Argentina: El legado de Lohana Berkins en una muestra colectiva

Se inauguró en la Biblioteca del Congreso "No es igual. No da igual", una muestra pensada por sus amigxs y compañerxs de militancia. La activista Marlene Wayar, su sobrina Ana Carla y las diputadas Juliana di Tullio y Diana Conti fueron algunas de las oradoras que la recordaron en una tarde donde a todxs se les quebró la voz.

En la Biblioteca del Congreso «No es igual. No da igual», fue una muestra pensada por sus amigxs y compañerxs de militancia. La activista Marlene Wayar, su sobrina Ana Carla y las diputadas Juliana di Tullio y Diana Conti fueron algunas de las oradoras que la recordaron en una tarde donde a todxs se les quebró la voz. Fotos: Ariel Gutraich El espacio cultural de la Biblioteca del Congreso argentino ya estaba colmado a la hora convocada. Más de cien personas recorrían el espacio mirando las fotos, videos, frases e instalaciones que recuerdan a la referente travesti Lohana Berkins, fallecida el 5 de febrero del año pasado. “No es igual, no da igual” es una muestra colectiva curada por la filósofa Josefina Fernández, coordinadora del programa de Género y Diversidad del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires. La exposición, que presentó la diputada Teresa García, se alimenta de colaboraciones recolectadas en los últimos cuatro años y un catálogo con textos de la escritora María Moreno y la periodista Liliana Viola.

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Es una manera de recordar su legado, dando cuenta de su activismo travesti y feminista y su lucha por los derechos humanos. Pero además, y sobre todo, rescata un costado íntimo, entrañable, de una referente que dejó una marca honda en quienes la conocieron. Eso fue lo que resaltaron las oradoras que la recordaron, muchas veces, interrumpidas por las lágrimas. La artista Susy Shock abrió la ceremonia cantando a capela y dio paso a las palabras de la diputada García. Le siguieron el Defensor general de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Corti; Ana Carla (sobrina de Lohana); Graciela Collantes, amiga y fundadora de la organización abolicionista Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH); Marlene Wayar; y las diputadas del Frente Para la Victoria Diana Conti y Juliana di Tullio, que militaron con ella varias de las leyes que son su legado, como la del matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. Presentes reproduce fragmentos de sus homenajes.
“Nos legó el amor como motor de cambio”
 Por Ana Carla, sobrina de Lohana Berkins  “Al pensar en Lohana como tía, como hermana, como amiga, o simplemente como una trava militante, una se desliga de la palabra vergüenza. Sencillamente porque sería contradecir lo que Lohana significa. Significa expresión, desinhibición, exuberancia, liberación. No hay retribución que sea suficiente para todo lo que dio. Que no son objetos materiales sino más bien ideales. Imagínense crecer desde pequeños con ideales. Convicciones. Manifestar nuestras ideas y amor. Amor inmensurable pero también amor con enseñanzas, de que hay que retribuir ese amor. Y que hay que empezar por amarse (…) Porque en ella había una cierta melancolía o nostalgia solitaria. Porque previo a todo el amor que rebosaba de su piel hubo carencia de éste en sus huesos.
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Dentro de esa gran travesti que fue un pilar para tantas personas, había una niñita que sufrió cosas inimaginables, de parte de una sociedad de personas muy indiferentes o muy dañinas. (…) Aunque la materia se va consumiendo, queda la esencia. Esta prevalece en las personas que una vez la quisimos o en aquellos que alguna vez logró cambiar. Lo que Lohaba, mi tía Lohana, la tía Lohana dejó en esta realidad fue, sin más, un legado. El legado que muestra que la identidad de una persona no tiene que ser algo impuesto por los demás, ya que es algo que se va construyendo. (…) Ella ayudó a fecundar la importancia de un cambio social. A mi tía Lohana le agradezco muchas cosas. Le agradezco por el afecto, el ejemplo militante, profesional, pero principalmente por una cosa. Algo que no me enseñó directamente y que pude darme cuenta por su vida. Y es que por más rotas que hubiera tenido las alas, nunca es tarde para tratar de repararse, ayudar a repararse quienes no pueden por sí mismos. Y tener el coraje para ser mariposa, como decía ella. Que nos haya legado el amor como motor de cambio y que el tiempo de la revolución es ahora.” 

