Desaparecides LGBT+ en México: hace dos meses buscan a Tere Cox y Nora Pacheco
Teresa Cox (25) y Nora Pachecho (23), dos mujeres lesbianas de Tijuana, Baja California están desaparecidas desde la madrugada del 25 de agosto.
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Por Georgina González
Teresa Cox (25) y Nora Pacheco (23), dos mujeres lesbianas de Tijuana, Baja California están desaparecidas desde la madrugada del 25 de agosto de 2020. La ciudadanía tijuanense y colectivos de familias de desaparecides se han solidarizado con las madres y familiares de las jóvenes para dar con su paradero. En México 35 personas LGBT+ están desaparecidas, de acuerdo al registro del Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT).
La madrugada de su desaparición salieron juntas a la una de la mañana salieron de su apartamento ubicado en la colonia Castillo, dentro de la zona centro de Tijuana, en el límite fronterizo. Se desconoce cómo vestían y el rumbo que tomaron.
“Solo se sabe que ellas salen. Pero no sabemos a dónde. No avisan a nadie. No le dicen ni al guardia de seguridad, ni al papá de las niñas. Nomás salen de la casa sin rumbo conocido. Por eso ha sido muy difícil la investigación para la Fiscalía porque no hay indicios, ellas son mujeres de trabajo y de casa”, cuenta Karla Cox, madre de Tere, en entrevista con Presentes.
Tere y Nora llevan año y medio de relación de pareja y dos de conocerse. Nora es madre de dos niñas. La noche de su desaparición, sus hijas se encontraban con su papá.
Amistades de la pareja y la señora Cox desconocen si Tere y Nora vivieron alguna vez una situación de discriminación o violencia por vivir en pareja.
“Nunca me dijeron de ser molestadas por su sexualidad. Y si fue así, si en algún momento fueron molestadas tal vez no me dijeron para no mortificarme”, agregó la señora Cox.
Hasta agosto de este año, 421 personas fueron desaparecidas en Baja California, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La mayoría de las desapariciones de mujeres se da en aquellas que están entre los 18 y 25 años, de acuerdo al Movimiento Estatal por los Desaparecidos.
Conservadurismo y violencia
Baja California es, desde 2019, el estado más violento de México, esto según el informe 2020 del Índice de Paz México (IPM) elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP). A su vez, Tijuana representa la ciudad más violenta de la entidad y del país. El informe atribuye el “recrudecimiento” de la violencia en ese estado a la presencia de los cárteles y “la disputa por el control de las rutas clave de tráfico de droga hacia Estados Unidos se ha concentrado en Tijuana”.
Actualmente Baja California es gobernado por Morena en alianza con el Partido Encuentro Social (PES), un partido político integrado por cristianos-evangélicos.
“Aquí hay un conservadurismo político muy fuerte. Hablamos de que las mujeres lesbianas somos invisibilizadas como mujeres y negadas como lesbianas. Y las violencias van desde la mofa tonta, la intimidación con las miradas, amenazas hasta los lesbofeminicidios, que no son reconocidos ni como feminicidios ni como crímenes de lesbodio. Cuando se exige justicia si bien va, la familia irá con la bandera de frente para representar quién eres. Y un caso es el de estas chicas (Tere y Nora). Salen a la calle sin negar quiénes son sus hijas, con ese amor que demuestran por ellas y que eso tendría que ser lo común”, comentó Sara Islas, integrante de la colectiva lesbofeminsita tijuanense Lavanda Clit a Presentes.
¿Quiénes son Tere y Nora?
“Mi hija es poeta, le encanta escribir. Nora cocina riquísimo, es una mujer muy linda, muy de su casa, muy de sus hijas. Su pasatiempo favorito es la playa, allá salían mucho. Mi hija enamoró a Nora con su romanticismo. Es un amor, mi hija. Es lo que yo puedo decir. No es porque sea mi hija pero las que la conocen saben y por eso las redes sociales están bombardeadas de su foto. No nos esperábamos algo así. Su vida que llevaban era esa: trabajo, casa, romanticismo, enamoradas”, así recuerda Karla Cox a su hija y a su nuera.
Cuando la señora Cox habla de la relación de Teresita, como le dice a su hija, y de Nora, se le dibuja una sonrisa en el rostro.
