Facundo Saxe: “Tengo que salir a explicar que no estoy trabajando el ano de Batman”
El periodista Franco Torchia entrevistó en su programa al investigador del Conicet, Facundo Saxe quien sufre amenazas de muertes por un supuesto estudio sociológico.
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BUENOS AIRES, Argentina. Desde hace algunos años, sectores de la derecha argentina son productores de discursos de odio contra las diversidades sexuales, las diversidades culturales y también hacia trabajadores de algunos organismos. Uno de esos organismos el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
El miércoles 20 de septiembre la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel durante el debate de candidatos en un canal de noticias volvió a mencionar una supuesta investigación sobre «el ano dilatado de Batman». Abonó, de esa manera, una gran mentira respecto a la investigación puntual donde se incluyó esa frase y profundizó los prejuicios que existen en torno a las investigaciones de las ciencias sociales.
A propósito de esa mención, el periodista Franco Torchia entrevistó en su programa Francotirador, -que se emite por radio Splendid AM 990-, a Facundo Saxe el sociólogo e investigador del Conicet que creó la frase citada por la candidata durante el debate. Saxe viene sufriendo ataques violentos por su desempeño profesional.
Entrevista de Franco Torchia a Facundo Saxe
«A mí me amenazan, me insultan, me difaman, dicen que me van a golpear, matar, me dicen sidoso, me dicen puto degenerado. Todas las injurias que quieran a la que muchas veces estamos acostumbrados. Y ahí hay algo que a mí me importa esa persona que se suma a todo el odio realmente quiere que no exista. Me quiere muerto. ‘Ah, no, no queremos que te vayas de CONICET’. No, no, no, no, no es solamente eso. Entonces pueden querer que me vaya de CONICET, pero esa es otra discusión. ¿Por qué me insultan? ¿Por qué desean que no exista? ¿Les mejoraría la vida a las personas que dicen eso que yo o tantas otras no existamos? A mí hay un montón de gente que no me cae bien, pero no le deseo la muerte ni que dejen de formar parte del mundo. Yo también soy docente y aunque creo que el mundo es espantoso, creo que para ser docente algo de esperanza tenés que tener.
Le doy la bienvenida en Francotirador al investigador del CONICET, profesor y doctor en Letras por la Universidad Nacional de La Plata, autor de una ponencia que hizo de algunos en algún momento de todos estos años, para un congreso puntual, llamada o que incluye, mejor dicho, la expresión el «ano dilatado de Batman», que tomó como expresión de manera completamente maliciosa y tergiversada y adrede la libertad Avanza el señor Javier Milei y también muchos activistas digitales sumamente agresivos que él tiene en redes sociales.
-Facundo Saxe, ¿cómo estás? Sé que son días muy difíciles para vos, porque lo hemos conversado. Estás recibiendo muchas amenazas de muerte.
-Sí. Me parece que esto se enmarca un poco después de las PASO, que muchas personas que estamos dentro de colectivos o comunidades de la diversidad sexual o la disidencia sexual nos veíamos venir una mayor habilitación del odio. Viste que cuanto más aparecen personajes de la extrema derecha o de discursos conservadores se habilita más, ¿no? En el marco de eso, a mí hace años que se me viene hostigando en redes por las cosas que yo trabajo en CONICET, que igual es un recorte tergiversado, pero pongámosle. En ese contexto, y después de las PASO la situación fue un poco más áspera y sí, recibí amenazas de muerte, algunas bastante cruentas y ataques constantes. Dieron a conocer mi dirección real el mismo día que me amenazaron de muerte; es como una amenaza directa, “sabemos dónde vivís”. Acá en La Plata, incluso, armaron pegadas o escraches contra algunos investigadores en algunas zonas con títulos de trabajos que tenían que ver con género, sexualidades y disidencias.
─Ese es el terreno que les interesa especialmente porque la guerra es ideológica. No va a ser de ninguna manera ni económica ni política; va a ser sobre todo y fundamentalmente ideológica que es, en todo caso, lo único que puede garantizar La Libertad Avanza. Todo lo demás ya sabemos que es impracticable. Ahora, Facundo, vos no estás viviendo para nada bien.
─Te juro que hoy me cuesta darle un carácter real, por momentos. Según mi psicólogo es una forma de defensa, digamos, porque llega a un nivel tal de delirio y violencia que uno intenta bajarla un poco.
─Te cuesta creer que te pasa lo que te pasa.