“Tranquila, desde hoy en adelante vamos a estar juntas”

 Por Graciela Collantes “La conocí en 1994, cuando en el barrio de Flores, con los Códigos Contravencionales, las mujeres que estábamos en situación de explotación sexual o prostitución éramos llevadas sistemáticamente a los calabozos sin respetar ningún derecho. Iniciamos esa lucha a fines del 94, en una de esas razzias que hacían en ese tiempo, porque todos los días la policía salía a perseguirnos. En una de esas corridas vimos a patrullero, entonces emprendimos una huida en una cochera y en el mismo lugar donde me voy a esconder había una persona, que yo no conocía. Entonces me miró y me dijo: shhh. Me agarró de la mano y nos quedamos las dos tomaditas de la mano sin respirar porque nos estaban buscando. Esa noche tuvimos el primer contacto. Yo estaba en una situación muy difícil. En ese momento la ciudad de Buenos Aires estaba tomada por el proxenetismo. El proxeneta caminaba siempre atrás nuestro y arreglaba con las comisarías. Entonces no teníamos escapatoria. Y esa persona me dijo, en dos minutos: “Cómo te llamás, yo soy Lohana, vos de dónde sos”. En ese momento tuve mucho miedo porque no se podía confiar en nadie. Pero ella me dijo “tranquila, tranquila, desde hoy en adelante vamos a estar juntas”. Y de ahí nunca más nos separamos.
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Empezamos una lucha para hacerle frente a la policía. Con la herramienta que teníamos en ese momento que eran únicamente nuestros cuerpos. “No vamos a ir presas”, nos decía Lohana. “Y se paran ahí y no quiero que ninguna afloje. La primera que afloje, cobra” Desde ahí empezó a ser nuestra guía. Ella empezó la lucha con las mujeres en Flores. Pasaron veinte años, pasó de todo. En ese momento yo creo que fue la persona. Me encontré con la persona indicada en el momento indicado. En estos veinte años, muchas personas nos acompañaron para que la prostitución no se naturalice. No puede ser considerado un trabajo. «Necesitamos políticas públicas que es lo que decía Lohana. Política de educación, de vivienda y trabajar la prevención. Agradezco la invitación como voz de las mujeres reprimidas en los ’90. Pasó un año de su muerte y todavía no lo puedo creer. Sigo esperando una respuesta, un llamando. Ella fue la primera persona de nosotras en terminar el secundario. Fue una persona desprendida que nos enseñó sin egoísmo.»

“Es la flor de loto más inmensa que tenemos como expresión”

Por Marlene Wayar «Ella manda. Ella tenía la pertinencia de saber qué hacer en cada momento. Cómo enfrentarse a lo que venía, desde su familia. Como enfrentó el irse de su casa, buscarse una mamá travesti sustituta en Salta. Y enfrentar para lo que ella no estaba destinada: la prostitución. Ella terminó en la prostitución por ser trava. Y de ese desamor empieza a construir el amor, a despegarse del resentimiento que es algo en nosotras, las travas, endémico. Nos quedamos en el resentimiento porque no somos otra cosa que niñas y niños desamorados. Que hemos vivido el amor por haber nacido con una asignación cultural que dijo: “Este es privilegiado. Este es mi varón, va a ser mi hijo”. Un montón de expectativas que cuando desplegamos las alas desaparecen. Nosotras sabemos lo que es ser amados y sabemos lo cruel que es el desamor. Es una situación particularísima la de nosotras las travas. Nacimos para ser privilegiados y abandonando esos privilegios empezamos a tocar los fondos inmundos de los cuales emergen estas flores de loto como la Collantes, como Lohana Berkins que es la flor de loto más inmensa que tenemos como expresión.
Con una cultura oral riquísima, de la cual algún día tendremos que hacer una arqueología y antropología. Ella te daba la orden. Acá hoy diría: “Gabito, qué pasa que no hay un bar con travestis acá”. Ella ya sabría que no está concesionado el bar y que es la oportunidad para meter travas. Para hacer, directamente. Y eso implica tejer. La estrategia del hacer y de transformarse a sí misma. (…) El amor hay que construirlo, lleva sudor, lleva trabajo, romperse el culo, humillaciones, atropellos, golpes. Pero hay que seguir. No nos pueden robar a las trans esas palabras, esos pasos que hemos caminado juntas gracias a ella.”

 

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