Amenazas a activista trans Yren Rotela: exigen garantías a Paraguay
La activista trans paraguaya Yren Rotela denunció amenazas de muerte. Las organizaciones exigen que sean investigadas y piden garantías.
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La activista trans paraguaya, Yren Rotela, denunció que recibió amenazas de muerte a través de una llamada telefónica el domingo 29 de agosto cerca de la medianoche. “No valés nada, te vas a morir”, fue una de las frases que recibió de parte de una persona que aún no fue identificada.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 20 de Central Ciudad de J. Augusto Saldívar. Desde diversas organizaciones se comunicaron con Rotela y también desde la Dirección de Derechos Humanos (DDHH) de la fiscalía del Ministerio Público.
“Me acosté a dormir, me levanté a tomar agua y veo que mi celular estaba sonando. En ese momento atiendo el teléfono y me habla una voz gruesa, parecía esos que ponen un aparato para cambiar la voz. Directamente me habla por mi apellido, Rotela: ‘No valés absolutamente nada. Te vas a morir puto de mierda’”, contó la defensora de DDHH y agregó que luego de manifestarle a la persona que iba a hacer una denuncia, le respondió que sus “días ya están contados”.
Anteriormente, Rotela había estado preguntando sobre la muerte de una compañera también trans y ella cree que el llamado puede estar relacionado con esto. “Vengo averiguando sobre el homicidio ocurrido en Pedro Juan Caballero -una zona muy peligrosa- de una compañera trans, Soledad Fernández. A ella la mataron con nueve balazos y hasta ahora no hay respuesta de quién fue”, contó a Presentes.
Yren tiene 40 años y hace 24 que milita por los derechos humanos. “Desde entonces lo que hice fue querer dejar un país un poco mejor de lo que me tocó a mí”, dijo a Presentes la fundadora de Casa Diversa, el primer hogar de Paraguay para víctimas LGBT* de violencia.
Exigen al Estado garantías para Yren y el activismo
La Red Latinoamericana y del Caribe de personas trans (Red Lactrans) repudió las amenazas y hostigamiento contra la lideresa, y pidió al Estado «garantías para que Yren y todxs lxs activistas de Paraguay puedan seguir luchado por los derechos humanos«.
No es la primera vez que Yren recibe amenazas y hostigamiento. En 2007 atentaron contra su vida: le dispararon ocho tiros, y tres impactaron en su cuerpo. “Yo siempre denunciaba las coimas, los abusos. Y para mí fueron policías. También en el 2015 un oficial uniformado me apuntó en la cabeza con su arma y gatilló, pero parece que estaba con seguro. Siempre digo que tiene que ver con mis denuncias, con mi lucha como defensora porque yo no tengo ningún problema con nadie”.
Maricarmen Sequera, co-directora de TEDIC, una organización que promueve los derechos digitales, explicó que en este caso se trata de una “violencia telemática”. Las leyes paraguayas definen la violencia telemática como “la acción por medio de la cual se difunden o publican mensajes, fotografías, audios, videos u otros que afecten la dignidad o intimidad de las mujeres a través de las actuales tecnologías de información y comunicación”.
Qué se puede hacer en Paraguay ante este tipo de amenazas
Sequera agrega que más allá de esta calificación, “en el código penal se encuentran las figuras legales de extorsión o acoso por las que una persona puede hacer la denuncia ante la policía o la fiscalía más cercana a su barrio”.
“Por un lado -dice Sequera- se puede hacer la acción penal. Por otro lado también se puede invocar la ley 5777/16 que es contra toda forma de violencias contra la mujer”. Y advierte que en el caso de Yren, en un gobierno tan conservador como el de Paraguay, esta figura es probable que no pueda usarse, por más que ella se identifique como mujer.
También aclara: “si bien este caso se puede resolver en términos tecnológicos y/o jurídicos, la comunidad trans recibe todo el tiempo este tipo de violencia”.
Defensoras y defensores de ddhh desprotegidxs en Paraguay
Rotela lo sabe bien y describe el escenario: “El contexto no es muy fácil para las defensoras y defensores, es un poco hostil en el sentido de que tampoco tenés seguridad. A veces las propias autoridades transmiten un discurso de odio, transfóbico, violento, entonces ¿qué esperar? La sociedad recibe que somos una amenaza para las familias. Los y las defensoras de DDHH están muy desprotegidxs en ese sentido”.
“En América Latina el acceso a la justicia es un problema cuando estamos hablando de violencias o delitos que afectan a las personas y específicamente a grupos vulnerables (LGTB, comunidades indígenas, campesinas)”, resume Sequera. Y agrega: “La violencia es estructural. Ante la ausencia de un Estado que no garantiza los derechos, Yren y todas las mujeres se encuentran en una situación de soledad, de no recibir las garantías constitucionales que tienen que tener todas las personas”.
«La violencia digital es real»
Yren, al igual que otrxs activistas, también padeció violencias en el ámbito digital. Fernanda Carlés, coordinadora de proyectos de TEDIC, menciona algunas recomendaciones que hacen desde la organización para tener en cuenta al usar internet. “Ni las plataformas ni el Estado ofrecen buenas garantías para este tipo de situaciones, por ese motivo trabajamos mucho desde el ámbito de prevención y cuidado para evitar brindar más información de la que uno debería brindar en línea”, introdujo.
En primer lugar es importante “tratar de mantener la separación entre lo que es el perfil público del privado”, si bien “muchas veces es complicado porque una como activista suele tener un perfil público”. Por otro, resalta la importancia de registrar y documentar.
“A veces se piensa que el ataque o la violencia digital no es tan real como si pasara en el mundo físico, pero la verdad es que lo que ocurre en ambos espacios está conectado. Entonces recomendamos documentar este tipo de cosas, más que nada para tener pruebas por si se llega a la instancia donde se requiere realizar algún tipo de denuncia”, detalló.
Ante casos de amenazas, acoso u hostigamiento online existen dos vías de denuncias. “La primera es la denuncia en las plataformas, que lo que logra es bajar el contenido o bloquear la cuenta de la persona que está siendo violenta. Aunque este mecanismo muchas veces no responde en tiempo y forma al asunto. Por otro lado, la denuncia ante la fiscalía. Para este tipo de denuncias es super importante la documentación: hacer print de pantalla, por ejemplo”. Sequera pone la atención en que “no solamente hay que tener una mirada de sanciones, victimistas, sino también de prevención y contención. “La reparación no tiene que ser solamente encontrar al agresor y que esa persona pague su culpa, sino también que el Estado se haga responsable y cuide desde la educación y el respeto a todas las personas que estamos habitando en este territorio”.
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