Dos militares condenados por el transfeminicidio de La Soñaré: “Fue un crimen de odio por transfobia”

Con una sentencia inusual, la Justicia reconoció que el transfeminicidio de La Soñaré fue un crimen de odio por transfobia. Y condenó a dos militares. Es la segunda vez que el crimen de una mujer trans no queda impune en México.

5 de agosto de 2022
Geo González
Geo González
Edición: María Eugenia Ludueña

CIUDAD DE MÉXICO, México. Un juez condenó a dos militares por considerarlos culpables de asesinar a Naomi Nicole,  una mujer trans y trabajadora sexual de 26 años, conocida como La Soñaré. Por el transfeminicidio que perpetraron en marzo de 2020 los victimarios deberán cumplir 23 años y nueve meses de cárcel. La sentencia fue valorada por su enfoque de género y derechos humanos de parte del sistema judicial. Y llega después de un trabajo articulado entre la Justicia, el activismo y la sociedad civil. 

“Tenemos justicia para Naomi, me siento muy emocionada”. Con una sonrisa y un dejo de alivio, la defensora de derechos humanos Kenya Cuevas pronunció ayer estas palabras luego de conocerse la sentencia, al salir del Reclusorio Preventivo Varonil Sur de la Ciudad de México. 

Justicia con perspectiva de género

Emitida el 3 de agosto de 2022, marca un precedente en el derecho al acceso a la justicia de las mujeres trans en México. Es la segunda en su tipo donde se reconoce la identidad de género de una mujer trans en un proceso judicial con perspectiva de género y derechos humanos. 

El proceso judicial duró casi dos años y medio. La participación de una testiga protegida fue fundamental para llegar a la sentencia.

Aunque el crimen fue catalogado como homicidio, y pese a no existir el delito de transfeminicidio dentro del Código Penal de la Ciudad de México, el juez argumentó en su fallo que debido a la identidad de género de Naomi y sus circunstancias de vulnerabilidad es un crimen de odio por transfobia

“El reconocimiento que tuvieron los jueces es un gran logro. Hubo una visión de justicia con perspectiva de género y de derechos humanos. Creo que así es como deberíamos de estar juzgando en nuestro país y en todos los casos. Es muy relevante, es un llamado a toda la sociedad de que quienes maten a las mujeres trans o a alguien de la comunidad puede ser castigado. Nosotras valemos y vamos a seguirnos defendiendo a como Dios nos da la vida”, comentó Kenya Cuevas, activista y directora de Casa de las Muñecas Tiresias.

Kenya Cuevas, a la salida del reclusorio, tras conocerse la sentencia.

“Logramos justicia terrenal”

La Soñaré era originaria del municipio de Las Choapas, Veracruz y tenía 26 años cuando fue insultada, golpeada y asesinada con arma de fuego por José Luis Saturnino Chávez y Aristóteles Alan Ramírez Rodea, ambos cabos en activo de la Secretaría de la Defensa Nacional. 

El hecho sucedió la madrugada del 24 de marzo de 2020 en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, donde ella ejercía el trabajo sexual.

Kenya buscará apelar para incrementar la pena de la sentencia. Pero cuenta que de no suceder se siente tranquila.

“Decirle a Naomi, hasta donde esté, que a pesar de que pasaron algunos años, mucha frustración, mucho enojo también, pues decirle que logramos justicia terrenal. Dentro de lo que me compete como amiga, activista, comadre, hermana, creo que he llegado a concluir un caso que llega a su final, no feliz, pero con una tranquilidad al saber que estas dos personas van a estar privadas de su libertad al menos 23 años. Y que no van a volver a lastimar a otra mujer trans”, expresó. 

Kenya Cuevas, al salir Reclusorio Preventivo Varonil Sur de la Ciudad de México.

Por qué fue un juicio con enfoque de género y ddhh

Durante el proceso judicial y al dar el fallo, el juez reconoció a Naomi Nicole como una mujer trans, migrante y trabajadora sexual. 

“Sentí que pudieron visibilizar ciertas posturas que tienen las personas trans en cuestiones de vulnerabilidad. Eso nunca se expone. Es muy importante en este caso porque logramos entender el alto índice de vulnerabilidad a sus derechos humanos en donde (Naomi Nicole) ni se podía defender”, enfatizó Kenya.

Asimismo, comentó que los jueces y la MP argumentaron con base en tesis e informes publicados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), algo que considera marca un referente para quienes imparten justicia en México.

El fiscal de Procesos en Juzgados Penales Sur, Miguel Ángel Cariño López; el responsable de la unidad de investigación de transfeminicidios de la Fiscalía Especializada del Delito de Feminicidio de la Ciudad de México, Miguel Ángel Barrera; y la Ministerio Público, María del Rosario Miranda fueron quienes llevaron la carpeta de investigación con perspectiva de género y derechos humanos por el caso de La Soñaré

Justicia y un poco de reparación

Como parte de la sentencia que dictó el juez, se tomó en cuenta la reparación del daño que implica una indemnización por cinco años con valor de 123.22 pesos y gastos funerarios de 7 mil 779 pesos. 

