Reino Unido reconoció como refugiada a una persona no binaria: la historia de Arthur Britney

Arthur Britney Joestar, de 29 años, huyó de la violencia de El Salvador y se convirtió en la primera persona no binaria a la que se le concedió status de refugiada en Reino Unido.

Por Paula Rosales, desde San Salvador

Fotos: gentileza Arthur Britney Joestar

Arthur Britney Joestar se convirtió en la primera persona no binaria a la que se reconoce como refugiada en Reino Unido. En un histórico fallo, la jueza de apelaciones Gaenor Bruce, determinó que de retornar a El Salvador, de donde huyó, la vida de Joestar, de 29 años, estaría en riesgo de sufrir persecuciones y violencias, como ya le había pasado. “Mi caso es una victoria para las personas migrantes y para los ciudadanos británicos que se consideren no binarios. Porque soy la primera persona reconocida legalmente como no binaria en el país”, señaló Arthur Britney. Cuando la jueza le preguntó con qué pronombre quería ser tratade –ya que en los papeles todes se referían como «él»–, respondió «elle».

El desplazamiento y migración forzada causada por discriminación, violencia y pobreza son los principales motivos por los que la población LGBT+ decide salir de El Salvador en busca de protección.  Huyendo de la discriminación y la violencia ejercida por su identidad y orientación sexual, también Arthur Britney decidió emigrar desde el país centroamericano hacia el Reino Unido en 2017, buscando obtener asilo humanitario que le permitiera acceder a una vida sin estigmas. Lejos de eso, encontró un sistema migratorio diseñado para rechazar la mayor cantidad de solicitudes.

“Siempre he sido una persona que a la que le gusta explorar su identidad, tratando de buscar cómo yo me sentía conforme con mi cuerpo. Nunca sentí que yo fuera el estereotipo de hombre macho que tiene la sociedad salvadoreña. Pero cuando me salía del patrón, sufría ataques y discriminación diaria”, dijo Arthur Britney a Presentes.

De acuerdo a datos de la organización Comunicando y Capacitando a Mujeres Trans – COMCAVIS Trans, El Salvador es uno de los países más inseguros para las personas LGBTI por el alto nivel de intolerancia hacia la diversidad sexual. En 2020 en esa organización atendieron a 131 personas que sufrieron desplazamiento forzado interno.

“Una vez iba caminando hacia mi trabajo y desde un camión un tipo me lanzó una bolsa con orina y me cayó encima. Fue una de las cosas más humillantes que me ha pasado en la vida”, recordó Arthur Britney. 

Arthur Britney en el centro histórico de San Salvador.

Desde que inició su petición de asilo humanitario, en octubre de 2017, Arthur tuvo que enfrentar tres fallos negativos antes de su aprobación. El camino fue arduo. Elle dice que incluso el servicio de inmigración del Reino Unido intentó forzarle para firmar la carta de deportación voluntaria.

“Ellos (el servicio de inmigración) me intentaron deportar sin ninguna razón. Yo fui a mi reporte mensual y me llevaron a una habitación donde me dijeron que mi caso estaba cerrado y denegado. Me dijeron que tenía la opción de firmar mi retorno voluntario renunciando a todo el derecho de asilo o me detendrían para llevarme a una cárcel y luego expulsarme del país”, expresó Arthur Britney.

En ese momento su caso se encontraba en la etapa de apelación. Por esa razón no podría ser deportado u obligado a firmar el retorno voluntario hacia El Salvador. Pero Arthur Britney dice que su abogado logró detener el procedimiento y tuvieron que liberarle.

“Después de detenerme e interrogándome para intentar quebrarme, un tipo entró a la habitación y dijo que me dejaran libre porque mi caso estaba en la Suprema Corte”, señaló Arthur Britney.

La prolongación y las negativas a su petición de asilo afectaron su salud mental. Arthur Britney cuenta que tuvo depresión y fue atendido por una psicóloga que le ayudó a resistir el engorroso proceso y a descubrir su identidad no binaria.

