Una testiga detenida por falso testimonio en el juicio por Tehuel
En la segunda audiencia del juicio por Tehuel, los relatos complican a Ramos. La última testiga del día quedó detenida al terminar su declaración.
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LA PLATA, pcia. de Buenos Aires. En la segunda jornada del juicio por la desaparición de Tehuel, que empezó ayer, Priscilla M. era la última de una larga lista testigues. La fiscalía, a cargo de Juan Pablo Caniggia, le planteó:
-Mantuviste comunicación desde que desapareció Tehuel hasta que detuvieron a Ramos. Te pregunto: ¿Dónde está Tehuel?
-No, no sé. Yo no tengo nada que ver.
Minutos después, entró la policía y quedó detenida por falso testimonio.
En la segunda jornada del juicio contra Luis Ramos, acusado de homicidio agravado por crimen de odio (transhomicidio), declararon ocho personas, entre ellas vecinxs y familiares de Ramos. La última en sentarse frente al Tribunal Oral Criminal n°2 de La Plata fue Priscila M.
Empezó contando que trabajaba limpiando y cuidando a la mamá de Ramos, y terminó reconociendo haber tenido con él una “relación medio amorosa”. Luego, le pidieron que leyera en voz alta los mensajes de Whatsapp que había intercambiado con Ramos desde el día que desapareció Tehuel hasta el momento de la detención a Ramos.
Los mensajes de Whatsapp con Ramos
El 14 de marzo de 2021, a las 5.24am, es decir casi tres días después de que vieran a Tehuel con vida, ella le escribió: Cómo no querés que no me preocupe, Dios, manteneme al tanto.
Hubo otros mensajes que le pidieron que leyera pero, como no lo hacía, los leyó la querella que representa a la madre de Tehuel, Norma Nahuelcurá.
-Amor, vamos a salir de esta. Si vos no hiciste nada no hay de qué preocuparse (…) te amo mucho corazón.
-Quedate tranquila.
-No me puedo quedar tranquila amor.
Priscilla incurrió en algunas contradicciones. El fiscal del juicio, Juan Pablo Caniggia, le había preguntado cómo lo tenía agendado en su celular a Ramos. “Creo que como Luis”, dijo ella pero luego se constató que figuraba como “amorcito”. Además, los mensajes fueron rescatados del celular de Ramos, porque ella los había eliminado.
Después de casi una hora de preguntas tanto de los jueces, la jueza, como de la fiscalía y la querella, dijo: “Teníamos una relación medio amorosa”.
Priscila M. siempre declaró que no conocía a Tehuel. Pero casi al finalizar la hora de declaración, uno de los jueces le preguntó si Ramos le había hablado de Tehuel, y respondió que una vez le dijo que conocía a un “chico-chica”. La jueza Hoerr le insistió en que explicara el contexto de esa charla, pero ella no respondió.
Ante las pocas preguntas que hizo la abogada de la defensa oficial, Natalia Argenti, la testigo dijo recordar todo. Pero cuando le consultaba el abogado defensor de la mamá de Tehuel, Cristian Ariel González, o la fiscalía, o los jueces o la jueza, no se acordaba. A otrxs testigxs también se les leyeron partes de sus declaraciones hechas en el año 2021 en comisarías o fiscalías, porque había contradicciones. Pero el caso de Priscilla parecía distinto.
Priscila M. fue aprehendida por falso testimonio durante el juicio
“Se ha constatado en la audiencia que la testigo ha sido reticente (negarse a brindar información). Eso motivó innumerables cantidad de preguntas. En todas dijo no recordar. Contestaba una y otra vez: no recuerdo. Al principio relativizó la relación con el imputado, sin embargo con los mensajes se vio que era todo lo contrario”, decidió el Tribunal, compuesto por Claudio Joaquin Bernard, Silvia Hoerr y Ramiro Fernández Lorenzo. “Se procede a la inmediata aprehensión”, concluyó.
“Hoy me voy más aliviada que ayer. La testigo que dio falso testimonio sabía. Todo lo que dijo que estaba escrito no lo dijo. Puede que por ahí diga algo más”, dijo a Presentes Norma Nahuelcurá, mamá de Tehuel.
