Transfeminismos y antirracismos en Centroamérica: dos luchas hermanas
Unirnos todos los cuerpos y todas las disidencias para dar la batalla feminista antipatriarcal, anticapitalista y por su puesto antirracista, borrando las fronteras impuestas desde el binarismo de género y el norte global. De eso va la propuesta transfeminista desde la mirada centroamericana.
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TEGUCIGALPA, Honduras. Unirnos todos los cuerpos y todas las disidencias para dar la batalla feminista antipatriarcal, anticapitalista y por supuesto antirracista, borrando las fronteras impuestas desde el binarismo de género y el norte global. De eso va la propuesta transfeminista desde la mirada centroamericana y desde esa dimensión reflexiva, que se llevó a cabo en el primer diálogo virtual del FCAM, promovido en el marco de su 20 aniversario.
La lucha transfeminista está conectada con la lucha antirracista. Sobre eso conversaron les activistas Obrayan Robinson (Honduras) y Bianka Rodríguez (El Salvador), con la moderación de Viviane Vergueiro, investigadora brasileña en temas de género, transfeminismos, colonialidad y economía.
A lo largo de esta entrada encontrarán algunos apuntes sobre los transfeminismos, sus significados —tanto en centro como en Sudamérica— las tensiones y las apuestas, pero, sobre todo, las reflexiones desde las propias experiencias de les ponentes.
Los transfeminismos: una historia plural y callejera
El concepto del transfeminismo ha sido de mucho cuestionamiento para mí y como dijo Bell Hook: ¿Quién es el sujeto del feminismo? Esa pregunta es clave. Y la respuesta es que el feminismo es para todes. Y ese todes debe incluir a las trans, a las negras, a las indígenas y a las pobres, expresó Robinson al iniciar el diálogo.
Durante 2021 la organización colombiana Sentiido desarrolló una investigación sobre el significado y la situación de los transfeminismos en América Latina. Entre los principales hallazgos destaca el hecho de ser un concepto heterogéneo y en tensión. Eso nos lleva a hablar de los transfeminismos en plural, tomando en cuenta que no se trata de un movimiento homogéneo ni unificado, sino de un movimiento en construcción que tiene distintos matices en distintas latitudes.
La investigación resume que la expresión transfeminismo se ha usado para designar una serie de principios y prácticas feministas desarrolladas principalmente —aunque no exclusivamente— por mujeres trans y travestis que, a partir de una mirada interseccional, son profundamente críticas del esencialismo de género, la transfobia dentro del feminismo y la precarización de cuerpos migrantes, racializados, empobrecidos y de género diverso.
Por su parte, Obrayan confirma este planteamiento. Asegura que: “Primeramente nos ha tocado conocer la historia del feminismo como tal, que como sabemos ha sido liderado por mujeres blancas de clase alta, que no reconocían a otros cuerpos como parte de su lucha. Luego entran los transfeminismos que viene a reconocernos y a colocar aspectos sobre la autonomía de nuestros cuerpos trans, lo que queremos ser, cómo queremos ser, cómo queremos vivir nuestras identidades, sexualidades y eso también es importante. Entonces para nosotres todos estos procesos han sido procesos de construcción, donde nos vamos sintiendo, nos vamos identificando y nombrando nuestras identidades y los cuerpos que habitamos”.
Los transfeminismos son una vertiente feminista que centra las voces, experiencias, prácticas y conocimientos de las mujeres trans y travestis como fundamentales para la liberación de todas las mujeres y para una distribución equitativa de los derechos, las oportunidades y los recursos entre todas las personas. Para esto, los transfeminismos tienen en cuenta otras categorías de opresión como la racialización y la clase. Es ahí donde ambas luchas se conectan, sobre todo en regiones como la nuestra.
En esa línea Bianka pone sobre la mesa que las violencias se potencian cuando se mezclan las interseccionalidades, por el hecho de ser trans y racializadas. El activista hondureño plantea que “no podemos hacer una lucha separada porque nos atraviesa ser personas trans, pero también nos atraviesa ser personas negras. A veces no nombramos nuestras luchas bajo esos nombres, pero de muchas maneras estamos haciendo la lucha porque hemos sido desplazadas, discriminadas, violentadas y marginalizadas”.
Transfeminismos
El término transfeminismo fue usado en España en los años 80 y en Estados Unidos en los 90. A pesar de que existen algunos manifiestos transfeministas como el de la autora asiática Emi Koyama publicado en 2001, no todas las personas que se enuncian como transfeministas hablan desde el mismo lugar ni para las mismas audiencias.
