México: Por qué las mujeres trans tienen derecho a usar los vagones preferentes del metro
Después de que impidieran a una mujer trans el uso de un vagón preferente para mujeres, convocan a una acción ante el Metro de México.

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CIUDAD DE MÉXICO, México. Alexa, una mujer trans, denunció en redes sociales que una policía le impidió el acceso al vagón preferente para mujeres del metro de la Ciudad de México.
El hecho fue retomado por políticos de ultraderecha y colectivos feministas transexcluyentes. Todos mostraron apoyo al accionar de la policía y en redes sociales dejaron mensajes transodiantes y de criminalización contra las mujeres trans.
El sábado organización LGBT realizarán una acción en protesta al acto de discriminación por parte de la policía.
El derecho de las mujeres trans
Los vagones preferentes para mujeres en el metro de la Ciudad de México existen desde el año 2000. Su creación respondió a una realidad innegable: los altos índices de acoso y violencia sexual que enfrentan las mujeres en el transporte público. Estos espacios buscan ser una medida de protección y de acceso seguro a la movilidad, un derecho que debe garantizarse a todas las mujeres.
Las mujeres trans también tienen derecho a acceder a esos vagones. Porque viven una vulnerabilidad similar en el espacio público y privado. El 78% de las mujeres trans en la capital mexicana viven violencia verbal y psicológica, de acuerdo a la Encuesta 2025 Mujeres Trans en CDMX elaborada por el Centro de Apoyo a las Identidades Trans.
En 2011, tras quejas de discriminación, la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX ordenó a las autoridades del metro que no se les negara la entrada a los vagones preferentes. Y a inicios de 2025 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) reconoció que excluir a mujeres trans de espacios destinados a mujeres es discriminación.
No son hechos aislados
No son hechos aislados: lo mismo ocurre en el acceso a baños y otros espacios divididos por género. Estos actos son ilegales, generan daño moral y envían un mensaje colectivo de exclusión hacia toda la población trans.
“Un acto de discriminación no solo es un atentado contra la persona que lo sufre, también es un mensaje para la comunidad que comparte esas características por las cuales fue discriminada”, enfatiza en entrevista con Presentes, Jessica Marjane, abogada y coordinadora de Juventudes Trans, una organización que acompaña legalmente a personas trans.
La exclusión impacta no solo a las mujeres trans, sino también a cualquiera que no encaje en los estándares hegemónicos de feminidad. Personas transmasculinas y no binaries también viven estas dinámicas de vigilancia en espacios públicos.
En 2018, la Encuesta Nacional sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género encontró que en México el 51% de las personas trans y no binaries fueron excluides de usar baños conforme a su identidad de género.
“La derecha premia la discriminación y a quien la ejerce”
La reacción política al acto de discriminación que vivió Alexa no tardó. Sectores de ultraderecha y grupos feministas transexcluyentes aprovecharon lo ocurrido para difundir la idea de que las mujeres trans son una amenaza: un recurso discursivo que busca reinstalar la vigilancia sobre los cuerpos, decir quién “puede” o no ocupar un espacio en nombre de la seguridad, cuando en realidad legitiman la discriminación y los prejuicios.
Pero olvidan que esta vigilancia también impacta a mujeres y personas que no se ajustan a sus ideas de feminidad hegemónica. Como ya sucede en el ámbito deportivo a nivel escolar en Estados Unidos y que está afectando a niñas y mujeres cisgénero, por ejemplo.
“La derecha premia la discriminación y a quien la ejerce. Por eso Eduardo Verastegui y Lilly Telléz (dos políticos de derecha) mostraron este apoyo tan públicamente y de que está bien ‘corregir’ a una persona. Se valen de la vigilancia de los cuerpos y a la vez normalizan nuevamente la matriz de cómo debe verse una persona, lo cual atenta contra el libre desarrollo de la personalidad”, explica Marjane.
Incluso la senadora Lilly Tellez del Partido Acción Nacional instrumentalizó lo vivido por Alexa para difundir su propuesta de ley que busca reformar la Constitución para que “hombre y mujer” sean términos jurídicos “basados en el sexo biológico”. El fin de su propuesta es excluir legalmente a las personas trans de sus derechos y del espacio público.
Discriminar es un delito y causa daño moral
Negar el acceso a un vagón de metro preferente o un baño a personas trans es incurrir en el delito de discriminación. Discriminar implica “tratar de forma diferenciada a las personas afectando algún derecho sin una justificación válida, que reproduce la desigualdad social y que puede tener efectos colectivos”, de acuerdo al Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).
Desde el COPRED informamos que se están atendiendo los hechos de discriminación ocurridos recientemente en el Metro de la Ciudad de México los cuales condenamos enérgicamente.
— COPRED CDMX (@COPRED_CDMX) August 15, 2025
En 2025 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió el amparo directo 15/2020, promovido por la organización Juventudes Trans y la sentencia fue clara: impedir el acceso de mujeres trans a los baños de mujeres es un acto discriminatorio. Y reconoce que existe un daño moral y punitivo de carácter económico para empresas y particulares.
Esta sentencia marca un precedente al reconocer el impacto estructural que tienen este tipo de actos discriminatorios.
“Hay una afectación emocional que interrumpe el desarrollo de una persona y lacera su percepción de lo que considera un espacio seguro. Y sobre todo modifica su propia forma de vincularse con el espacio público y privado. Son actos traumáticos que persisten y generan angustia, ansiedad; lo digo como sobreviviente de uno de estos actos de discriminación que me dejó secuelas”, comparte Marjane.
Prevención es reparación
La Secretaría de Seguridad Ciudadana informó que la policía que discriminó a Alexa recibirá capacitación en materia de equidad de género y respeto a los derechos de las personas de la oLGBT+. Y se le impondrá un “correctivo disciplinario”.
Desde Juventudes Trans consideran que la prevención es también parte de la reparación ante la violencia estructural contra las personas trans.
“Las sentencias y capacitaciones no pueden ser las únicas medidas de satisfacción. Necesitamos modelos preventivos, modelos sanadores y otras pedagogías que cuenten cómo la transfobia no solo afecta a las personas trans”, enfatiza Marjane.
Los vagones preferentes no se crearon para excluir
Garantizar que las mujeres trans usen los vagones preferentes es reconocer su identidad, su derecho a la seguridad y a transitar el espacio público libres de violencia. Estos vagones existen porque el acoso sexual contra las mujeres es real y persistente; excluir a las mujeres trans de este espacio no solo las expone a mayores riesgos, sino que reproduce la idea de que su identidad es discutible.
@abcnoticias.mx 🔴⏯️En la estación Merced de la Línea 1 (línea rosa) del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, una guardia de seguridad impidió el ingreso de Alexa Andrade, una mujer trans, al vagón exclusivo para mujeres. De acuerdo con el testimonio de Andrade, la trabajadora de seguridad le negó el paso argumentando: «Eres un caballero». El incidente ha generado indignación en redes sociales. 📹: Alexa Andrade
♬ sonido original – abcnoticias.mx
La derecha y grupos feministas transexcluyentes aprovechan casos como el de Alexa porque permite reinstalar viejos miedos, prejuicios y pánicos morales bajo la excusa de la seguridad. Sin embargo, el verdadero sentido de los vagones preferentes nunca fue excluir a las mujeres trans.
Cuando las mujeres trans son expulsadas de estos espacios, no solo se atenta contra su derecho a existir y a estar seguras, también se debilita la razón por la que los vagones preferentes fueron creados.
El sábado 23 de agosto a las 12 organizaciones convocan a la Glorieta de los Insurgentes para un «ingreso masivo» al metro.
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