Rosario Sansone, activista trans salteña y pionera del Orgullo, murió en un incendio en Bahía Blanca: investigan si fue un transfemicidio
Rosario Sansone tenía 47 años y se había instalado en Bahía Blanca para escapar de la violencia policial en Salta, donde fue una de las mentoras de las primeras marchas del Orgullo.
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SALTA, Argentina. Una parte de Salta llora en estos días lluviosos la pérdida de Rosario Sansone, fallecida a los 47 años y a casi dos mil kilómetros de su tierra, en Bahía Blanca, adonde había llegado huyendo de la Policía de esta provincia.
Rosario es -era- una de las referentes salteñas destacadas en la lucha por el reconocimiento de los derechos del colectivo LGBTIQ+. Junto a su gran amiga Pelusa Liendro, asesinada en 2006, fue una de las mentoras de las Marchas del Orgullo, una reacción de defensa contra la persecución policial, la violencia y la discriminación.
La casa que Rosario alquilaba en Bahía Blanca quedó envuelta en llamas a las 8.30 de la mañana del domingo 3 de noviembre. Cuando se pudo apagar el fuego, bomberos y personal de Defensa Civil la encontraron muerta. Su cuerpo yacía sobre la cama. Aunque oficialmente se informó que los accesos de la vivienda estaban cerrados por dentro, y que una de las habitaciones estaba muy desordenada, aun no se sabe cómo exactamente ocurrió la muerte de la histórica activista trans salteña.
Los peritos de la Policía Científica y de la DDI local trabajan en la investigación, a cargo preventivamente de la UFIJ (Unidad Funcional de Instrucción y Juicio) Nº 5, que interviene en casos de homicidios. Su titular es el fiscal Jorge Viego. La autopsia, a cargo de la Fiscalía General, ayudará a determinar si se trató o no de una muerte violenta. «Estamos en plena investigación, no se puede afirmar ni descartar que haya sido un homicidio», dijeron fuentes oficiales a colegas de medios locales.
Inmersa en el duelo, la familia de Rosario prefiere no hablar por el momento. Una única cosa quiso decir su hermana Angy: “Mi hermana no merecía lo que le hicieron”.
Vida y lucha de una referenta de Salta
Nacida en Colonia Santa Rosa, pueblo del departamento Orán, en la exuberante región de las Yungas, Rosario llegó a la ciudad de Salta siendo adolescente. A esa temprana edad experimentó la crudeza de sobrevivir ejerciendo la prostitución. Poco después emigró a Bahía Blanca. Más tarde regresó a Salta para hacer historia en la organización del colectivo trans.
Hartas de la persecución policial, las constantes detenciones y palizas, en 2004 organizaron junto a Pelusa Liendro la primera Marcha del Orgullo Gay en Salta. Y pudieron hacer una segunda, y una tercera. Era una estrategia para denunciar esa violencia constante, asentada en el conservadurismo salteño, y exhibían también la hipocresía, expresada no solo en el consumo de la oferta sexual sino también en el cobro de coimas por parte de policías.
Las marchas salían de la calle Corrientes, en la zona del Parque San Martín. Ese punto de partida se había pensado con la idea de pasar por la Comisaría Segunda, el lugar adonde solían ir a parar Pelusa, Rosario y otras compañeras trans, a quienes “detenía, apaleaba y extorsionaba la policía”, recordó a Presentes la periodista feminista Marta César, una de las pocas personas cis que acompañaban esas primeras manifestaciones.
Marta tenía trato con Pelusa, a Rosario solo la vió de lejos. Sin embargo, la recuerda claramente: “La vi hermosa, pequeña, con una piel de porcelana, muy cuidada. La vi pasar muchas veces, con toda esa hermosura, toda esa descaradez y toda esa autoridad moral que no pocas tenían en esa época para decir, acá estoy yo, y no era tan grandota. Pero vos la veías producida así de lejos, y era como una estrella inalcanzable”.
Sexilio a Bahía Blanca
Pelusa y Rosario no pudieron organizar la cuarta marcha. Una noche de lluvia como la de estos días, el 29 de noviembre de 2006, siete cuchilladas pusieron fin a la vida de Pelusa. La violencia fue tan atroz que que travestis y trans debieron huir de la provincia. Rosario fue una de las que tuvo que exiliarse.
