Una patota desfiguró a un varón gay en Chaco: «Te vamos a matar»

"Tuve que ir dos veces a la fiscalía porque la primera vez la policía minimizó".

Por Verónica Stewart

En la madrugada del 1 de marzo, Franco Ruiz (40) fue víctima de un ataque homoodiante en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco, donde fue golpeado y azotado repetidamente. Radicó la denuncia ante la Comisaría Segunda Metropolitana ese mismo día, y realizó su declaración testimonial ante la Fiscalía el 3 de marzo.

Franco asistió junto a su pareja Nadir a la fiesta de 15 de la hija de una compañera de trabajo de Nadir en el Salón del Centro de Empleados de Comercio. La noche transcurrió sin eventualidades hasta que Franco y Nadir salieron a fumar, cerca de la una de la madrugada. Allí, un grupo de varones de entre 17 y 20 años comenzaron a agredirlo con comentarios despectivos y burlas. “Con mi pareja decidimos no reaccionar. Ya he atravesado muchas veces situaciones de este tipo por mi orientación sexual, entonces decidimos volver a entrar al salón”, contó Franco a Presentes.

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Los jóvenes aprovecharon la ausencia de la recepcionista, cerca de las tres de la mañana, para colarse en la fiesta, donde siguieron hostigando a Franco. “En el transcurso de la noche, me habré ido unas dos o tres veces al baño, y cada vez fui molestado por estos chicos”, continúa. “Me insultaban, me decían ‘chupame la pija’”.

A la salida de la fiesta, uno ellos le arrancó un rosario del cuello. Cuando Franco lo corrió, sintió el golpe de una baldosa que el resto del grupo le había arrojado por la espalda. Al caer al piso, los agresores lo patearon mientras le decían “te vamos a matar, puto de mierda”. Finalmente, Franco fue asistido por su pareja y la policía. “De verdad, pensé que ahí se terminaba todo”, dice Franco a Presentes. Los agresores huyeron al ver llegar a las autoridades.

Omisión y maltrato policial

“Tuve que ir dos veces a la fiscalía porque la primera vez que fui, la policía minimizó todo a intento de robo con lesiones leves”, explicó Franco. El abogado de Franco, Paulo Pereyra, contó a Presentes que la mayoría de los casos marcados por la discriminación hacia la diversidad de identidades de género y orientaciones sexuales no suelen ser calificados adecuadamente. Es por eso que Franco tuvo que volver dos días después de haber hecho la denuncia, con el equipo de la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros.

“Concretamente, la radicación en la fiscalía número 10, la digitalización del expediente, y la ratificación y la ampliación de la declaración testimonial de la víctima tienen que ver con que claramente Franco está poniéndole el cuerpo al proceso, y con que fuimos desde un organismo público del poder ejecutivo a meter presión”, contó.

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Las fuerzas de seguridad tampoco lo acompañaron en el momento de la agresión. Mientras los jóvenes huían, los policías ni siquiera intentaron alcanzarlos, aún cuando Nadir les pidió explícitamente que lo hicieron. Al concurrir a la comisaría el 1 de marzo, el maltrato continuó.

Cuando Franco explicó que había sido agredido por su orientación sexual, uno de los oficiales se tapó la cara para evitar reírse, mientras que otro hizo un chiste cuando lo vio llorar. “La policía no está preparada para estas cosas”, dijo Franco a Presentes. “Es de una impotencia increíble”.

Pereyra explicó que la denuncia será por “lesiones agravadas por el odio a la orientación sexual, ensañamiento, alevosía y por el concurso premeditado de más de dos personas”.

Acompañamiento del Estado

La Secretaría de Derechos Humanos y Géneros de la Provincia del Chaco se va a constituir en querellante en el día de mañana. “Lo que Franco desea es que esto no le suceda nunca más a nadie”, explica a Presentes Ursula Sabarece, activista travesti y directora del área de Diversidad, Disidencia Sexual e Identidad de Género. “Vamos a hacer todo lo que haga falta para que haya un precedente y una sanción”.

El caso de Franco es el segundo ataque homofóbico en el último año en Chaco tras el robo y la agresión a Franco Ramírez el 8 de enero del año pasado. Los datos más recientes arrojados por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT reportan 68 crímenes de odio en donde las víctimas fueron agredidas por su orientación sexual, su identidad y/o su expresión de género durante la primera mitad de 2019. De ellos, el 31% estuvo dirigido a hombres homosexuales. El 72% de la totalidad de los casos corresponden a lesiones al derecho a la integridad física y más de la mitad de los casos – el 54% – se tratan de golpes y son perpetrados por desconocidos para la víctima (el 51%).

“Quiero que se cumplan leyes que penen estos crímenes para que no sea una opción salir impune después de un ataque con tanto odio, violencia y homofobia”, expresó Franco. “No le hice nada a nadie. Soy una persona muy pacífica y agradable. No entiendo el ensañe con si soy o no soy puto de mierda, como me decían ellos mientras me azotaban. Creo que ni los animales son tan salvajes entre ellos como lo somos los seres humanos”, se lamentó. Por último, también destacó la importancia de inculcar el respeto por la diversidad y el valor por la vida desde el núcleo familiar y las instituciones educativas.

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