Diversidad sexual sin derechos en El Salvador

Arthur Britney recuerda que en los primeros años en la exploración de su identidad sintió muchos remordimientos. Creía que vivía fuera de los parámetros de heteronormatividad que imperan en la sociedad salvadoreña.

El Salvador no reconoce el matrimonio civil igualitario. Actualmente la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia estudia dos demandas de inconstitucionalidad del código de familia que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo. 

En marzo de 2018 se presentó en la Asamblea Legislativa el anteproyecto de ley de identidad de género, el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional – FMLN, respaldó la iniciativa que aún se encuentra en estudio. 

La influencia de la religión católica sobre el poder político en El Salvador aún tiene mucha fuerza. El derecho a la educación sexual, al matrimonio igualitario o al aborto siguen estancados en el Congreso porque los partidos políticos temen ser castigados por impulsar “temas tabúes” para la mayoría de la población.


Arthur Britney en el Pride de San Salvador

“Cuando era más joven me refugié mucho en la Iglesia, porque intentaba eliminar todo pensamiento que creía que era pecado. Quería sacar todo eso de mi y el mejor método que conseguí fue la religión”, recuerda Arthur. Con la esperanza de «alejarse» de su identidad, decidió estudiar el profesorado en teología pastoral.

“Es una etapa de mi vida en que yo tenía una lucha interna muy terrible. Tal vez hacia fuera no se veía, pero cuando estaba solo sufría mucho. Decía “yo no quiero ser gay y yo no quiero ser pecador, quiero ser normal”. Era una cuestión muy oscura y sé que mucha gente pasa por eso”, expresó en entrevista con Presentes.

Fan de Britney Spears

La admiración por los personajes andróginos de Hirohiko Araki en la serie manga Jojo’s Bizarre Adventure, y la música de Britney Spears fueron la inspiración, cuenta, para definir su nueva identidad legal.

“Llegar a la combinación de mis nombres es una ganancia porque ahora todas las personas tendrán la posibilidad que su identidad sea suya, propia. Y nadie legalmente tenga que decir qué es incorrecto”, señaló Arthur Britney.

La construcción de su nombre tiene múltiples significados para Arthur Britney. Durante su niñez y adolescencia dice que soportó la violencia física que su padre ejerció sobre su mamá. Recuerda que junto con sus dos hermanos prometió no utilizar el apellido de la persona que la violentó.

“Sufrimos mucho de violencia intrafamiliar cuando éramos jóvenes. Llevar el apellido de una persona que te causó tanto daño y que destruyó a tu familia, que destruyó tu infancia, no es algo que tú quieres. Con mis hermanos decidimos en un momento cambiarnos el nombre. Y llegamos a la conclusión de que todos íbamos a asumir el Joestar”, señaló Arthur Britney.

Britney Spears fue el escape que tuvo durante su juventud. Reconoce que ella se convirtió en la musa que la tomó de la mano con sus canciones y la condujo hacia la aceptación de su identidad de género y orientación sexual.

Britney es la razón por la que estoy vivo en este momento. Siempre ha estado a mi lado en los momentos difíciles, en los momentos de oscuridad. Lo único que me reconfortaba era escuchar la música de esta diva. En la etapa de depresión también me levantó los ánimos”, dijo Arthur Britney.

Nacer de nuevo como refugiadx no binarie

Desde su casa en Liverpool, Arthur Britney –que estudió una tecnicatura en diseño gráfico y trabaja en ese ámbito- aún no sale del asombro por la trascendencia del histórico fallo a su favor y del reconocimiento a su identidad de género.

Al conocerse el fallo, el 30 de diciembre, le dijo al diario inglés The Guardian: «Al final, la jueza se volvió para mirarme y empezó a hablarme en español, para decirme que me concedía el derecho a quedarme en este país y el derecho a ser quien quiero ser. Empecé a llorar. Me sentí como si hubiera nacido de nuevo».

Reflexiona sobre su futuro y cómo su caso puede servir de precedente para personas migrantes y no binarias. “Si yo pude cambiar un país extranjero, que no es el mío ni habla mi lengua, y si todos nos unimos podemos hacer una gran diferencia y regalar un mejor mundo a las generaciones que vienen”.

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