Cupo laboral: en dos años aumentó en un 900% la inserción de travestis y trans
El monitoreo realizado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad arrojó un aumento significativo durante este año.
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BUENOS AIRES, Argentina. Unas 955 personas lograron “transformar sus vidas” al ingresar a trabajar en el sector público nacional a partir de la Ley de Promoción de Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero (TTT) “Diana Sacayán – Lohana Berkins”. Desde su sanción en 2021, la inserción laboral de este colectivo en el ámbito público aumentó en más de un 900%.
«Es una política que hay que cuidar, hay que profundizarla, protegerla y seguir haciendo que se cumpla. Esos 955 no son números, son almas», expresó la subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, Agustina Ponce.
Los datos del noveno monitoreo de la Ley N° 27.636 se brindaron este lunes en un encuentro con periodistas donde participaron Ponce; la coordinadora de Acceso al Empleo para las Personas Travestis, Transexuales y Transgéneros, Cintia Pili; y la responsable del Registro Único de Aspirantes, Laura Cardozo.
Esta normativa, que fue sancionada el 24 de junio de 2021, establece un cupo mínimo del 1% de los cargos y puestos del Estado Nacional para la comunidad travesti trans, con el objetivo de que puedan acceder a un trabajo formal en condiciones de igualdad.
También establece que se deben promover acciones de concientización y sensibilización en los ámbitos laborales y prevé incentivos para el sector privado que cumpla con esta normativa. Además, promueve líneas de acceso al crédito desde el Banco de la Nación de la República Argentina para esta población.
¿Por qué la necesidad de un cupo?
La población travesti trans cuenta con mayores vulnerabilidades que el resto de la población. Desde temprana edad, al asumirse en esta identidad, las personas trans son expuestas a distintos tipos de discriminaciones, que van desde las familiares, hasta las sociales e institucionales.
La primera exclusión se da en las familias que no aceptan la asunción de esta identidad, lo que lleva a que deban abandonar sus hogares. Incluso, muchas llegan a la Argentina dejando sus países de origen para encontrarse más amparadas bajo la normativa nacional. La segunda, se da en la escolaridad. Tras el acoso de estudiantes, docentes y la falta de acompañamiento terminan, la mayoría de ellas, abandonando los estudios.
La falta de estudios, sumado a la discriminación laboral, lleva a que un alto porcentaje de travestis y mujeres trans vean a la prostitución como única forma de subsistencia. Esto trae aparejadas mayores condiciones de vulnerabilidad: la exposición a la calle, el frío, las infecciones de transmisión sexual y la violencia policial, social y del sistema de salud.
En este sentido, la Primera Encuesta sobre Población Trans (2012) de la Argentina, arrojó que solo el 64% había completado el Nivel Primario o la Escuela General Básica (EGB). Además, el 50% residía en viviendas deficitarias, al tiempo que el 85% de las feminidades trans declararon estar o haber estado en situación de prostitución.
En tanto, mientras una mujer cis en la Argentina tiene una expectativa de vida de 78 años (según datos del censo del INDEC en 2022), la de una mujer trans o travesti es de 40: menos de la mitad.
Resultados del noveno monitoreo
Antes de la sanción de la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, 101 personas de este colectivo ocupaban puestos de trabajo en el sector público. Esto significa un aumento del 946% en la contratación.
«Hemos visto cómo nos cambia la vida a nosotras mismas. Se trata de una posibilidad más que se abre a la única que hemos tenido: el ejercicio de la prostitución», aseguró Ponce. Además de funcionaria, es militante travesti y también trabajó en la calle.
En el marco de esta normativa también se realizaron más de 500 actividades de capacitación y asistencia técnica sobre acceso y permanencia laboral para este sector. Esta instancia alcanzó a 12.058 trabajadoras y trabajadores del sector público en sus tres niveles, del sector privado, sindicatos y universidades.
Con respecto a la modalidad de empleo al que accedieron las personas travestis y trans con el cupo, casi un 40% ingresó bajo el sistema de contratación previsto por la ley Marco. Mientras, un 22% se encuentra en planta permanente.
Del total de organismos relevados en el monitoreo, el 22% incrementaron las contrataciones de TTT y el 13,91 % ya cumplen o superaron el 1% establecido como piso.
En relación a la federalidad de la normativa, en cada monitoreo se registraron incrementos en las contrataciones a nivel federal. Hasta el momento, la jurisdicción con mayor porcentaje de personas TTT contratadas sigue siendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un 58,32% de los puestos. Sin embargo, se observó un cambio drástico desde el primer monitoreo, en el que las contrataciones en el resto del país representaban el 14%, frente al 41,7% actual.
El sector privado
Por otra parte, si bien la ley no obliga al sector privado a alcanzar el 1% del cupo, brinda incentivos a este sector para que contraten a personas travestis y trans. A través del Programa Nacional para la Igualdad de Géneros en el Trabajo, el Empleo y la Producción «Igualar» se busca reducir las brechas de género en el ámbito laboral. «Pueden tener todas las herramientas que están disponibles para el sector público», detalló Ponce en relación al sector privado.
En relación a los tres poderes del Estado, el ejecutivo es el que presenta el mayor porcentaje de contratación seguido del legislativo. «Luego de dos años de la Ley de Cupo, la Corte sacó una resolución diciendo que va a empezar a contratar personas travestis y trans a través de lineamientos propios», informó la subsecretaria.
El cupo del 1% para personas travestis y trans en el sector público debe continuar implementándose ya que se trata de una ley nacional. La autoridad de aplicación de esta normativa es el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, una cartera que el gobierno entrante de La Libertad Avanza, encabezado por Javier Milei, no considera necesaria. De hecho, en el contexto actual en el que se está llevando adelante una transición de la gestión saliente a la entrante, este ministerio hasta el momento no fue convocado.
«Nosotras venimos de una época represiva del Estado. Los chicos y chicas que hoy son jóvenes quizás han naturalizado el piso de derechos que hoy tenemos como la Ley de Identidad de Género. Ante un próximo escenario que parece adverso, con personajes que remiten a esa época, los y las pibes de hoy creo que la van a tener difícil», dijo Ponce.
Sin embargo, todas las presentes destacaron la importancia de defender los derechos ganados en las calles. «Es necesario seguir organizadas y seguir formándonos políticamente. Acentuar el diálogo y profundizar las políticas que tenemos gracias a personas que dieron su vida luchando», concluyó la subsecretaria.
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