La investigación realizada por la organización colombiana, plantea que los transfeminismos se piensan como populares, comunitarios y profundamente comprometidos con la movilización social. Durante décadas, la militancia de calle, la protesta y la articulación comunitaria local han sido algunas de las principales herramientas encontradas por las mujeres trans y travestis para trabajar por la defensa de sus derechos y necesidades. Estas prácticas transfeministas son reconocidas como la génesis de los transfeminismos y como una parte vital de los mismos en la actualidad.
Sentiido explica que algunas personas consideran que los transfeminismos son movimientos por y para mujeres trans y travestis. Otras sostienen que los transfeminismos deberían estar centrados en las mujeres trans y travestis, pero que pueden y deben incluir también a hombres trans y tener alianzas con personas cisgénero. Finalmente están también quienes piensan los transfeminismos de un modo más amplio. Que rompe con las subjetividades occidentales para convertirse en un movimiento de multitudes, que incluye, pero no se limita, a sujetos que están “en tránsito” de distintas formas como las personas migrantes, entre otras.
A esta diversidad de posturas debemos sumar el hecho que los transfeminismos están profundamente situados, lo que implica coincidencias y diferencias importantes, como sucede entre los transfeminismos del norte y los transfeminismos del sur. Pero incluso dentro de la misma región, sobre todo en Centroamérica, nos encontramos con distintos énfasis y prioridades. Pese a esa diversidad, dentro de los transfeminismos, la investigación revela la coincidencia profunda de preocupaciones, como 1) la necesidad de reconocimiento de los derechos y el fin de las violencias contra las personas travestis, trans y no binarias, y 2) la búsqueda de mejores condiciones de vida para personas racializadas y empobrecidas, muchas de las cuales son a su vez travestis, trans y no binarias.
Obrayan lo subraya cuando dice: “nuestro andar no ha sido nada fácil, ya que en diferentes espacios se nos ha excluido, pero también hay un planteamiento desde nuestra lucha, donde podemos decir que también nosotres estamos contribuyendo, ya que además de acuñar nuestra identidad como trans y no binarios, somos personas negras que venimos de las comunidades afrodescendientes y tenemos una historia de resistencia”.
Tensiones y potencias en los movimientos
Los transfeminismos se han constituido como espacios de lucha, resistencia y cuestionamiento de los sistemas de opresión y exclusión producidos por la cisnormatividad que interpela al sistema, presente incluso en vertientes del feminismo o mejor conocidos como feminismos trans excluyentes.
Bianka explique que: “Hay muchas desventajas también dentro de los movimientos, donde una tercera te tiene que avalar como tal: feminista y mujer trans, por eso considero que en los movimientos también se replican los binarismos y las prácticas fundamentalistas que ejercen incluso partidos de derecha. Hay que deconstruir el concepto feminista, porque el concepto sigue siendo blanco y no se considera feminista a una mujer negra, por ejemplo, por eso pienso que hay que hacer cambios tanto dentro del feminismo como dentro de la sociedad”.
Obrayan agrega que: “La lucha contra el heteropatriarcado y contra el capitalismo no es una lucha de unas, es una lucha de todas y por el hecho de haber sido excluidas y marginalizadas, esta lucha sigue porque seguimos luchando para que se nos tome en cuenta como sujetas de derecho”.
La intersección entre género y racialización incluye también la situación de los pueblos originarios. Un activista nicaragüense que fue parte de la investigación de Sentiido expresó: “No puede haber liberación cochona, marica, transfeminista sin reconocer a los pueblos indígenas.”
Entre las intersecciones más relevantes de los transfeminismos latinoamericanos están las de racialización y clase. Casi todas las personas entrevistadas por Sentiido, independientemente de su localización geográfica, mencionan que la mayoría de mujeres trans y travestis en la región viven en condiciones precarias relacionadas no sólo con su identidad de género, sino también con su identidad etnorracial y situación socioeconómica.
Bianka confirma que dentro de los mismos movimientos sociales hay opresiones. “Las personas negras muchas veces no están dentro de esos movimientos, ellas están en la calle, o en las maquilas, pero no dentro del movimiento social”.
Inspiradas en el manifiesto transfeminista – transfronterirzo, concluimos recordando que: los transfeminismos son estrategias políticas concretas contra la violencia, la represión y exclusión de los cuerpos disidentes, ambiguos, mixtos… desde una perspectiva feminista.
Esperamos seguir movilizando reflexiones, para crear, desde la pluralidad de existencias, contranarrativas que desafíen al CIStema y aportar desde ahí a la construcción de movimientos y sociedades más incluyentes.
Este artículo fue publicado en Reportar sin miedo y fue una investigación del Fondo Centroamericano de Mujeres (Fecam)
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