─Exacto. Para mí es inverosímil estar hablando con vos en la radio por esta situación. Yo soy un docente universitario que da clases y que investiga temas que tiene que ver con Ciencias Humanas, Sociales y estudios de género. No estoy preparado para todo esto. Yo no estoy ni preparado para salir a hablar en un programa de radio que quiere que hable cinco minutos explicando “¿por qué dijiste ‘ano de Batman’?”. Nos vamos a morir de literalidad, también. Porque prácticamente tengo que salir a explicar que no estoy trabajando el ano de Batman. Es una ridiculez. ¿Qué? ¿Viajo a Estados Unidos, busco el cadáver de Adam West y le investigo el ano? Digo, no tiene el mínimo sentido. Hay una campaña orientada contra CONICET hace años ya, pero este año volvió a retomarse. Buscan justificar la destrucción o el recorte del CONICET o el que no existan investigaciones de género. Hay una batalla ideológica al respecto. Atacar, en particular, mi figura y a quienes trabajamos con cosas que parecen recortadas, parecen inútiles y hasta molestan en un sentido común orientado al pánico social sexual.
─Esto arrancó, como contaste, hace muchos años. Recuerdo que fue el periodista Eduardo Feinmann ─cuando todavía trabajaba en A24, gobernaba ya Alberto Fernández o eran los estertores del gobierno de Mauricio Macri─ fue el primero que muy antojadizamente en la web del CONICET encontró la expresión “ano dilatado de Batman”, que, repito, ni siquiera es algo sobre lo que vos investigás, pero sí es una ponencia que presentaste para un congreso puntual. A partir de allí vos la empezaste a pasar mal. Ahora, post PASO se rescata esto mismo que comenzó Eduardo Feinmann.
─Exacto. Es toda una gran confusión. Lo que se hace es manipular de forma recortada la información que está en la web del CONICET ─que tampoco se explica cómo funciona y no es una web pensada para hacer la auditoría de las investigaciones de cada uno. Es más complejo.
─Voy a ejemplificar eso de manera muy sintética. En la web del CONICET, cada investigador de carrera tiene que publicar todo lo que hace. Todo es todo: lo que hace en el contexto del CONICET y lo que hace por fuera también. Si mañana lo invitan a dar una charla a Formosa, que nada tiene que ver con el CONICET, tiene que figurar la charla en Formosa.
─Exacto. Subís toda la información y después selecciona aleatoriamente algunas cosas, sobre todo la parte de ponencias. Y ahí se recorta toda esa información de forma tendenciosa. Si nos ponemos a pensar, literalmente, el Congreso y el trabajo que yo presenté sobre el ano de Batman, que está recortado -el título entero es “El ano dilatado de Batman, apuntes para una investigación sobre archivos de odio y borramientos de la disidencia sexo-genérica”-, no tuvo financiamiento del CONICET.
─No lo financió el CONICET y si lo hubiera financiado, ¿qué? La cuestión del ano y, si quieren, incluso más en criollo los estudios en torno al culo son fundamentales en numerosas universidades del mundo. Sobre todo, y fundamentalmente en materia de género. No es una cuestión para nada menor. Muchos países destinan buena parte de sus presupuestos investigativos, no para estudiar el culo de manera proctológica como lo hacen médicos y médicas, sino para las implicaciones culturales que tiene el culo. Tanto a Facundo como a mí, y a otro montón de personas que nos escuchan, nos han dicho “culo roto” desde nuestra más tierna infancia. Esto para pensar nada más en una de las significaciones que esto tiene.
─Exacto, Franco. Y yo eso lo trabajo. Trabajo cómo funciona esa violencia sobre vidas como las nuestras y otras vidas. Yo tengo 43 años y a mí todo esto que está pasando me hace querer callarme y volver al silencio. Y no quiero vivir una vida en silencio cuando durante mucho tiempo viví así. Yo no hice nada, simplemente estoy trabajando. Perfectamente este trabajo podría haber tenido financiamiento del CONICET como otros. Si vos entrás a CONICET y buscás mi investigación actual se llama “Disidencias de sexo-género: archivo y memoria desde una perspectiva comparada en textos culturales alemanes y argentinos recientes”. Esa ponencia del ano de Batman, a partir de una serie de teorizaciones que yo hago, la utilizo para algo que va a salir publicado este año financiado con mi sueldo del CONICET. Yo no tengo un financiamiento de proyectos más allá de mi sueldo.
─Sos investigador del CONICET y te costó un montón, como narraste oportunamente. No cualquiera llega a investigador del CONICET, hay que trabajar muchísimo, ni les cuento si es en Ciencias Sociales, como vos. Ese es otro mito a partir del ano dilatado de Batman: la idea de que está plagado de cientistas sociales. Mentira.
─Eso es una mentira absoluta. Las investigaciones sociales y humanas tienen menos financiamiento porque no trabajamos en laboratorio. Es diferente cómo funcionan. Algo que me gustaría sumar a lo que vos decías: supongamos que yo investigué el “ano dilatado de Batman” así como dicen, además yo creo que despierta algo ahí como cuál es el problema de decir la palabra “ano”.
