Leo Grosso: «Hacerte visible abre puertas a quienes no son visibles»

Por primera vez, este año un diputado nacional en ejercicio (Movimiento Evita) hizo visible su orientación sexual disidente en Argentina. Entrevista a Leo Grosso.

Por María Eugenia Ludueña

Fotos: Instagram de Leo Groso

Para las fiestas de 2010, año en que se sancionó el matrimonio igualiario en Argentina, Leonardo Grosso, con 27 años, salió del clóset en su familia. La segunda salida del armario llevó ocho años más. Fue pública. Por primera vez un diputado* nacional en ejercicio (Movimiento Evita) hizo visible su orientación sexual disidente en Argentina.

“Nunca me imaginé estar haciendo esto. Quizás porque como le dijo mi compañero a su mamá al salir del closet, “ningún hijx aclara su sexualidad si es heterosexual. Tengo 35 y milito desde los 17, esto siempre fue una contradicción en mi vida. Soy Marica y así elijo nombrarme. Como decía el compañero Jáuregui: “en una sociedad que nos educa para la verguenza, el orgullo es una respuesta política”, posteó en su Instagram el 17 de noviembre, antes de salir para la Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires.

-¿Cuándo empezaste pensar en esta salida pública?

-Siempre, era muy incómodo. Salir del closet es un proceso individual y colectivo. Las paredes del armario están atravesadas por cosas que pensamos son así siempre. El placard es el miedo a la mirada de lxs otrxs, a la desaprobación. Hay que ir desarmándolo. Recuerdo fuertemente la sensación de poder construir mayoría social con las pibas en la calle peleando el aborto. No lo puedo explicar con racionalidad.

-Tiene su carga racional…

-Puedo explicar que el patriarcado es un problema y tenemos un enemigo común. Pero la sensación de que ahí estaba todo bien, la tuve pocas veces en la vida. Como cuando se aprobó el matrimonio igualitario (julio de 2010). Eso y la muerte de Néstor (Kirchner, en octubre) fueron dos fotos fuertes. Todo eso hizo que yo saliera del closet y le contara a familia y amigos.

-¿Estabas en pareja?

-Sí. Le conté a mi familia a las cinco de la tarde. Y a las nueve estaba con mi pareja cenando con mi familia porque era Navidad.

En ese momento vivían sus abuelas, que ya no están. Y estaban su madre y su padre, sus tres hermanxs, sus sobrinos. A sus hermanxs les había contado antes, a solas. Los invitó una noche a su casa a comer milanesas. Tardaron en llegar. Leo se iba poniendo nervioso. Preparó el terreno, les advirtió que iba a decir algo importante. Cuando lo hizo, su hermana melliza suspiró con alivio. “Ay boludo, pensé que nos ibas a decir que te ibas a vivir afuera”.

-En aquel momento, tenía que ver con un clima de aceptación, con una discusión pública construyendo legitimidad de algo que te atraviesa la vida. Cuando le pegaron a Piter Robledo, la misma Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) lo recibió en su despacho, se solidarizó. Ese clima lo sentí atacado en los últimos años.

 

Leo Grosso y su pareja Guillermo, con Tomás y Joaco, quienes en octubre fueron echados de esta pizzería.

-¿Por qué?

-Por varios motivos. Uno es porque cuando avanza el neoliberalismo y retroceden las mayorías populares, se afecta a las mayorías populares y a las minorías, y se genera un clima de odio. La pedagogía de la crueldad. Macri reprime, despide, es complaciente con la discriminación. Y eso genera, después, actos sociales. Hace un año, dos pibes estaban en pleno centro de Buenos Aires, en un local de comidas rápidas, y a uno (Jonathan Castellari) le pegaron al grito de “puto de mierda te voy a matar”. Dos pibas se estaban besando en el subte en Constitución y una tiene una causa por resistencia a la autoridad. Ni Larreta ni Macri ni el Congreso ni ninguna autoridad apoyó a esas personas. Hace unos meses, echaron a dos pibes de una pizzería porteña por besarse. La reacción fue de la comunidad y la militancia, no de las instituciones. A eso hay que sumarle el contexto latinoamericano.

-¿Algo te frenaba a salir del closet?

