El bachillerato trans Mocha Celis inaugura su llegada al nuevo barrio con un mural
La Mocha Celis es el primer bachillerato popular travesti trans no binarie y no excluyente del mundo. Mientras esperan habitar su propia sede, después de 10 años en la Ciudad de Buenos Aires, llegaron al barrio de Balvanera con un mural que retrata la lucha y los reclamos.
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Buenos Aires, Argentina. En estos últimos días de 2021, mientras vamos saliendo de la cuarentena, las travas, y trans estudiantes y egresadas del primer bachillerato popular travesti trans y no binarie del mundo, la Mocha Celis, nos reunimos en una plaza del barrio de Balvanera, cerca de Plaza Once (Ciudad de Buenos Aires). Invitadas por los directivos de la Mocha en conjunto con Agencia Presentes, nos encontramos a pintar un mural en una plaza del barrio del Once a modo de empezar a visibilizar la llegada del Bachi trava que aunque funciona desde hace 10 años en la Ciudad de Buenos Aires, tendrá su edificio propio en este barrio. Aunque por el momento la sede que nos asignaron requiere refacciones y una vez más no sabemos dónde van a empezar las clases en 2022.
La idea era encontrarnos para pintar el mural y compartir entre estudiantes y algunos de lxs más de 200 egresadxs que pasamos alguna vez por la Mocha, donde nuestras vidas se transformaron para siempre.
Para la secretaria académica Manu Mireles, pintar el mural con les compas de la Mocha fue una gran emoción. “Por la alegría de encontrarnos, abrazarnos y estar juntes haciendo una actividad en el barrio. No hay mejor bienvenida para nosotres, que llegar al barrio y comenzar a intervenir el espacio público”, dice Manu. “Nosotres en la Mocha creemos profundamente en el poder del arte para transformar, para dialogar y charlar con los vecinos. Lo más lindo fue estar allí dejando nuestra impronta y mensaje, compartiendo nuestra historia”, cuenta Manu.
La pintada del mural duró dos días. Y mientras el dibujo se iban llenando de colores, “se nos acercaron muches vecines y nos preguntaron: ¿qué están haciendo? ¿qué es la Mocha?”, dice Manu. “Qué lindo! Es una gran alegría poder repensar la comunicación comunitaria, poder pensar el arte en los territorios y poder pensar desde la mirada, desde los sentimientos, desde la historia travesti trans”, reflexiona.
La pintora y profesora de arte Ana Weisbek fue la encargada de coordinar la pintada. “La actividad de realizar un mural conlleva un proceso que no se queda solo en el tiempo en el que se realiza la intervención. Toda esta manifestación se vuelve una acción tangible y concreta pero sensible y simbólica, casi un ritual. La participacion colectiva genera sensaciones que se expanden por todo su contexto. Y así se vivió en los días que compartimos esta acción todes les participantes, nos hicimos presentes, nos conocimos, nos asistimos y creamos juntes algo inmenso”, dijo Ana a Presentes.
La ilustradora y artista que plasmó el motivo base del mural se llama Flor Capella. A su boceto inicial les estudiantes le fueron plasmando sus propias líneas, expandiendo los colores y cocreando con nuevas intervenciones. El dibujo original de Flor forma parte de una pieza de periodismo visual que narra en modo cómic la historia de la Mocha Celis. El guión fue producido con la investigación y supervisión de la Mocha junto con Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña, directoras de Agencia Presentes. Esta pieza fue seleccionada en la convocatoria Generación Feminista Movimientos y Momentos (Movements and Moments) para formar parte de una antología de cómics sobre el activismo feminista indígena y protagonistas del Sur Global, impulsada por el Goethe Institute.
