Sistema educativo de la región discrimina y expulsa a personas LGBTI+
Docentes e investigadorxs trans de Iberoamérica compartieron su experiencias educativas en el 3er Encuentro de Actorías Claves de la Red Iberoamericana de Educación (RIE) LGBTI.
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Por Rosario Marina
¿Cómo fueron los recorridos de las personas trans en el sistema educativo? ¿Cómo convertir los espacios educativos en lugares libres de discriminación? Fueron algunas de las preguntas que se plantearon en el 3er Encuentro de Actorías Claves de la Red Iberoamericana de Educación (RIE) LGBTI. En este encuentro docentes e investigadorxs trans de distintos países de Iberoamérica contaron y compartieron sus experiencias educativas, como educadorxs y educandxs.
“La discriminación y la expulsión de nosotres, quienes nos fijamos bajo otra expresión de género, es muy explícita”, dijo Alba Rueda, presidenta de Mujeres Trans Argentina y actual subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación en Argentina, en este 3er Encuentro que se realizó del 26 al 28 de noviembre de manera virtual.
El objetivo de la Red Iberoamericana de Educación LGBTI (RIE) es trabajar en favor de la promoción y el respeto de los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales en el ámbito educativo. La plataforma está integrada por distintas organizaciones trans de Iberoamérica: 100% Diversidad y Derechos (Argentina), Colombia Diversa (Colombia), Colectivo Trans del Uruguay (CTU), Fundación Igualdad LGBT (Bolivia), Fundación Triángulo (España), Instituto Brasileiro Trans de Educação (Brasil), MOVILH (Chile) y Promsex (Perú).
“Completar los estudios de la escolaridad media es un enorme desafío”, afirmó Alba Rueda. En sintonía con lo que han marcado diversos estudios, entre ellos, el informe de UNESCO publicado en 2016 “Out In The Open” (A la intemperie). Allí señala que en muchos países el 85% de lxs estudiantes gais, lesbianas, bisexuales y transgénero (LGBT) son víctimas de violencia homo-odiante y transodiante en la escuela. Y el 45% de lxs estudiantes transgénero abandonan la escuela.
Alex, historia de una masculinidad trans en Guatemala
Alex Castillo es fundador del colectivo de hombres trans Trans-Formación, en Guatemala. Durante 43 de sus 49 años no pudo vivir como Alex. En el encuentro, compartió su experiencia sobre lo difícil que es ser una persona trans en el sistema educativo.
“La mayoría de personas trans que llegamos a alcanzar un estudio, por lo general hipotecamos nuestras identidades. Una parte muy delicada de la vida de Alex fue en el tiempo de la adolescencia, en una escuela religiosa. Por más que me travistiera era muy obvia mi transexualidad”, dice Alex, mezclando la tercera y primera persona, como si el de antes no fuera él.
“Pasé 43 años travestido: un travesti cisgénero. Eso me tocaba para sufrir un poco menos de bullying, menos violencia, menos expulsión”, dijo en el encuentro de la Red Iberoamericana de Educación LGBT. Y compartió su experiencia como adolescente.
“Una religiosa me besó e intentó abusar de mí. Creo que nos pasa mucho a la gente de la diversidad sexual, creen que queremos con todo mundo. Fue un shock muy grande que hizo que me expulsaran cuando estaba a un año de graduarme. Obviamente, mis padres se vinieron en contra mío, yo no podía seguir sosteniéndome el estudio. Estaba a un año de alcanzar una carrera intermedia y por haber dicho no a este intento de abuso, fui condenado a que fui yo quien provoqué esa situación”, contó.
Después de ese abuso, Alex siguió escondiendo su identidad. “Dejar que mi nombre y mi pronombre fueran violentados era la única forma de seguir estudiando”, afirma. de algún modo también es testigo de cómo varios hombres trans de su país experimentan algo parecido: “Es la única forma que hoy por hoy tienen los muchachos del colectivo que quieren seguir estudiando”.
Alex es administrador de empresas y tiene quince años de experiencia en bancos. Trabajó con el Estado de Guatemala por cuatro años. Pero cuando hizo el cambio de nombre, le hicieron sentir como si esa experiencia hubiera desaparecido. “Al pedir referencias a estas instituciones con mi actual nombre, solo se limitan a decir que nunca trabajé para ellos”, había contado el año pasado a Presentes.