Ni ella, ni el entorno cercano a “sus hijas” tienen prejuicio con que mantengan una relación de pareja, ni de que Tere sea lesbiana.
“Poquito antes de esta tragedia yo le dije a mi hija que cómo se sentía ya con una relación formal de pareja, ella me dijo: Estoy feliz, mamá. Mi mujer me hace sentir muy feliz. Eso, eso es suficiente para mí, le dije”.
Dos meses sin pistas
A más de dos meses de la desaparición de Tere Cox y Nora Pacheco no hay pistas. “Las dos madres no hemos recibido llamadas. Ni de nuestras hijas, ni de nadie”, apunta Karla Cox.
Con la desesperación de no saber dónde están, las familias usaron las redes sociales para circular la foto de la pareja, y de ser vistas, se comunicaran. Luego de recibir una llamada de extorsión decidieron levantar una denuncia por desaparición ante las autoridades.
“Lo primero que hice el 25 (de agosto) fue llamar al trabajo (de Tere). Me dicen que no fue a trabajar y es que Tere es una muchacha muy responsable y entonces sentí en mi corazón que algo pasó. Lo primero que se me ocurre es llamar al 911 y me sugieren descartar hospitales y cárceles, y lo miré lógico. Ese día mi familia y yo recorrimos los hospitales y cárceles hasta el día 26. No estaban en ninguno”, la señora Cox describe así los primeros momentos de búsqueda de su hija y su nuera.
El 28 de agosto la señora Karla Cox levantó la denuncia por desaparición de Teresa Cox y Nora Pacheco en el Centro de Apoyo de Personas Extraviadas o Ausentes (CEPEA) que depende de la Fiscalía General del Estado de Baja California. Hasta el lunes 31 de agosto las autoridades iniciaron la búsqueda, según relata la señora Cox.
“Las veces que he ido a la Fiscalía siempre se me atiende. Yo veo que tienen interés por encontrarlas. Ha sido como un boom, está desconcertada la sociedad, está impactada la gente en Tijuana porque comúnmente relacionan las desapariciones con el narcotráfico y en este caso no es así”, agrega.
A la fecha ningún familiar de la pareja desaparecida ha recibido acompañamiento psicológico por parte de la Fiscalía. El presidente e integrantes del Colectivo Todos Somos Erick Carillo han brindado apoyo compañía a la señora Cox en este camino de búsqueda.
Acompañar la búsqueda
“Yo no sabía ni qué era un colectivo de personas desaparecidas porque nunca pensé que me pasaría a mí, a mi familia, a mis hijas (Tere y Nora)”.
El Colectivo Todos Somos Erick Carillo generó una ficha de búsqueda para Tere y Nora con un número telefónico seguro que no genera extorsión desde el 26 de agosto. Desde ese día acompañan a Karla Cox.
En colectivo recorren la ciudad y la zona metropolitana de Tijuana. Hacen visitas al SEMEFO (Servicio Médico Forense), reparten volantes en los paraderos de las calles y en los puentes peatonales cuelgan lonas con las fotografías de sus hijas e hijos desaparecidos.
“Ellos me ayudan a entender este proceso, me ayudan a saber qué hacer como familiar. Estar con el colectivo, mirarlos, a pesar de que sus hijos tienen meses y años (desaparecidos), están fuertes, están ahí. Eso me ha motivado porque sí ellos pueden yo puedo. Ellos sí saben cómo me siento, ellos me comprenden y eso me ayuda psicológicamente. Es un apoyo moral muy grande”, cuenta Karla Cox.
“La comunidad se ha unido aquí lo que usted no se imagina. Han compartido muchísimo la publicación de mis muchachas. Me han ayudado a pegar volantes, flyers por todos lados de la ciudad. Se han unido mucho en la búsqueda de las muchachas”, agrega.
Buscar cuesta
En México, el trabajo que corresponde a las autoridades mayormente lo hacen las familias.
Es común ver, sobre todo, a mujeres manifestarse por sus desaparecidas y desaparecidos. Ya sea en las ciudades o recorriendo los cerros con pico y pala para escarbar la tierra con tal de encontrar a sus familiares o a otras personas desaparecidas.
Karla Cox se define como una mujer “no religiosa pero de mucha fé y pocos recursos”. Ha caminado bajo el sol hasta por 15 horas, ha perdido la cuenta de cuántos volantes ha repartido y de cuánto dinero ha invertido en copias e impresiones de lonas. Su cotidianidad está afectada.
