¿Qué busca el periodismo amplificando la voz de influencers antiderechos?

Desde Presentes analizamos la entrevista que realizaron los periodistas Reynaldo Sietecase y Ernesto Tenembaum a Emmanuel Danann, rebatimos desinformación y nos preguntamos sobre el para qué.

4 de julio de 2024
María Eugenia LudueñaMaby SosaAna Fornaro

Tres varones hablan de género y diversidad, femicidios y derechos humanos durante 45 minutos en uno de los programas más escuchados de la mañana de la radio argentina. En medio del desguace de programas y políticas públicas para prevenir y contener la violencia de género, del desmantelamiento del Ministerio de Mujeres y Géneros y del INADI y otros despidos masivos en el Estado, los periodistas Ernesto Tenembaum y Reynaldo Sietecase entrevistaron el miércoles 3 de julio en Radio con Vos al influencer antifeminista y libertario Manuel Jorge Gorostiaga. Se hace llamar Emmanuel Danann, nombre con el que saltó a la fama en su canal de Youtube. Allí tiene 1.9 millones de seguidores y una apertura de videoclip donde como un rockero canta un tema llamado “Distopía”. “Somos una distopía imaginada por un escritor/ ya no hay hombres ni mujeres y la vida perdió su valor”, dice la canción. 

Al principio del programa, Tenembaum dice para la audiencia que entrevistan a Danann para escuchar a quienes piensan diferente. Ya redondeando la charla, Dannan los interpela y pregunta: ¿para qué me invitaron? 

Nos preguntamos lo mismo. ¿Qué hay realmente detrás de esta invitación? ¿Para qué sirve abrir un espacio periodístico a quien ya tiene una audiencia tan grande? ¿O es por eso? ¿Se hace sólo por una cuestión de rating? ¿Es responsable periodísticamente invitar a un desinformador serial e incitador al odio como Danann? ¿Las audiencias de Radio Con Vos quedaron en un mejor lugar desde la perspectiva de su derecho a una comunicación plural y responsable? ¿No se pensó nunca en tener como invitada o co-anfitriona a una comunicadora que aportara desde los datos y la perspectiva de género? 

Danann se presenta: “Soy un fundamentalista de la libertad de expresión”. Danann corrige e interrumpe todo el tiempo a sus interlocutores, está entrenado en el arte de provocar. Es capaz de decir cualquier cosa con el mismo tono imperturbable, la voz en alto, entre la jactancia y la revelación. Dice mucho la palabra “absolutamente”. 

La fiesta de la desinformación

Durante toda la entrevista, Danann bate récords en arrojar datos falsos y discutir apoyándose en falacias. Se encarga de difundir mentiras y frases agraviantes contra las feministas y personas de la diversidad sexual. Lo hace escudado en que tiene “amigxs gays y transexuales”, “tengo la suerte de tener seguidores tan inteligentes”, a quienes quiere y respeta porque no siguen la agenda de género. Lo que genera Danann, de forma consciente, tiene un nombre: desinformación. En particular lo que él construye es desinformación de género, algo que no es nuevo pero sí cada vez más viral, alentado por espacios (como el de este programa) que funcionan como cajas de resonancia. Vamos con algunos ejemplos. 

Las condenas:  Al principio de la entrevista, Danann niega que tenga dos condenas. Dice que no puede dar mayores detalles por consejo de su abogada. 

En marzo de 2024 se conoció que Dannan fue condenado por haber discriminado y violentado en entornos digitales a una mujer trans. Fue la primera condena por discriminación en entornos digitales. En ese fallo la jueza argumenta que hubo un abuso de su libertad de expresión, porque atentó contra el derecho a la identidad de otra persona. Además de haber estado atentando contra derechos personales como el honor, la dignidad y el derecho a su imagen. 

Un mes después, se conoció que Danann había solicitado acceder a una probation luego de un extenso juicio tras la denuncia de Marina Abiuso, periodista a la que había hostigado en una campaña violenta basada en datos falsos. Le atribuía a Abiuso, entonces editora de género del canal de Noticias TN, cierta complicidad con quienes habían asesinado a Lucio Dupuy. 

En lugar de dar esta información, Danann dice a los periodistas: “La única condena que tengo es por haberme negado a reconocer a un señor con peluca como una mujer lesbiana con pene”. Luego agrega: “pero esa condena tampoco está firme”. La atribuye a “una operación mediática y de las organizaciones”. Otra mentira. 

Lenguaje inclusivo y femicidios: Su blanco preferido es el “feminismo de la cuarta ola”, porque “es utilizado políticamente”. También ataca de forma permanente a las “feministas de pañuelo verde” (aunque luego dice que está de acuerdo con desepenalización del aborto) y al ex Ministerio de Mujeres y Diversidad, creado durante el gobierno de Alberto Fernández. 

Dice que el Ministerio en lugar de combatir a los femicidios se ocupaba de hacer talleres de lenguaje inclusivo y “danzas” y que por esto la cifra de feminicidios aumentó. Para Danann la responsabilidad de que haya una mujer asesinada cada 26 horas es culpa del lenguaje inclusivo y de los programas que buscaban prevenir la violencia de género y acompañar a víctimas, programas que fueron desmantelados en los últimos meses. 

