciones de encierro, de migración, psiquiátricas. «Alicia impulsaba el acompañamiento y el agite, estar para otres, el cuerpo presente en las luchas, que de alguna manera se cruzan en las precariedades de las vidas», cuenta a Presentes Ju, activista lesbiana y amiga.
A partir de un posteo en marzo de 2017 en el grupo cerrado de Facebook Transfeministas Cooperando, Alicia hace un pedido personal y a la vez una convocatoria a unirse y trabajar “por la necesidad de vivienda de las lesbianas adultas mayores”. Interpeló a quiénes la leía acerca de la posibilidad de armar algo en conjunto para contener y visibilizar a las vejeces lésbicas, pero en un cruce intergeneracional, con otres, así elaborar alternativas para las futuras generaciones.
De esta manera nace Sueños de Mariposas, su terreno, su isla, su espacio de mujeres. Mariposas como homenaje y reconocimiento a las hermanas Mirabal María Teresa, Patria y Minerva y a Diana Sacayán y a Lohana Berkins. En junio de 2017 se realiza la primera reunión en el bar de radio La Tribu en el barrio de Almagro en CABA. En la Asamblea Lésbica Permanente Alicia se conoció con Ju, activista lesbiana. Tiempo después se sumó a Sueños de Mariposas:
«Ese posteo de Facebook hace que se den cuenta de que no estaba sola, que había muchas personas que estaban ahí en ese replanteo de la vejez. Alicia tenía carácter fuerte, su rostro, la rudeza en la cara como signo de haber vivido tanto, y por eso también fue que me convocó tanto que lo planteara», contó Ju a Presentes.
Se hicieron amigas, craneaban eventos, encuentros, charlas, varietés, ciclos semanales de cine, todo autogestivo. Hicieron reuniones en el Centro Cultural Tierra Violeta en San Telmo, hasta que llego la posibilidad de encontrarse en el bar Ambigú, que estaba a cuadras del Congreso.
«A Ali le gustaba la cerveza, las canciones de Sandra, de Celeste Carballo, Chavela Vargas, hizo una lista en Facebook para compartir con sus temas preferidos. Pero era una persona que a veces estaba triste, añorando los años vividos en comunidad con otras lesbianas en su tiempo en Europa».
Si bien el principal objetivo era lograr el ¨lesbiátrico¨. Había una sensibilidad y empatía hacia otras problemáticas.
Insistencia, determinación y trabajo de hormiga
A Alicia le gustaba escribir en cuadernos, en hojas, en papeles sueltos, podemos llamarle una especie de diarios, en los que describía un día de su vida, listas de tareas a realizar y/o realizadas, pero sobre todo sentimientos. También se pueden leer sus constantes registros sobre administración de los recursos disponibles, sumas y restas, mails por mandar, llamadas por hacer, teléfonos y personas por agendar.
Este trabajo de registro minucioso de legado y la apertura del Instagram de Sueños de Mariposas lo hizo Mad (35 años) activista lesbotransfeminista, lesbiana y madre. Gracias a ese incipiente archivo es que hoy podemos reconstruir parte de los últimos años de Alicia en su propia voz. Mad recuerda:
«Le gustaba el cilantro fresco cortado a mano, era determinada, yo soy muy fan de sus frases, y como yo manejo las redes, siempre que pasa algo voy a buscar a su perfil de Facebook, ella decía que necesitaba de las más jóvenes porque tienen más fuerzas y a la vez ella nos daba fuerzas».
Vejez lésbica en resistencia
Alicia murió a los 68 años. Se desvaneció en la calle el 1 de agosto de 2020 en pandemia, en plena Avenida Córdoba, Ciudad de Buenos. Allí encontraron su cuerpo. Vivía en condiciones de precariedad en una habitación de un hotel familiar.
Sus amigas reclamaron el cuerpo y tras rastrear a su hermana y sobrina lograron que éstas autoricen el ingreso a la habitación para recoger sus cosas. Recuperaron algunos cuadernos y objetos que estaban siendo desechados. Hicieron una colecta para el entierro y están a la espera de una autopsia para saber la verdadera causa de muerte. Alicia había decidido hacía tiempo no ir al sistema de salud. No quería tener contacto con médicos por más que tenía una herida en el pecho que no cicatrizaba. Sus amigas atribuían esta decisión a sus experiencias de distintas violencias en la infancia.
Hasta siempre, mariposa
Su amiga por casi tres décadas en Suiza, Gavina, escribió en su cuenta de Instagram:
Ali ha sido más que una hermana para mí, más que una amiga. Nos hemos conocido por más de 33 años. Amándonos como amigas, peleando mucho también. Teníamos culturas diferentes, historias de familia diferentes (…) Hemos vivido juntas en Barcelona mucho movimiento político lesbiano!
Ju remarca: «Era una lesbiana terca, pero muy tierna, que dejaba ver su ternura por momentos y tenías que saber llevarla cuando se enojaba»-
En un posteo en su Facebook del 8 de noviembre de 2019, a las 4 de la mañana, Alicia escribió:
Aún en momentos muy oscuros, SIEMPRE, existen ¨pequeñas acciones¨ que, interconectadas entre sí, provocan un nuevo despertar lleno de esperanzas. Nuevas relaciones que nos alimentan permanentemente. Encontrar tus propias diagonales para ti es mi mayor deseo! Sueña feliz!
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