“De parado”: la editorial argentina que apostó al deseo queer
De Parado asoma como una propuesta editorial novedosa en un sentido estético y político. Dirigida por el poeta Mariano Blatt y Francisco Visconti.
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Por Francisco Ocampo
Foto: Nacho Cañadell.
En la larga historia de la edición literaria argentina, los últimos veinte años han visto resurgir con buena salud la práctica editorial. Emprendimientos como Iván Rosado, Belleza y Felicidad, Eloísa Cartonera o Blatt y Ríos (por sólo nombrar un puñado), pusieron en el centro de la literatura argentina a la figura del editor independiente. Espacios autogestionados como la FLIA, o la feria La Sensación fueron tejiendo conexiones y lazos de amistad y compañerismo entre editorxs, autorxs y público.
Sin embargo, el arte de publicar libros propiamente por fuera de la heteronorma patriarcal como criterio editorial es una tradición reciente. De Parado asoma como una propuesta editorial novedosa en un sentido estético y político.
Originalmente pensada hace ocho años como una editorial erótica gay, hoy en día amplía su espectro y profundiza su búsqueda en una paleta ampliada.
Desde obras como Gualicho de Gael Policano Rossi (nouvelle esotérica de porno hardcore) o Positivo, de Pablo Pérez (libro de crónicas biográficas en torno al HIV); pasando por Diosas de estampita de Alejandro López (un libro que mezcla la pornografía con la ciencia ficción) hasta Las tres carabelas de Blas Matamoro (un clásico rescatado del contexto sociopolítico de la última dictadura). ¿Qué mejor manera de estimular el inicio de una tradición nueva que buscar sus orígenes en las huellas del pasado? O de operar en la profundización (y/o deconstrucción) del deseo, de la subjetividad a través del goce, del placer literario que de por sí implica Eros, como señalaba Roland Barthes.
Charlamos con sus editores Mariano Blatt y Francisco Visconti sobre el surgimiento de su trabajo en conjunto, el catálogo y el nuevo espectro de posibilidades abiertas para su catálogo en el contexto de la pandemia.
– ¿Cómo nació De Parado?
– De Parado nació en 2012 como una editorial de eBooks de literatura erótica gay. Después, en 2015 decidimos darle un renacimiento a la editorial, incorporando a Fram como coeditor, publicando en papel y abriendo un poco el catálogo hacia textos que no necesariamente tienen que ser eróticos, pero sí gays!
La primera apuesta de la editorial fue tener un catálogo en digital hasta la aparición de “Gualicho” de Gael.
-¿Qué significó la búsqueda del formato papel?
–Veíamos que la gente no se enganchaba mucho leyendo libros digitales, que preferían el papel y se estaban perdiendo gran parte de nuestro catálogo. Cuando nos llegó Gualicho, todavía no nos habíamos pasado al papel. Era una novela muy trabajada, una buena historia, de un género que no estaba en librerías: no había editoriales que publicaran exclusivamente contenido queer. Era entrar en un terreno nuevo, mandarse de cabeza. La imagen de tapa era un pibe desnudo en cuatro, ¿cómo iban a reaccionar los libreros? Por suerte las librerías respondieron muy bien y agotamos la primera tirada.
–En el catálogo conviven propuestas muy distintas. ¿Sienten que hay un hilo conductor en el tratamiento de la subjetividad sexual del puto, que se mantiene por fuera del género literario, por fuera de los autores?
– En un principio queríamos apostar al genero porno gay: buscabamos textos donde haya sexo explícito entre personas del mismo género. Pero a medida que la editorial iba creciendo nos pareció mejor ir ampliando el espectro. Entonces, ¿cuál es el nuevo criterio? ¿Un mínimo de escenas sexuales? ¿O que los personajes principales sean gays? ¿Dónde entra lo queer, en la historia o en los personajes? ¿Qué es ser queer? ¿Para ser un autor en De Parado tenés que ser gay? Eran algunas de las preguntas que nos hacíamos, y nos seguimos haciendo. Después nos relajamos más, ampliamos un poco la mirada. Los textos tienen que tener un guiño a nuestra comunidad. Somos dos editores gays compartiendo una editorial. Lo que salga de eso es lo interesante, sin tanta etiqueta.
¿Cómo es la dinámica de la editorial para publicar? ¿Con qué criterio arman el catálogo o surge la posibilidad de publicar nuevo material / autorxs?