Silencio. “El día que caí en cuenta se me destrozó el corazón. Me han hecho mucha falta, me ha puesto muy triste. Mi vida ha cambiado completamente. Solo pienso en buscarlas, en pegar volantes, en caminar. Y cuando no lo he hecho un día, siento que no hice nada y no duermo tranquila. Así pongo mi granito de arena para encontrarlas. Hago mucha oración y pido que me dé sano juicio para no entrar en locura. No sé cómo comportarme, no sé si puedo reír. Pero a veces caigo en desesperación, lloro”.
“El muchacho (padre de las hijas de Nora) está devastado. Y mis nietas, las chatitas, me duele verlas tan tristes y ocupan (necesitan) a su mamá. Empiezan a extrañar, miran el folletito de su mamá y preguntan si las están buscando”, dice Karla Cox con voz entrecortada.
El proceso de búsqueda de personas desaparecidas en México implica inversiones altas por parte de las familias que buscan, donde además de dinero, involucran su tiempo, sus afectos, su salud y su vida en el camino por encontrarles.
No hay cifras oficiales sobre desaperecides LGBT+
En México no existen cifras oficiales sobre violencia contra la población LGBT. Cuando se trata del crimen de desaparición “hay un subregistro, hay miedo a denunciar. No hay elementos por parte del Estado, una garantía de una búsqueda exhaustiva”, señala para Presentes, Rocío Suárez, coordinadora del Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT).
En 2017 Rocío recibió información sobre Mario Antonio de la Cruz, un joven gay de 16 años desaparecido en Cancún. Desde entonces da seguimiento al caso y comenzó a documentar la desaparición de personas LGBT+ en el país.
En México hay 35 personas LGBT+ desaparecidas registradas. La mayoría son mujeres trans, sin embargo, el CAIT tiene registro de la desaparición de tres mujeres lesbianas. Dos fueron localizadas en 2017 y en julio de este 2020 en Tijuana, Jennifer Valeria Tamayo fue desaparecida y se desconoce si ya fue localizada.
“Hay muchos casos de desaparición que quedan invisibilizados. Generalmente se habla de desapariciones de personas que viven en los centros urbanos, pero no de desaparición de población indígena, o de personas que viven en zonas rurales y no se visibilizan. Y es que las personas LGBT también valen y deberían de generarse estos mecanismos de búsqueda. Intercambiar fichas con organizaciones que no son precisamente LGBT, lo que nos une al final es el llamado por la localización de las desaparecidas, los desaparecidos, les desaparecides. Creo que es importante esta parte, hasta encontrarles: a todos, a todas, a todes”, advierte Rocío.
¿Qué hacer ante una desaparición?
Rocío cree que en el tema de desaparición de personas LGTB no genera la suficiente atención y tampoco alerta a las poblaciones LGBT del país. “Es importante generar difusión y que conozcamos nuestros derechos, y los derechos que tienen nuestras familias, amistades cuando hay un caso de desaparición. Hay mucho desconocimiento de cómo generar una tarjeta informativa de búsqueda, de a qué instituciones acudir”, señala.
Entonces, qué es importante tener presente ante una desaparición. Rocío recomienda no perder de vista:
- Es un mito esperar 72 horas para reportar la desaparición de alguien. “Desde el momento que se desconoce el paradero de alguien se puede levantar una denuncia”.
- Si eres amistad de la víctima de desaparición puedes enfrentarte a la reticencia de las autoridades al momento de buscar denunciar. “Las Fiscalías tienen que trabajar en eso, es lo mismo que ocurre en los transfeminicidios donde la autoridad no permite el seguimiento a la investigación de personas que no son familiares directos de las víctimas”.
- Es importante identificar y tratar de reconstruir los últimos momentos. “Saber qué ruta tomó, cuál fue el trayecto, identificar a las personas que pudieron estar cerca de la víctima previo a su desaparición”.
- Identificar cámaras de seguridad. “Presionar a la Fiscalía para que puedan recuperar grabaciones y evidencias de cámaras públicas y privadas”.
- Generar búsquedas pensando en encontrarles con vida. “Lo que muchos colectivos plantean es recabar los elementos de reconstrucción de hecho, generar líneas de investigación y no solo que las Fiscalías se dediquen a buscar fosas”.
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