Robó pastillas a su tío y amenazó a su prima con un cuchillo
Antes de la declaración de Priscila M., hablaron siete testigxs, entre quienes estuvieron una tía política y una prima de Luis Ramos. Lo ubicaron escapándose de la policía, en la casa de un tío en Dock Sud. Ambas contaron que Ramos robó a un tío pastillas para tratamiento psiquiátrico y amenazó con un cuchillo a su prima para que no le dijera a la policía que él estaba ahí. Hacía más de 15 años que no les visitaba.
“El acusado es mi primo, sobrino de mi papá. Yo estaba en mi pieza, porque vivo con mis papás, en Dock Sud. Golpean la ventana de donde vivo, y era él. (…) Se quedó dos noches. En un momento vino la DDI a golpear la puerta. Yo salí y mientras él salió atrás mío al patio, y me dijo que no dijera nada”, contó Celeste R. al Tribunal. Admitió que mintió a la policía porque su primo la amenazaba con un cuchillo: “Yo dije que no estaba. Minutos antes, cuando salimos, él estaba empastillado, drogado. Me dijo no digas nada, yo te conozco de chiquita, yo no estoy acá. Y él tenía un cuchillo”.
Susana C., tía política de Ramos, dijo: “Se quedó dos noches. Tomamos mate, charlamos, lo más normal. Mi esposo está psiquiátricamente medicado. Yo estaba cuidando a mi suegro y mi hija me llama para que vaya para allá, porque él (Ramos) había agarrado pastillas de mi esposo y se había drogado”.
Después relató que cuando llegó lo vio “drogado con las pastillas de mi esposo, que me cuesta horrores conseguirlas. Yo le arrebato la mochila y veo que tenía perfumes, cosas para vender, y un cuchillo”. También le había robado el carnet de discapacidad. “Le dije: Andate a la mierda. Lo eché, y él se fue”, contó Susana C.
Más relatos complican a Ramos
Otra vecina relató que alguien le dijo haber visto un tacho con sangre en la casa de los carreros, y advirtió: “Son los que están detenidos ahora”.
Un segundo vecino contó que Ramos le regaló un colchón, y que él se lo aceptó. Luego se enteró de la búsqueda de Tehuel y llamó a la policía para que fueran a buscarlo.
Un tercero contó que vio “al acusado que pasó con la persona que está desaparecida” desde la esquina de su casa. El acusado se estaba agarrando a piedrazos con unos chicos en la plaza. Estaba con la chica”, dijo Ricardo G. Varios testigos se refirieron a Tehuel como la chica.
Alejandro S., otro vecino, dijo que compartía “algunos vinos” con Ramos, pero no eran amigos. Nunca había visto a Tehuel. Contó, luego, que un día volvió a su casa y encontró a Ramos en la bañera: “Él estaba sentado en la bañera de mi casa. Me dice: Por favor no me denuncies, yo no hice nada, no la maté. Yo no sabía nada. Voy al freezer, saco una jarra de vino. Lo veía a él muy nervioso, temblaba. Le digo: ¿Qué pasó loco? Me dijo: Yo no hice nada”.
“Voy a la casa de Diego, mi vecino. Le digo: Está el loco este acá adentro, algo pasó. Voy para la casa de él y estaba toda la policía. Yo no la conocía a la chica, no uso celulares. Me sorprende completamente todo esto”.
También declaró otro de los chicos que estaba jugando al fútbol en la canchita del barrio, Mario D, a los que Ramos atacó, tal como contó ayer otro testigo. “Terminábamos de jugar a la pelota, el muchacho nos empezó a agredir y todos los pibes del barrio lo empezamos a correr. Iba con una chica caminando normal. Él tenía un cuchillo. Fue tipo 7 y media, 8. Ella iba con una campera negra, encapuchada. No la conocía. Los chicos decían que supuestamente un par de veces vino a jugar a la cancha”, dijo Mario D.
Y agregó: “A él yo no lo conocía. Unos chicos dijeron que lo conocían como Luiggi. A la semana anduvo la policía ahí. Decían que había desaparecido una chica”. Era Tehuel.
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