Su discurso se construye desde una lógica argumental falaz: vincula causalmente cosas que no tiene una relación causal, ni siquiera una correlación. ¿Cómo una charla sobre lenguaje inclusivo podría incidir en el aumento de la violencia de género? ¿O lo que quiere decir es que esas charlas o talleres irritarían tanto a los hombres que los incitarían a violentar o matar mujeres? No se entiende. 

Lo que hace, una vez más, es invertir la carga de la prueba: la responsabilidad de la violencia de género no la tiene un sistema construido a partir una matriz desigual basada en ideas sexistas como las que él difunde, sino que es culpa de los programas que buscan erradicar las violencias. 

“Este cuento de género es la excusa para que financiemos ministerios de mujeres, fiscalías especializadas (como la que lo condenó a él), cursitos, talleres de masculinidades”. Esto hará que el péndulo vuelva a la derecha. “Miren lo que está ocurriendo en Rusia. Va a haber actos de violencia”, advierte.  Luego dice que el Ministerio de las Mujeres articulaba con una “red de trata” en Chaco. No da argumentos ni presenta pruebas de tamaña acusación. Deja esa frase ahí, para que circule y crezca. Sus entrevistadores tampoco lo refutan ni lo frenan. 

Ideas libertarias y derechos “para minorías”: Danann dice que no es antifeminista y que tampoco está en contra de los “derechos para las minorías”, porque aclara que es sobrino tataranieto de  Benjamin Gorostiaga, uno de los redactores de la Constitución, y entonces mamó desde chico las ideas libertarias. Dice que esas ideas las entendió cuando salió “al mercado”, “al mundo del trabajo”. “A mí no me molesta que Juan Carlos se autoperciba Diana, me molesta que tengamos leyes que me obliguen a creer en cosas que yo no creo, como la autopercepción”, dice. 

Además del tono insultante de su frase, otra vez está tirando data falsa. La ley de identidad de género no obliga a nadie a creer en nada, sólo hace cumplir el derecho a la identidad. Las leyes no buscan meterse en el ámbito de las creencias de las personas, son instrumentos jurídicos para hacer valer derechos y obligaciones. 

Quizás a Danann no le guste la ley de identidad de género y por eso elige violarla. El problema es que si viola una ley suele haber (no siempre, claro) una represalia. Lo que no le gusta a Dannan es que su decisión de no cumplir las leyes (está, como liberal, en su libertad de hacerlo) tenga consecuencias. Lo que busca Danann es la impunidad, no la libertad. 

Luego pide que haya análisis psiquiátricos porque, insiste, la identidad de género es un problema “neurológico”. Contradice así a la Organización Mundial de la Salud, quien en 2018 quitó a la “disforia de género” del listado de enfermedades mentales. ¿Pero por qué Danann tendría que respetar a todo tipo de protecciones de los organismos internacionales o a las convenciones internacionales de derechos humanos?

Ese quizás sea el problema: Danann no se atiene a ningún consenso colectivo, ni a “agendas”, porque vive en un mundo propio creado a partir de desinformaciones, teorías conspiranoicas y discursos que incitan al odio. Elige situarse sólo en su mundo de creencias, por fuera o por encima de cualquier marco normativo o jurídico. Contra eso no podemos ir pero sí preguntarnos otra vez: ¿por qué el periodismo (y periodistas que se dicen progresistas) insiste con amplificar ese discurso? Sobre todo cuando desde esos espacios no se rebate con información veraz y chequeada que contradiga sus mentiras. 

No es gratis amplificar discursos de odio

Otro miércoles, una semana antes de esta entrevista, Pamela, Roxana y Andrea, víctimas del triple lesbicidio de Barracas, fueron enterradas en el cementerio de Chacarita. Quizás el odio y la violencia de los comentarios discriminatorios sean difíciles de dimensionar en la escucha de una radio, o en las redes. Pero su efecto es real. El odio se materializa, mata. 

El problema no pasa solamente por los argumentos falaces y la desinformación que desparrama Danann. El asunto es bastante más complejo y consta de varias capas geológicas. Una de ellas tiene que ver con las herramientas de lxs comunicadorxs y su responsabilidad a la hora de informar. Hasta hoy las formaciones en género y diversidades, en un país que aún cuenta con una legislación de avanzada, siguen quedando relegadas -en la mayoría de las escuelas y facultades de periodismo- a seminarios optativos o materias extracurriculares. Como si fuera más importante manejar otros asuntos que sí forman parte de la currícula, que comprender las bases sobre las que se construye la desigualdad de géneros. 

Unos días antes del triple lesbicidio, Nicolás Márquez, otro influencer ultraconservador, además de biógrafo de Javier Milei, fue presentado como “escritor” y se despachó con otra serie de datos falsos y patologizantes de la homosexualidad, sin que nadie pudiera mencionar que todo lo que decía era mentira y que la OMS quitó hace más de 30 años, en 1990, a la homosexualidad de un listado  de enfermedades. 

¿Qué pasa con la escucha de semejante cantidad de datos falsos? ¿Hay noción del daño que genera en personas de todas las edades, en especial las adolescencias que puedan estar escuchando? ¿Son conscientes los comunicadores del alcance del daño? Nos preguntamos otra vez: ¿para qué los invitan? 

Somos Presentes

Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.

APOYANOS

Apoyanos

SEGUINOS

Estamos Presentes

Esta y otras historias no suelen estar en la agenda mediática. Entre todes podemos hacerlas presentes.

COMPARTIR