Florencia estuvo pendiente de cada pedido y propuesta de las travas que con mucha alegría se congregaron durante dos días a crear y trans-pintar la historia de nuestra comunidad. “Me fui acercando al Bachillerato Mocha Celis por leer cosas de Lohana Berkins que me parecieron fascinantes y por el trabajo que hago con Agencia Presentes. Las travas me hicieron entender en serio el feminismo, para mí es algo transformador, por eso me interesaba trabajar con ustedes”, dice Flor. Y agrega: “El tema de la identidad siempre me interpela, son identidades en transformación y resistencia. El negarse a las constantes trampas de tener que elegir entre falsas opciones, habitar la incomodidad luchar por la patria ( o matria) transfeminista”.
Durante la pandemia el proyecto se trabajó una parte del tiempo a distancia, con reuniones presenciales entre la Mocha y Agencia Presentes cuando estuvo permitido juntarse.
“Sólo había podido conocer a algunas compañeras. Encontrarlas ahora haciendo el mural con el trabajo colaborativo me pareció mágico. Lo mejor de todo fueron las transformaciones del dibujo original. Los cambios de looks, de colores, la bandera trans que le agregaron, las mariposas. Es una obra colectiva, puro aprendizaje y belleza, concluye.
Mientras se desempeñaba la jornada de pintada del mural de la diversidad que defiende sus derechos por la educación inclusiva en nuestro país, lxs curiosxs y las interesadas querían saber de qué se trataba todo este despliegue de los cuerpos disidentes . ¿Qué hacían ahí escribiendo la pared de plaza de sus casas? Y ahí estaban ellas, las personas que estudiaron ahí ayer, las que estudian allí hoy, estudiantes y las egresadas.
Las egresadas siempre estamos dispuestas a participar desde donde toque estar bancando la escuela. Es un modo de recordar y devolver todo lo que la institución ayudó en este paso por ahí. Pasos que a veces son tranquilos, calmos, silenciosos y otras veces son pasos gigantes que recorren el mundo escribiendo la historia.
Lo único que siempre quisimos las que pasamos por la Mocha es dejar nuestra impronta en cada cosa que hacíamos. Por eso también en este mural dejamos nuestra historia y nuestras construcción de material producido por travestis y trans. Este mural se suma y amontona a los tantísimos contenidos que generamos las estudiantes que pasamos por la Mocha Celis: libros, películas, obras de teatro, Marchas del Orgullo y reclamos por los travesticidios y transfemicidios. Y también estadísticas y datos cruciales, que ayudan a construir una política pública.
Este mural no es mejor ni peor que todas las acciones que se realizan en el Bachi, lo sabemos y eso me vuelve loca de amor. Con nuestra mirada, teniendo siempre en cuenta que estamos llamadas a construir la mística trava trans y no binaria, así lo hicimos esas tardes de diciembre, tomando mucha agua fresca.
Las que están, las que pasaron, las que vendrán
Daniela Mercado es una travesti trabajadora del Poder Judicial, egresada de una de las primeras promociones de la Mocha Celis. Comprometida para seguir abrigando a las que vendrán a estudiar, dice:
“Es muy lindo el mural que hicimos de la Mocha. Vino a plasmar la lucha de la comunidad trava. El mural habla de toda la comunidad lgbtttiq. Y ahí veo a las grandes referentes: a la Lohana, a la Diana Sacayan. Este mural juega con si quieres verte o no”.
Lo explica así: “En el mural hay una de flequillo que cuando la veo digo: soy yo. También hay una con megáfono y me parece que sos vos. Después hay una remera que dice Furia Travesti y también podes ser vos. El mural tiene esa mística trava, somos un poquito de cada una, una lo mira y dice che esto me hace acordar de una de las tantas marchas que hacíamos cuando habitamos la escuela. Eso es el mural para mí. Reivindica la lucha de la comunidad trava y lo pudimos plasmar en una plaza, era impensado años atrás. Ver un mural en una plaza de chicos de luchadoras travestis me llena de amor. Se ve en imagen ese espíritu de lucha y de furia travesti , un trabajo de años por la conquista de derechos. Me encanta que este mural venga a recordar la lucha y este cambio de paradigma que es la diversidad en esta sociedad. También el paradigma de cómo las personas ven a las travestis y trans. A veces nos relacionan directamente con la calle y no. No somos eso. Hacer esta actividad les enseña a las personas que ya no es más así”.