– El closet es opresión, represión, un contexto social que te frena. La política es recontra patriarcal y machista. Vi atacado este clima y decidí generar una acción política pública. Sentí la responsabilidad de hacerlo por mis compañeros maricas. Una excusa era “total mis amigos y compañeros y familia ya lo saben. Me manejo con naturalidad, lo único que no hago es ponerlo en Facebook o hablarlo con periodistas”. Pero no alcanza cuestionar o criticar. Nosotros tenemos que accionar. Ese fue quizás el motivo más contundente que me empujó a hacer esto. Hacerte visible abre puertas para los que no son visibles. Recibí varios mensajes re buena onda y pibes diciéndome “ahora yo también me animé”, un abrazo inmenso de la gente, de la política, de la comunidad. De este lado del placard es todo mejor.

-¿Te imaginabas esa respuesta?

-¡No! Uno tiene terror. Sufrimos mucho durante toda la vida.

-¿Sufriste actos discriminatorios y violentos?

-Así como los que mencioné antes no. Pero sí. Nuestra sociedad discrimina, excluye, estigmatiza.

-¿Cuándo te sentiste así?

-Toda la vida. De chiquito no me gustaba el futbol, nunca me gustó, y me hacían jugar. Toda la vida sabés que no te gustan las mujeres, y desde que tenés uso de razón te dicen cuál es tu novia. Hasta tuve novia. Es muy fuerte: la sociedad te va empujando a un callejón donde parece que no hay otra salida. Es peligroso e injusto tener que esconderte para darle un beso a quien te gusta o no poder ir de la mano por la calle. No hace falta que te griten puto de mierda o sufrir un acto de odio, porque se vive eso todo el tiempo.

-En el ámbito político ¿que repercusión tuvo?

-Muy buena onda de todos los sectores, de la derecha a la izquierda. Decirlo es una respuesta política que amerita una opinión política. Un poco también era una interpelación a la política y a la militancia. “Ey muchaches, acá pasa esto, dejemos de mirar para otro lado”. Recibí mucho respaldo de las presidentas y presidentes de bloques de la oposición, de diputadas y diputados del oficialismo, sobre todo de las mujeres de ese sector.

-Decías que la política argentina es machista. ¿Cómo fue y es tu transitar político en medio de ese tejido de poder?

-Creo que lo elaboré mucho tiempo, incluso en esto de por qué no antes, no? La política es la pelea por el poder. Nosotros lo queremos poner al servicio de las mayorías populares, pero es el poder. El poder es machista, patriarcal, discrimina y excluye. Atraviesa a las organizaciones, sus lógicas. Hasta las organizaciones más populares son machistas. A mí el Movimiento Evita me re bancó, pero tampoco fue sencillo, fue un proceso. Me han dicho chupapija o tragaleche. Cuando los compañeros le decían a alguien que se expresaba así, sos homofóbico, esa persona decía “uy disculpen, no sabía que Leo era puto”. La politica tiene mucho de eso. Una vez Berni dijo que no tenía la suficiente testosterona para decirle las cosas en la cara. Te chicaneaban sutilmente. La orientación sexual es utilizada para desvalorizar la palabra. Las mujeres lo saben porque lo sufren fuertemente.

-¿Cómo se hace para construir una política antipatriarcal?

-Creo que con estas cosas esa discusión se fuerza. Los feminismos abrieron puertas y debates que van a hacer a la política menos machista, menos patriarcal. El debate, por su masividad y legitimidad, ya impactó en todos los espacios politicos de las estructuras argentinas. Y eso nos lleva a nosotros también en ese debate. Cuando sancionamos el Matrimonio igualitario, habíamos construido mayoría política y legitimidad social para que los que se oponen no sean más. Pero no una mayoría social movilizada como los feminismos hoy. Este contexto es de más avanzada. Hay que hacer una alianza muy fuerte para desarmar al patriarcado.

-¿Como ves a los movimientos LGBTIQ+ en relación al feminismo?

-Creo que se encadenan las peleas y son oleadas. No es lo mismo el movimiento LGBTIQ antes o después de Diana Sacayán, que vio la ley de identidad de género pero no pudo ver implementada la ley de cupo en la provincia de Buenos Aires. La sociedad lucha porque la democracia o la forma de organizarnos sea cada dia un poquito mas humana, y la va tomando con avances y retrocesos. Hoy la avanzada la tienen los feminismos. Pero la comunidad LGBTIQ+ conquistó reinivindicaciones como el matrimonio o la ley de identidad de género, que venían en el fondo de los planteos. Falta mucho y hasta que no deje de haber odio y discriminación, va a faltar.

-El Movimiento Evita está muy cerca de la iglesia católica, que condena la homosexualidad, entre otras cosas. ¿Cómo atravesás esa contradicción?

-No lo siento como contradicción. El hombre del Papa que es Juan Grabois me felicitó públicamente. Creo que es menos problemático de lo que todos piensan. El peronismo tiene un nivel de articulaciones con un montón de contradicciones. No recibí ninguna mala onda de nadie de la iglesia.

