Trabajadoras sexuales en Ciudad de México organizadas para reclamar derechos

En Ciudad de México trabajadoras sexuales reclamaron por derechos laborales, vivienda y salud. Y celebraron saberse juntas y organizadas.

Cada 2 de junio se conmemora el día internacional de las personas trabajadoras sexuales. Ayer en la Ciudad de México -así como en varias localidades, organizaciones y colectivos de trabajadoras sexuales autónomas e independientes realizaron acciones para exigir el reconocimiento del trabajo sexual como trabajo y el acceso a derechos como la salud, la vivienda. También reivindicaron la alegría de saberse juntas, organizadas y vivas. 

En el Monumento a la Revolución se reunieron integrantes de la Plataforma Latinoamericana de Personas que ejercen el Trabajo Sexual México (PLAPERTS), el Colectivo Trans por la Libertad de Ser y Decidir y el Colectivo Trans del Estado de México. Leyeron un pronunciamiento en demanda de sus derechos y las condiciones de vulneración que siguen viviendo a un año de la pandemia por Covid. 

“Seguiremos repudiando la falta de respuestas y la discriminación política y a pesar de que nos traten con evasivas nos seguiremos organizando hasta que nuestras voces sean escuchadas. Trabajo sexual es trabajo”, reclamaron juntas. También repartieron cajas con condones y pañuelos color rojo que con ayuda amarraban a su cabello. Otras lo ataron a su muñeca y también hubo quien lo hizo bailar agitándolo en el aire. 

A trescientos metros de ahí, detrás de la estación del metro revolución, el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT), la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales (AMETS) y El Condomóvil coordinaron un convivio para compartir con personas trabajadoras sexuales de la zona. 

Se aplicaron pruebas gratuitas de VIH, sífilis y hepatitis C; repartieron ropa, zapatos, condones y cubrebocas; acciones que son parte de Haciendo Calle, un proyecto que inició en marzo pasado para sostener en colectivo a trabajadoras sexuales en calle, mujeres trans, migrantes, adultas mayores, mujeres pobres y racializadas durante la pandemia.

También “echaron el taco” (es decir, compartieron comida caliente), se partió un pastel de cumpleaños y se celebraron la vida y resistencia de Esther, trabajadora sexual independiente que desde hace 30 años acompaña a otras compañeras en distintos puntos de la ciudad; a trabajadoras del hogar; migrantes; usuarias de drogas y habitantes de calle. 

“Estamos juntas y estamos vivas”

Creo que uno de los sentidos que más me hace conmemorar esta fecha es saber que nunca más una compañera se tiene por qué sentir sola. Y poder acompañar hoy a mi hermana Esther, que lleva 30 años trabajando y acompañando a mis hermanas putas, para mí es motivo de celebración. Cuando hay amor, alegría, cuando bromeamos de los clientes, cuando nos peleamos y mañana estamos pisteando (bebiendo) juntas. Esos son momentos de alegría. Creo que cambiar la idea de que el trabajo sexual es ese lugar triste y doloroso también es apelar a otras formas de resistencia, otras formas donde las putas no necesitamos ser salvadas. Nosotras nos salvamos, a nosotras mismas y entre nosotras. Y sí, quizá no a todas las personas nos atraviesa la apuesta afectiva y sí nos atraviesa la rabia y también es válido porque la rabia nos ha permitido organizarnos. El dolor nos ha permitido salir a las calles a exigir, a gritar, a denunciar, a mentar padres, mentar madres. Creo que poder estar hoy con mis hermanas es un motivo de alegría por el simple hecho de que estamos juntas y estamos vivas”, Natalia Lane, coordinadora del CAIT y asambleísta consultiva del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México.

“Hoy es importante estar, visibilizarnos como trabajadoras sexuales y visibilizar las distintas formas que hay de ejercerlo. Hoy alzo la voz porque soy autónoma y porque me desentiendo de los valores morales”, Veronnika Greyson, transactivista cannabica y parte de la PLAPERTS México.

“Nos acompañamos, nos queremos. Y vieras que lo agradezco porque a mí me tocó que me apuñalaran, llegar al hospital sola con la cabeza reventada, pero ahora aquí estamos, juntas”, Skarley. 

“Hoy me siento muy satisfecha porque estoy con mis amigas exigiendo nuestros derechos y los de nuestras familias y eso me hace feliz. Pienso en mis papás porque ya están abuelitos y dependen de mí, pienso en cuando salí de Huejutla (Hidalgo)”, Alejandra. 

“Soy una trabajadora desde hace 23 años y el trabajo me ha ayudado a comprender lo que es la verdadera amistad, el compañerismo. El hacer estos eventos en donde se puedan mostrar estas afectividades es super interesante porque eso nos une, nos fortalece frente al Estado que siempre nos quiso ver invisibilizadas”, Kassandra Guazo, coordinadora del área de prevención y detección de VIH del CAIT. 

“Estar aquí es mostrar respeto a las trabajadoras sexuales”. “Es honrar a las que han muerto por la doble discriminación de ser chica trans y trabajadora sexual”, Rebeca y Andrea.

“Soy bajista, pero ejercí un año el trabajo sexual y estoy aquí en apoyo a mis amiguitas mujeres transgénero que ejercen el trabajo sexual porque a donde ellas van yo voy apoyándoles. Aunque tiene muchos años que no lo ejerzo, no me olvido de ellas”, Julia. 

“En el trabajo nadie es rival de nadie, estamos bien organizadas, sabemos que, independientemente de que unas sean amigas y otras no, no podemos dejar a la otra”, Dayana

“Me siento bien, contenta. A mí me hace sentir orgullosa decirme trabajadora sexual porque soy libre y a pesar de estar en este trabajo donde somos tan señaladas, tan discriminadas tenemos un momento de alegría y el pastel estaba riquísimo, de fresa”, Maribel.

Sin derechos laborales

Actualmente no hay legislación que reconozca los derechos laborales y salariales de las personas que ejercen el trabajo sexual en sus distintas formas en la Ciudad de México. 

Tras 20 años de activismo, en 2014 entró en vigor un amparo que obligó a la Secretaría del Trabajo de la Ciudad de México a reconocer el trabajo sexual como “no asalariado” y entregar credenciales de indentificación a trabajadoras sexuales del caso. Desde entonces la institución emite estas tarjetas a quien las solicite. Para las trabajadoras sexuales entrevistadas por Presentes este modelo no garantiza sus derechos.

De acuerdo a una encuesta realizada en diciembre de 2019, en la Ciudad de México el 94.2% de las personas trabajadoras sexuales lo ejerce en calle; el 42.9% son mujeres trans; el 50.2% migró a la ciudad desde otros estados y el 69.1% es la principal proveedora económica de sus familias.

“Es necesario un modelo de descriminalización que reconozca el trabajo sexual como un trabajo no asalariado en la Ley de Cultura Cívica y dentro de las políticas públicas pero que reuna las voces y necesidades específicas de las trabajadoras sexuales”, destaca Natalia Lane. 

En febrero de 2020 trabajadoras sexuales organizadas presentaron una iniciativa ciudadana que busca regular el trabajo sexual “para que sea libre y autónomo, para tener seguridad, salud y acceso a la justicia”, sostiene Natalia. 

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