Un mural hecho por nosotras para nuestra comunidad
Luana Paula Vélez es estudiante de la Mocha y una de las nuevas lideresas con la voz de nuestros reclamos. “Soy una de las que piden una reparación / indemnización por decreto de necesidad de urgencia al presidente Alberto Fernández para las compañeras de 40 y 50 años”, dice.
Luana estudia en el Mocha y durante la pintada del mural estuvo ahí, compartiendo anécdotas entre risas y carcajadas. “Salieron varios temas a tocar, también hablamos de la reparación, de buscar trabajo, de estar juntas. Viví un momento que no había imaginado compartiendo con mis hermanas y referentes para mí. Muchas de nosotras pasamos la misma historia. Fuimos excluidas de nuestros hogares, de la sociedad, sin derecho a nada. Nunca estudiamos, no tuvimos esta oportunidad. Ahora la tenemos. Gracias al esfuerzo de Pancho (Francisco Quiñones) y los directivos de la escuela. Este espacio y este mural es de nosotras, construido por nosotras, con nuestras historias, para nuestra comunidad. Eso me llena de orgullo, como también me llena de orgullo que mis hermanas puedan estudiar en este tiempo y en esta sociedad, hoy a los cuarenta y un años tengo esta oportunidad y reivindico que todas mis hermanas puedan estudiar, no abandonen sus sueños nunca”, concluye.
Compañeres de la Mocha para siempre
Hamir Santillán es egresado de la tercera generación de la Mocha Celis y hoy trabaja en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). El día que pintamos el mural, Hamir terminó de trabajar y fue “con mi pareja Dani Mercado a disfrutar del proceso. Quede súper entusiasmado, hacer esta actividad me llegó al corazón. Somos las mismas caras que pasamos por la Mocha y nos vemos en distintos contextos y con diferentes oportunidades”. Hamir también se encontró con Lautaro Rosas, “un pibe trans como yo, también con le profe Manu y Francisco (director). Los quiero mucho”, dice.
Hamir se mira, a cinco años de su egreso, y cree que existe mucha diferencia entre el Hamir que comenzó en la escuela y el que fue a pintar el mural. “Cuando fui al Bachi no tenía DNI ni había hecho el cambio registral. Ahora logré todo eso, hasta un puesto de trabajo formal y mi cirugía, así que chocho con la Mocha!”. Hamir también quiere contar que nunca perdí el contacto con Dani, ni con Morena Contreras ni con la autora de esta crónica. “Egresamos juntes y después de tanto tiempo nos volvimos a trans encontrar, para seguir conociéndonos habitando la identidad y también recordando: seremos compañeres de secundario para siempre!”.
Me llamó la atención que no vi a ningún pibe trans aparecer en la Mocha. Me gustaría que aparezcamos mucho más. Sepan todxs les pibes trans que aquí estamos para abrazarnos y seguir caminando juntes”, concluyó.
Mientras les niñes corrían por la plaza y disfrutaban de los juegos, sonreían y miraban expectantes cómo el mural de las travas se llenaba de colores. Esas miraditas nos hicieron y hacen sentirnos parte de un futuro que nos abraza bajo un cielo que también merece ser nuestro. Cuando terminó la tarea y los pinceles descansaban sobre los trapos, pensé que esos pinceles saben que las travas somos fetichistas y perfeccionistas cuando se trata de plasmar la identidad trava.
Entre las fotos, el video que grabamos, les amigues y aliades que se acercaban a saludar, el mural se fue coloreando y transformando para transformar un barrio. Balvanera pronto tendrá una escuela única en el mundo.
La primera acción en el territorio
Francisco Quiñones Cuartas, director de la Mocha, también estuvo acompañando estas jornadas. “El mural tiene como objetivo empezar acciones de reconocimiento del territorio. Que las personas empiecen a saber que en breve va a empezar a funcionar el bachillerato en el barrio de Balvanera”, dice Pancho. Mientras, esperan las obras que están haciendo el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Nación, más el ministerio de Educación, también de Nación.