En 2007 otra mujer trans, Mary Robles, retomó la posta y reinició las marchas. Ahí estuvo otra vez Rosario, y volvió cada año, para cada Orgullo. “La conocía, ella era amiga de la Pelusa. Estuvo en las primeras marchas”. Después acompañó, “iba y venía desde Bahía Blanca”, recordó ante Presentes Mary Robles, Mary, quien organizó la Asociación de Travestis Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) .
Mary recordó la diáspora tras el asesinato de Pelusa. “Cuando muere Pelusa, se desata la persecución y empiezan a migrar todas”. Rosario se fue a Bahía Blanca “huyendo de Salta”. Se quedó ahí. Mary retomó las marchas en 2007. En esa, la cuarta en Salta, Rosario le prestó las banderas que usaban en las primeras manifestaciones con Pelusa.
“Salta no tiene avances”
Nancy Luna conocía a Rosario desde hacía catorce años, “por el activismo” en Mujeres Trans Autoconvocadas, la organización de hecho que armaron y luego fue diluyéndose. Había reducido su actividad pero seguía con acciones de asistencia que compartían Nancy y Rosario.
También ella destacó en conversación con Presentes que Rosario se había ido a vivir a Bahía Blanca porque “aquí en Salta no se podía trabajar” por la persecución de la policía provincial. Eso se mantiene todavía, destacó Nancy.
“Las personas trans en Salta todavía estamos esperando el cupo laboral trans”. Aquella discriminación y su materialización en violencia física, se vivía hace veinte años y se sufre también ahora, resaltó Nancy. A diario soportan un “terrible” prejuicio.
La gran mayoría de mujeres trans se ha preparado, resaltó. Han presentado sus currículos en distintas dependencias y siguen “esperando una oportunidad” para tener un trabajo estable. Pero cuando se abre una ventana para que ingrese alguien de la diversidad no es para “las personas trans, (que) no están en ningún ámbito”. Nancy misma se vio empujada a la calle. “Ya grande tuve que empezar a salir”, contó. “Estudié para nada. Terminé en la calle. Como todas. Como Rosario”, lamentó.
Mary Robles coincidió en el diagnóstico actual de vulneración de derechos en la provincia. “Salta no tiene avances, el cupo laboral quedó frenado”, sostuvo.
Además, hay cada vez más deficiencias en la atención de salud, faltan preservativos, no cuentan con el test ELISA para hacer análisis de VIH. “Hay un faltante grande de todo un poco. El gobierno nacional no compró nada y el provincial no piensa comprar”. Recién se están organizando las organizaciones para hacer un petitorio, dijo.
Nancy destacó que Rosario tenía “excelente” relación con su familia. No provenía de ahí la violencia que sufría. “Ella se vio atropellada por la Policía, por la sociedad”. “Las historias de todas” en realidad, insistió.
En la provincia de Salta sigue vigente todavía el artículo 114 del Código Contravencional, que habilita los abusos policiales.
También Nancy recordó a Rosario como una persona luminosa. “Era una chica tranquila”, “una gran persona”, que “no tenía problemas con nadie”. Le gustaba juntarse a tomar mate con sus amigas, estar en familia y salir a bailar. Amaba los colores, y los imponía en las marchas del Orgullo. Le gustaba hacer play back con temas de Isabel Pantoja y Rocío Durcal, y solía montar shows para las actividades del colectivo.
Rosario era “una activista en grande”, no se rendía, buscaba cambiar las cosas para las chicas trans más jóvenes. Pero, “no hay avance en Salta. Es triste”, ratificó Nancy.
También la activista trans Pía Ceballos, del Movimiento Trans Argentina (MTA) recordó a Rosario: “La conocí y muches compas de la diversidad estamos en luto, fue una gran activista y compañera”.
Por esas coincidencias que solo pueden darse en vidas signadas por la violencia que se ejerce sobre ellas, a Rosario Sansone la alcanzó la muerte cuando preparaba la Marcha del Orgullo del próximo 29 de noviembre, una fecha muy especial para las trans y travestis de Salta, y en especial para Rosario al cumplirse 18 años del asesinato de Pelusa Liendro.
MIentras tanto, la ONG Furias convoca a quienes puedan colaborar con un aporte para acompañar a la familia y facilitar los traslados de Salta a Bahía Blanca.
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