Con nombre, pero sin género
En Guatemala se puede cambiar el nombre por escrito a través de un trámite, pero no el género. “Toda persona puede presentar una solicitud de cambio de nombre ante un Notario del Registro Civil, en virtud de los artículos 18 a 20 de la Ley Reguladora de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria, Decreto No. 54/1977 (aprobado por el Congreso Nacional)”, se explica en el informe de MApeo Legal Trans de ILGA.
Para febrero de 2018, 55 personas trans en Guatemala habían logrado cambiar la foto y el nombre en su documento de identidad. Pero ninguna pudo ni puede cambiar el indicador de “sexo” en el documento de identidad.
“Las personas trans empezamos a ingresar a la universidad. Y aunque tengamos cambiado el nombre, nos ponen el género asignado al nacer en nuestros títulos”, –dice Alex–. “A pesar de que haces todos tus estudios, el título que te entregan no te representa”, insiste.
Uruguay: la edad crítica para personas trans en sistema educativo
Durante varios meses de 2019, el Colectivo Trans del Uruguay (CTU), dirigido por la docente Alejandra Collette Spinetti, realizó una investigación para entender cómo son los tránsitos educativos de las personas trans en ese país. Uno de los aspectos más relevantes del informe es que fue realizado por personas del colectivo trans.
En Uruguay, de acuerdo con la investigación, del total de encuestades, “el 32,4 % revela que ha abandonado estudios por bullying por parte de compañeres; el 11,3 % dice que sufrió bullying por parte del cuerpo docente; el 4,2 % dice que es por bullying por parte del cuerpo directivo. Sumado esto tenemos que el 47,9% de los abandonos en el tránsito educativo son reconocidos por las mismas personas como bullying”, señala la investigación.
“Si bien en nuestro país, el marco normativo de los últimos años ha logrado el reconocimiento de derechos, aún hay instituciones como la educación, la salud y otras que no han tenido un cambio estructural ni filosóficos, así como los objetivos, planes, programas y formación docente, salvo escasas excepciones continúan siendo iguales o muy parecidos a otros contextos históricos sociales-económicos-culturales y políticos del país”, explica el informe.
Según estos resultados, en Uruguay la mayoría de estas personas abandonan los estudios por bullying en el 4° año de la educación secundaria. “Si nosotros pensamos que estamos alrededor de los 15 años, que es cuando comienza la exteriorización de la identidad de género, nos damos cuenta que es allí donde hay una barrera en cuanto al respeto y tratamiento de la expresión de la identidad de género y es donde las personas sumado a los problemas familiares desisten de continuar en el sistema educativo”.
Brasil: violencia transodiante
El Instituto Brasileño Trans de Educación, dirigido por Andreia Lais Cantelli y Sayonara N. B. Nogueira, realizó un informe llamado “Las fronteras de la educación: la realidad de lxs estudiantes trans en Brasil”. La encuesta se hizo de forma electrónica a finales del año 2018, a 250 personas transexuales o no binarias que aún están en la Educación Básica o en el Curso Superior.
La mitad de ellxs dijo haber abandonado en algún momento la escuela. Entre sus principales motivos expresaron: el transodio, la depresión, la situación financiera y la exclusión familiar.
Sobre la pregunta de haber sufrido violencia en el ambiente escolar, 52% de las personas entrevistadas respondió afirmativamente. En la última Encuesta Nacional sobre el Ambiente Educativo en Brasil, publicada en 2016, el 43% de lxs estudiantes de 13 a 21 años dijo que se sienten insegurxs en el ambiente escolar por su identidad de género. “La violencia transfóbica presenta un impacto directo en la presencia de los alumnos en la escuela”, concluye el informe.
Dos de las metas propuestas en el encuentro fueron trabajar en la articulación de docentes trans por la diversidad sexual y de género fortalecida y movilizada, como motor de cambio en el contexto educativo y como referente positivo y visible para niños, niñas y adolescentes LGBTI de la región. También el compartir buenas experiencias de docentes trans, visibilizándolas como herramienta de cambio y sensibilización.
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