La Justicia argentina falló a favor de una joven trans en riesgo, pero le niegan la vivienda

Agustina se encuentra internada con riesgo de infección por falta de higiene y escaras. “Me conformo solamente con que me arreglen mi casa donde yo vivo”

Por Verónica Stewart

Ilustración: Flor Capella/Agencia Presentes

El pasado 27 de agosto se cumplió un año desde que la Defensoría Oficial en lo Civil Nª 1 del Departamento Judicial de Dolores, provincial de Buenos Aires, falló una acción de amparo a favor de la mujer trans Agustina González. La Justicia debe garantizar “el otorgamiento de un alojamiento digno con condiciones edilicias adecuadas, en virtud de la grave situación de vulnerabilidad, exclusión y discriminación en la que se encontraba por entonces”. Sin embargo, al día de hoy, dicho derecho no ha sido garantizado, y Agustina continúa viviendo en condiciones precarias e indignas.

Actualmente, Agustina se encuentra internada con riesgo de infección por falta de higiene y escaras. “Me conformo solamente con que me arreglen mi casa donde yo vivo”, dijo a Presentes. “Que me revoquen un poco, tener el baño adentro. El techo gotea, y me fui enfermando con el tema de la humedad y con todas las enfermedades que tengo – principalmente, HIV, – me invalida aún más”.

Una cadena de violencias y exclusión

Agustina vivía en lo que Cecilia Coronel, integrante de Mujeres y Diversidades Dolorenses, describió a Presentes como “una situación de marginalidad importante. Ha sufrido violencia de género y abuso familiar, y ha tenido que vivir de casa en casa y ejercer la prostitución”, agregó. Vive en una construcción precaria, sin baño interno ni calefacción. El proceso judicial se extendió por varios meses pero cuando el juez dictó sentencia definitiva el 10 de marzo, el amparo indicaba que la Municipalidad de Dolores debía brindarle, en forma inmediata, “un alojamiento digno y seguro en condiciones de habitabilidad por el plazo de un año mientras duren las condiciones de marginalidad y vulnerabilidad”. Debía proveerle, además, una atención a su salud interdisciplinaria, que incluyera tanto a una psicóloga como a una trabajadora social.

«Dijeron que no se pueden comprobar las situaciones de violencia«

Pero ante la sentencia favorable del fallo para Agustina, el Municipio apeló. En mayo del presente año, el Tribunal de la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de Mar del Plata ratificó el fallo. Para entonces, habían pasado varios meses y la situación de salud de Agustina, y con ella la urgencia de su pedido, había cambiado. Tras una infección en una muela, Agustina debió ser trasladada al Hospital San Juan de Dios en La Plata y, dado el contexto de Covid-19, el personal médico accedió a que continuara con su tratamiento desde su hogar.

Por lo tanto, la falta de condiciones dignas de habitabilidad se volvió aún más apremiante. “Cuando se volvió a insistir, ahora con el fallo de la Cámara, el abogado llevó la propuesta con un lugar amueblado”, contó Coronel a Presentes. “Primero, dijeron que no se pueden comprobar las situaciones de violencia y de abuso que ha sufrido. Segundo, que cambió de pedido, que al principio había pedido un plan de vivienda y ahora estaba pidiendo un alquiler. Nosotras seguimos insistiendo, pero los medios de Dolores no cubrieron el caso”, agregó. El colectivo de Mujeres y Diversidades Dolorenses se encargó de buscar el departamento amueblado, pero todavía no hay respuesta ante la petición de la Defensoría del Pueblo para que el Estado municipal se lo otorgue.

Emergencia habitacional

Según el comunicado “Los derechos humanos de la población travesti y trans en aislamiento obligatorio” publicado por CELS el 19 de junio, la situación habitacional para dicha población es crítica. De los 180 hoteles familiares declarados en la Ciudad de Buenos Aires, de los cuales muchos funcionan como vivienda, varios “ofrecen condiciones de habitabilidad precaria: baños sin desagües aptos, goteras en las habitaciones, cocinas comunes sin salubridad ni seguridad. Un departamento en alquiler para vivienda es mucho más barato, pero se vuelve inaccesibles por la exigencia de garantías o porque las inmobiliarias o les dueñes rechazan el contrato a personas travestis y trans”, continúa el informe.

Como indica el artículo académico “Visibilizar la vulnerabilidad. Comunidad trans en situación de calle, relatos de trayectorias habitacionales y las respuestas institucionales” realizado por FADU, UBA, en 2016 el 33,1% de la muestra estudiada indicó vivir en cuartos de alquiler de hoteles. El artículo también señala que “en general una de cada tres personas trans vive en hogares pobres por ingreso”, y que la expulsión temprana del hogar familiar, la necesidad de ingresar tempranamente al mundo laboral y, en general, tener que hacerlo de modo informal, y “el no contar con las redes de apoyo de los vínculos de la familia de origen”, son algunas posibles causas de este problema

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