-Bueno, esa pregunta es fácil. Nos tiene que gustar a los dos, tiene que ser un texto que nos gustaría encontrar en una librería, mientras hurgamos en los estantes. Pensarnos adolescentes, confundidos, ¿qué libro entre todos los libros nos hubiese guiñado un ojo? Bueno,ese.
«Nos encanta cuando nuestros lectores se salen del circuito LGBTIQ»
–¿Creen que la circulación del catálogo (especialmente de autorxs nuevxs) trasciende el circuito-público LGBTIQ? ¿Es posible como intervención social y política, “queerificar” el gusto del público masivo, generándo costumbres lectoras distintas, menos heteronormadas?
-Sí, nos encanta cuando nuestros lectores se salen del circuito LGBTIQ. Es un pequeño triunfo. Por supuesto que nos encantaría en un futuro que no exista más la literatura gay, que esté todo tan integrado que no haya ningún closet. Pero todavía se sigue discriminando, segregando y matando por la orientación sexual en la Argentina. Falta mucho.
-¿Qué significó para la editorial publicar un clásico perdido como Las tres carabelas de Blas Matamoro? ¿Cómo surgió la posibilidad de editarlo?
– Un sueño. Blas Matamoro publicó Las tres carabelas en los ochenta, cuando se fue del país. Cuando la leímos dijimos, eso es para De Parado. Es una novela de aprendizaje (subgénero que nos encanta) que toca temas muy contemporáneos, eso es lo que más nos llamaba la atención. Lo gay era natural para el personaje, estaba enamorado de su mejor amigo. Encima el transfondo histórico del siglo XX en Argentina, con el ascenso del peronismo, la dictadura militar, etc. Era una obra maestra, ¿por qué se conocía tan poco? La idea de reediciones de libros perdidos siempre estaba latente en el futuro catálogo de la editorial. Le escribimos un mail a Blas y nos contestó muy enérgicamente, apenas recordaba la novelita pero nos dijo que si nos parecía que iba a funcionar, que le demos para adelante. Justo venía de visita por un homenaje y apuramos para tener el libro listo. Nos juntamos a cenar, estaba contento con la reedición. Nos contó cosas del FLH, hablamos de Proust y sellamos una bella amistad con futuros libros juntos por venir.
El editor y el poeta
En el caso de Mariano Blatt, no sólo conviven dos roles distintos (el del autor- una de las figuras más visibles de la poesía contemporánea argentina- y el editor) sino también el doble trabajo de editor. Además de ser uno de los responsables de De Parado, codirige de Blatt y Ríos, una editorial que también se ha encargado tanto de redescubrir a autores u obras olvidados (citemos la excelente edición de los cuentos de Bernardo Kordon, Un poderoso camión de guerra), así como de publicar autorxs consagradxs actuales (César Aira, Pablo Katchadjian o Marina Yuszczuk, entre otrxs). Esos roles, comenta “conviven igual que conviven en mí todas las personas que soy, todo lo que hago. Ni más ni menos. Y en lo editorial, es como tener dos trabajos. Salgo de uno y entro al otro. Y a veces cuando estoy en uno hago cosas del otro y cuando estoy en el otro hago cosas de uno. Y a veces estoy en los dos al mismo tiempo.”
– ¿Cómo ven el desarrollo de la sexualidad y el erotismo en el marco de la pandemia y la cuarentena? ¿Cómo sienten que modifica la forma de vincularse?
-El encierro fue un empujón para empezar a cuestionar nuestras formas de vincularnos sexualmente, con nuestro cuerpo y con el de los otros. Otra no queda, por suerte, más que la experimentación. A esperar.
–Y respecto al mercado del libro y, puntualmente, a los proyectos de la editorial, ¿cómo impactó el contexto de la pandemia? ¿Tienen planes de edición en lo inmediato? ¿Es posible visibilizar un horizonte para la producción del libro en este panorama de incertidumbre?
-Nos quedamos sin la Feria del libro y teníamos planeados un par de títulos para esas fechas, ahora vamos a tener que estirar. Por suerte la industria del libro nunca paró, las librerías abrieron con delivery. Entre tanto tiempo libre, nos encontraron nuevos lectores gracias a los libreros que se adaptaron a la redes sociales. Todos los planes editoriales de este año sufrieron cambios. Toda la vida sufrió cambios.
–¿Qué clásico universal sienten que podría integrar el catálogo de De Parado? ¿Les gustaría sumar al catálogo autorxs extranjerxs?
– Si, tenemos muchos libros soñados para reeditar. Pero un editor nunca cuenta lo que quiere editar hasta que lo edita.
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