-¿Y recibiste una buena onda de parte de los curas?

-Tenemos trabajo cercano con muchos curas del barrio. Ningún cura me felicitó, pero sigo trabajando con todos y sé que está todo bien, antes y ahora. No es una contradicción para nosotros y calculo para ellos tampoco.

-¿Cuando empezaste a dar cuenta que eras marica?

-Ser marica es una concepción politica. Quizás a partir del teje con las travas y maricas del barrio, siento identificación con esa construcción. Marica es mas femenino. Gay es casi aceptado para el sistema. Me parece es la forma más disidente, molesta e incómoda para el patriarcado. Estar en un plano más de sororidad con las compañeras. Es lo que más resaltaron algunos medios cuando di este paso: “se autodefine marika”.

-Sacando a activistas y líderes políticos, a que otrxs referentes prestás atención del universo LGBT?

-Me gusta lo que piensa Ricky Martin, por ejemplo, cuando plantea que le encantaría que sus hijos fueran gays. Decir eso es correr un límite. En general, la gente dice está todo bien con que yo o fulanito sea gay pero ojalá tus hijxs no, porque van a sufrir. Ricky Martin explicita que ser gay pude ser algo muy feliz. Pienso lo mismo.

-Fuiste uno de los que apoyó el proyecto de ley nacional de cupo laboral travesti trans: ¿por qué no avanzó este año?

-Fue una de las consignas de la marcha, y sería un modo de dar una señal cuando hay más de 60 trans y travestis muertas en 2018. Lo frenó el PRO. Los sectores más conservadores tienen la llave de qué comisiones funcionan, dieron el debate en la comisión de Trabajo, aduciendo que había muchas diferencias, cuando estábamos construyendo un consenso para un dictamen. No pueden decir públicamente “¡qué es esto del cupo para las travas!” El gobierno dice, desde un concepto liberal, que esté en contra de los cupos, pero ellos tienen el cupo oligarca. El Estado nacional tampoco puede contratar gente porque tiene un decreto. Pero creíamos que habia que sacarlo igual, porque el Estado genera señales y las señales generan comportamientos sociales. Si el Estado impulsaba el cupo laboral trans, era señal de que abrazaba a una población que sufre más que ninguna. Y en este contexto neoliberal de pobreza, si no hay trabajo para los sectores medios, imaginate para una trava del conurbano.

-¿Qué otras deudas tiene Argentina con los colectivos LGBTI+?

-Que todavía existe discriminación, que el Estado no es claro en generar acciones y construir contextos. La violencia y falta de inclusión de travestis y trans es un punto. Hay también miles de pibas y pibes reprimidos en sus casas, en una sociedad que no acepta lo distinto. Y aunque hay leyes, no está resuelto. Por ahí alguno me va a retar, pero cuando ves que hay sectores antiderechos, en contra del aborto, con planteos contra la ESI, se puede retroceder. Lograron articular un montón de prejuicios y nosotros no tenemos un discurso tan articulado o efectivo. Oponen eso al Ni una menos, al aborto, y van a oponer eso a la diversidad. Cuando dicen “Con mis hijos no te metas”, están planteando que con la educación podés definir la orientación sexual de una persona y la vuelven a poner en la lista de enfermedades.

-¿Qué te dirías a vos si aún estuvieras por salir del clóset?

-Hacelo rápido, porque vas a ser más feliz. Porque una parte del prejuicio que tienen los otros, también es parte de tus propios prejuicios. Siempre ser más libres es mejor. No hay posibiidad de que sea peor. Cuando sos más auténtico, estás más relajado, más consciente. Hacelo por los otros, los que vienen. Animate. Yo una parte de la vida me la perdí en la clandestinidad. Me perdí mi adolescencia en plenitud. Una vez me agarró una fuerte angustia de pensar cómo no me animé, cómo no pude. Era una deuda: tratar de que nadie mas le pase eso. Vivan como quieran. Animate. Ayudemos a salir del closet. ¿Cómo? Militando todos los días con la pedagogía del amor.

*Analuz Carol, diputada nacional por Tierra del Fuego (Frente para la Victoria) asumió su banca en 2015 y en 2016 se casó con su pareja, Ana Paula Cejas.

Somos Presentes

Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.

APOYANOS

Apoyanos

SEGUINOS

Estamos Presentes

Esta y otras historias no suelen estar en la agenda mediática. Entre todes podemos hacerlas presentes.

COMPARTIR