“Es una iniciativa que ayuda para hacernos conocer y sumar a las compañeras del barrio. Es el puntapié inicial de las actividades que vamos a estar haciendo hasta que inauguremos el edificio, agrega. Nos pareció muy importante que sean las propias estudiantes que desarrollen la comunidad, con egresadas y egresados. Que empiecen a hacer las recorridas barriales y el reconocimiento territorial”, dice el director de esta escuela única en el mundo.
El valor de la lucha trava
Otra de las egresadas de la Mocha que participó de la actividad es Viviana González, también ex presidenta del centro de estudiantes, escritora y luchadora por la inclusión travesti trans en el deporte. Siempre acompañando con su calidez y amorosidad trans. La tarde fue cayendo entre serigrafías y cigarrillos mientras el humo se volvía brillo en el mural. “Queríamos estar en todos los detalles, poner las mariposas, las banderas políticas de la santa Lohana. Queríamos estar y recordar cada cosa que no se tiene que olvidar, porque si no, se pierde la mística trava que tanto te salva.
Otras veces Viviana fue cara de algún mural pensado como muestra de amor, lucha y agradecimiento de compañeras feministas de este país. “A veces cuando pienso en la trava dibujada, desnuda, con ropa, pagana y santa me fustigo y me alegro pensando que lindo es verte estampada en un hermoso mural y empiezo a juzgar los privilegios. Desde estos pocos privilegios, hermanas, amigas, referentes, chicas de secundario, compañeras: me gustaría pedirles que empecemos a entender el valor que cada una que aporta a la lucha trava. Salgamos a pintar, a militar, a reclamar y a profundizar este avance en nuestros derechos. En tiempos donde a veces siento que nuestra última conquista de inclusión laboral travesti trans es ley muerta. Hagámoslo con amor, desde un mural o desde celebrar a un montón de compañeras travestis y trans que hoy son ancestras y se merecen el mismo reconocimiento, porque antes esas travas no vivían o no se veían”.
Somos un mural de amor, lucha y resistencia
Nosotras defendemos el espacio público porque no tenemos acceso al espacio privado. El único espacio que tenemos está en las calles, las plazas, los barrios. La prostitución para nosotras no fue una elección, el Estado nos ha arrojado y condenado a ella. Lo decía Lohana Berkins a modo de reclamo travesti incrustado en el pecho. Y mientras ese discurso se instalaba en los feminismos, los partidos políticos, las marchas, los derechos humanos y el mundo; en muchas de nosotras ese mismo discurso se volvía carne, nos guiñaba el ojo, nos enseñaba y abrazaba a un montón de travas.
La pedagogía de Lohana nos avivaba para que tuviéramos bien en claro el lugar que ocupamos en esta sociedad. Con la enseñanza aprendida, las travestis y trans llegamos a los barrios, a las plazas y a las esquinas a pararnos. Aprendimos a observar los movimientos de las cuadras y las calles de esta ciudad. El chongo lindo que vive en el edificio, el viejo come trava, las doñitas cascarrabias, las señoras amigas, les pibis que van o vuelven del colegio, los horarios del panadero, el basurero y el lechero. A medida que van pasando los días, vamos aprendiendo a ser parte del lugar y lo que antes era desconocido se vuelve habitual. Cuando se vuelve habitual, lo habitual es astucia travesti que se empodera y libera.
De eso se trata la visibilidad para mi y de eso se tratan las palabras de Lohana, que buscaban habitar en los feminismos, como en las calles siempre habitadas por las travas de este país. Habitar y visibilizar como cuerpo travesti trans paradas en los barrios y los territorios es fundamental en esta sociedad que nos desea y nos esconde. De eso trata para nosotras la lucha: crear acciones de visibilización travesti y trans desde todos los lugares sociales, culturales posibles y habitables.Todas somos un mural de lucha, amor y resistencia en esta sociedad. Furia travesti!
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