Un porcentaje de la indemnización económica irá a la madre de Naomi Nicole, quien desde el inicio exigió justicia pero que al encontrarse en una situación de precariedad cedió a Kenya el seguimiento del caso de su hija. La otra parte irá a la organización Casa de las Muñecas Tiresias. 

Para Kenya y la testiga protegida no habrá medidas de seguridad porque de acuerdo a la activista, “no se manifestó dentro de la audiencia algún indicio de amenaza, atentado o algo que pusiera en riesgo nuestra calidad de víctimas indirectas”.

Sin embargo, la defensa de los asesinos buscó desacreditar la calidad de víctima indirecta de Kenya Cuevas al argumentar que no era familiar. Pero el juez determinó, a partir del artículo 45 del Código Penal local, que la defensora de derechos humanos sí es víctima indirecta pues antes del asesinato conocía a Naomi, además fue quien reconoció su cuerpo. Y consiguió que la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México se comprometiera a investigar el asesinato bajo el protocolo de perspectiva de género.

Reclusorio preventivo varonil en Ciudad de México, donde se conoció la sentencia por el transfeminicidio de La Soñaré.

Crimen de odio por transfobia

La sentencia contra los imputados fue por homicidio y durante el fallo el juez argumentó que se trató de un crimen de odio por transfobia.

En la Ciudad de México a nivel penal no existe la configuración  del delito de transfeminicidio. Y el delito de feminicidio no contempla a las mujeres trans. Sin embargo, dentro de la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio existe, desde 2020, la unidad de investigación de transfeminicidios. Es la única en su tipo a nivel nacional donde realizan indagatorias de casos de muertes violentas de mujeres trans que hayan hecho o no el cambio registral de su identidad de género.

“Los jueces argumentaron que la testigo protegida, cuando dio su testimonio, decía que antes de que bajaran del carro le gritaron a Soñaré ‘te vamos a matar, marica’. Con este argumento determinaron que fue un acto de odio por transfobia, y por ello se les daba la sentencia”, comentó Kenya.

Además, explicó que durante el proceso judicial también se tomó en consideración que los responsables eran militares en activo cuando asesinaron a Naomi. “Los jueces argumentaron que (los culpables) no tuvieron ningún tipo de desigualdad ni de vulnerabilidad en sus derechos en su vida pasada después de este acto”, dijo la activista.

Y es que, de acuerdo a datos de la organización Intersecta, en México a cinco de cada diez mujeres trans las han matado con un arma de fuego. 

De acuerdo a Intersecta, esto responde a “la creciente disponibilidad de armas de fuego en el país, la transformación de la estrategia de seguridad pública y la intensificación de la militarización desde el gobierno de Felipe Calderon (quien en 2006 declaró la ‘guerra contra el narcotráfico’)”.

Segundo transfeminicidio sin impunidad en México

La sentencia emitida contra los asesinos de La Soñaré es la segunda en su tipo en todo el territorio mexicano. La primera sucedió en el estado de Morelos en 2020 cuando la Fiscalía de Feminicidios anunció que “comprobó de manera fehaciente la responsabilidad de Honorio “N” en el feminicidio cometido en contra de Ana Paula ‘N’, una mujer trans, obteniendo más de 26 años de prisión”. 

Actualmente, Kenya Cuevas acompaña procesos judiciales de al menos seis casos de transfeminicidios en donde además es reconocida como víctima indirecta. Entre ellos el de su amiga Paola Buenrostro (asesinada en septiembre de 2016) cuyo proceso de justicia continúa impune luego que la Fiscalía liberara ese mismo año al único detenido. 

Kenya Cuevas, defensora de derechos humanos, en Ciudad de México.

Al preguntarle a Kenya sobre por qué tantos casos han quedado en la impunidad, en el contexto de la reciente sentencia que dejó en libertad al único detenido por el transfemincidio de la activista trans Mireya Rodriguez, comentó, “nos falta mucho que trabajar”.

“El fallo en Chihuahua fue horrible. Algo que no tuvieron esos jueces, que sí tuvieron estos, en específico en este caso, fue haberse documentado en temas LGBT, en personas trans. Entonces, el hecho que se documentara, se investigara y consideraran los lineamientos de vulnerabilidad en el juicio, responde a un sistema de procuración de justicia que se está preparando. En Chihuahua no contemplaron esto. Para los jueces fue muy fácil descartar pruebas y hacer una sentencia desde sus privilegios”. 

Mensaje para las defensoras

Al finalizar la audiencia, Kenya se refirió a que este es un logro del trabajo articulado entre la sociedad civil, los activismos y la Fiscalía. E hizo un llamado a las defensoras de derechos humanos.

“No decaigamos. Sigamos adelante a pesar de que luego nos enojamos, nos frustramos. Siempre en el camino va a haber un rayito de luz y este es el rayito que necesitábamos para seguir creyendo en lo que estamos haciendo”. 
Kenya concluyó:  “Casa de las Muñecas siempre va a estar activa para vigilar y llegar a las mejores justicias. Por primera vez puedo decir que salgo contenta de una audiencia (…) seguiré trabajando siempre para darle dignidad a las mujeres, aún después de muertas”.

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