─Los problemas siguen siendo muchos y es por eso que un Estado que se pretenda más o menos actual, atento a mitigar violencias, tiene que trabajar efectivamente en el desbloqueo de, por ejemplo, la palabra “ano”, el desbloqueo total de la palabra “culo”. ¿Vos no judicializaste, Facundo, ninguna de estas amenazas de muerte que recibiste, tomaste la decisión de no llevar nada a la Justicia?
─Por ahora no. Ahora estoy haciendo control de daños ideológicos. Una vez que pase un poco el tiempo, ahí a las cuentas que me amenazan literalmente de muerte les vamos a hacer denuncias penales.
Lo que molesta de las investigaciones
Durante la entrevista también se sumaron Federico García del Corro y David Burt, integrantes del programa que conduce Torchia.
─¿Podrás explayarte un poquito más en lo que vos estás investigando? Yo soy un consumidor de historietas y de comics y está piola adentrarnos en cómo es tu investigación.
─Necesitaría una hora y media para explicar el recorrido entero, pero puedo resumirlo. La idea de pensar la homosexualidad de Batman tiene que ver con cómo se construyen ciertas masculinidades hegemónicas y yo trabajo, como decía Franco, con una línea de teorización que viene de Paul Preciado que habla de la expresión de “ano castrado” para pensar cómo se genera un tipo de masculinización cis-heterosexual tradicional y hegemónica.
─Paul Preciado es un filósofo español que tiene, entre otras, la siguiente hipótesis: “Hombre en nuestra cultura contemporánea es el que tiene el culo cerrado”, o sea, ser hombre es garantía de culo cerrado.
─Entonces lo que yo trabajo sobre los años 50, justamente en el momento en el que se está atacando a los comics como productos nefastos que en los que Batman es la fantasía homosexual de muchos niños y adolescentes. En un libro espantoso que es una colección de archivos de odio, un psicólogo cita a un pobre pibe internado en un psiquiátrico por homosexual y el pibe le dice “Yo leo Batman y Robin, son la fantasía de lo que quiero ser. Me gustaría vivir así”. Esa expresión después fue tomada por un montón de personas que analizaron a Batman y pensaron cómo funciona la masculinización de Batman cuando, en muchos momentos, fue una figura que permitió a públicos de la diversidad sexual identificarse. Hay muestras verificables de identificación sexo-disidentes con Batman de los años 50 y los 60: fanáticos que lo dibujaban a Batman y Robin o Superman besándose juntos. Eso genera toda una genealogía que a mí me importa. Yo estoy trabajando en este momento en la segunda mitad de los años 80, cuando se refuerza la heterosexualización de Batman, que como personaje de ficción es lo que hacemos cuando lo leemos y lo convertimos en otra cosa. En ese contexto, muchos “maricas” nos identificábamos con la Mujer Maravilla, por ejemplo.
DB ─Pensemos que a Robin lo sacaron en la segunda parte de Batman porque lo veían como un personaje homosexual.
─Exacto. Si nosotros vemos, en el año 85, 86, 87, a Robin lo matan. En la película, le sacan a Robin y le ponen a Kim Basinger como interés romántico, que es heterosexualizarlo más. A los personajes femeninos fuertes de Batman, de fines de los 70, los matan: a Batichica en ese momento la dejan en silla de ruedas y es abusada por el Guasón. Hay un montón de cosas ahí que tienen que ver con esa masculinización del personaje hacia la heterosexualidad tradicional que no existía de la misma forma previamente. La serie de Adam West permitió otro tipo de identificaciones. Yo conecto cómo eso queda latente. Por ejemplo, hay libros de un escritor argentino, que se llama Osvaldo Bossi, en los que escribe poemas sobre la relación homosexual de Batman y Robin o escritos en prosa en los que el sujeto que habla es Batman a Robin y utiliza imágenes de las series. Eso es que está conectando con ese imaginario del Batman homosexual borrado. Entonces, no es tan literal como mirar el ano físico; es otra cosa que tiene que ver con esa filosofía anal. Yo, todo esto, lo estoy conectando con una leyenda de la cultura argentina en torno al servicio militar obligatorio que dice que, si te marcaban como homosexual en el examen médico, te ponían la sigla AD.
FT: ─“Ano dilatado”, exactamente. Yo llegué a ser sorteado para el servicio y, por ese mito, llegamos a ese momento con terror. Ni les cuento si como yo fueron abusados en la infancia. Llegamos con terror a ese momento porque, en efecto, existía el mito de que los milicos te revisaban tu cuerpo y te revisaban el ano y, si veían que tenían el ano abierto, ibas a empezar a vivir una serie de injurias y humillaciones increíbles.
─Agrego algo más. Nosotros vivimos en una sociedad donde la ley electoral de la provincia de Buenos Aires, hasta 1990, prohibió el voto homosexual por indignidad. A mí me parece que lo que yo investigo es importante para pensar cómo ese tipo de cosas no están dichas en nuestra sociedad todavía.
Acá podés escuchar la entrevista completa
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