Fifí, la marica fronteriza que canta el tango en clave queer
Se define como una artista “marica no binaria y fronteriza”. Su canto, su música y su danza crean una experiencia cuir, disidente, glamorosa y activista, aplaudida en las trincheras del bar de la cooperativa Mu o en el mítico teatro Maipo.
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Por Lucas Gutiérrez
Fotos: Ph Morfia (apertura), Fede Kaplun, Pablo Gómez Samela (gentileza Fifí)
Fifí Real se define como una artista que “viene siendo marica no binaria y fronteriza”. Su canto, su música y su danza crean una experiencia cuir, disidente, glamorosa y activista, aplaudida en las trincheras del bar de la cooperativa Mu o en el mítico teatro Maipo. Fifí canta tangos propios y canta los clásicos, pero los interviene para dinamitar el binarismo y la normatividad. . Desde su propuesta artística ‘Fifí Tango’, reflexiona el mutar en pandemia y la historia que hasta acá la trajo.
“Vos decís tango y la gente se imagina un bodrio, una pareja de rojo y negro bailando La Cumparsita en algún lugar para extranjeros. Pero cuando me encontré con esto dije: llenémoslo de glam, hagámoslo una experiencia”, dice y es su propio cuerpo al hablar una pasión de expresiones y gestos amplios que completan la respuesta. En marzo de este año, en Buenos Aires un Centro Cultural Néstor Kirchner lleno, a través de las redes y de la Tv pública nacional miles de personas en todo el país la vieron cumplida cuando cantó ‘Se dice de mí’ de Tita Merello con un sello y una potencia muy propios.
Hace 8 años que su carrera se canta en todo tipo de escenarios: “No quiero quedar como el cotillón para que se diga ‘ay mirá que raro’ ¿te podés sacar una foto con mi marido?’”. Y con este deseo que es premisa y acción llegó al evento Llamarada. Cuando La Empoderada, Orquesta Atípica, la convocó a ser parte de esta fecha, su directora le propuso que la arregladora le sacara las partes jocosas a la canción de Tita y la adaptara. Todas ellas sabían que muchas maricas del país estarían mirando. Había una responsabilidad que cumplir.
A Esta canción de Tita Merello Fifí la comprendía como un puente entre las maricas y el tango, entre lo cuir y lo hegemónico. Y aunque admite que no es de sus favoritas, hace rato la sentía presente por verla interpretada de manera disidente por Rodrigo Peretti con quien también habían trabajado juntas.“’Se dice de mi’ fue escrita pensada para un puto pero no podía interpretarla uno, ¿entonces quién era el puto gestante más cerca en ese momento? Tita”, explica Fifí con la venganza poética en su haber.
La música popular es nuestra
Lo primero que taconeó en el escenario del Centro Néstor Kirchner fue con un vestido diseñado y cosido como un manifiesto: “Ya intenté que gente de tango me hiciera vestidos y me terminaron haciendo cosas holgadas, para señoras. Me di cuenta que en ese momento no podía ser clara con mi deseo travesti, ¡yo lo que quería era un vestido de tango, de mina, no un remerón!”. La confección de este vestido creado por Esteta Estudio es también parte de su teje y hechura de redes maricas, por eso dice que prefiere trabajar con personas LGBT+. Entre ellxs hay cosas que ya no debe explicar: “El dolor que tenemos nosotras nunca lo va poder entender un hombre cisblanco de clase media”.
El Centro Cultural Néstor Kirchner estaba repleto y la vio salir con una rosa en mano, con su vestido manifiesto, canción y presencia, entonces decidió llamar con el alma a su amiga fallecida Le Brujx, una drag queen madre de fiesta Trabestia. “Me salió invocarla a Le Brujx y a Tita, y celebrarlas a las mostras que ya no se pueden expresar. Estaba pensado en mi compañera, en las muchas maricas, travas, tortas y trans que se han alejado de la música popular por sentir que son espacios expulsivos, y lo son. Con las dinámicas que se maneja la hegemonía musical no te dan ganas de pertenecer. Así que mi afán es que la gente pueda entender que la música popular es nuestra, la vamos a tomar y hacer a nuestra manera”
Mientras habla, Fifí revolea una cabellera imaginaria kilométrica, te apunta con mirada de femme fatale en un café pre-pandemia que ahora ella invoca como escenario para dar esta entrevista: “Siempre hubieron mostras en el tango, lo que pasa es que la historia oficial blanca cis se encargó de borrarlas. El tango no nos lo van a quitar”
Es que el tango y sus letras son tan binarias, cuenta Fifí, que las maricas siempre debieron agarrar las canciones más ambiguas o directamente de mujeres para sentirse reflejadas. “Pues siempre Thalía”, aclara con no menos drama que la actriz mexicana en roles claves como Marimar.
En el camino, lo primero fue estudiar comedia musical y comprender que su apariencia no la iba a llevar a protagonizar: “La danza es hegemónica por donde se la mire”. Estaba en segundo año cuando con un cuerpo gordo, peludo y marica se encontró con una profesora “que nos dijo a todas: ‘arriba del escenario hombres o travestis’. Ya verás por dónde, elegí”.
Recibida de Intérprete de Comedia Musical y sabiendo que el prejuicio solo le daría papeles secundarios de amigo gay divertido, hizo un taller de verano de canción de tango con Marcelo Macri. “Ahí canté el tango ‘Por la vuelta’. En ese momento yo estaba enganchadísima con un puto de Mendoza, entonces cambié la letra y dije: “mi muchachito dulce y rubia”. Los cuatro guitarristas cuando en vez de muchachita escucharon ‘muchachito’ hicieron pruuuum en su rasguido y soltaron un ‘epa’”. Y sí, la anécdota era cantada.
“Ahí me di cuenta de que yo tenía que hacer esto. Elegí la canción para a través del arte contar mis experiencias, en mis términos. Y el tango tiene algo muy potente que es la capacidad de contar historias en una poética muy condensada” cuenta Fifí. Después vino encontrarse con más maricas con las que montar proyectos juntas. Al tiempo armaron shows en el Espacio Cultural MU Trinchera: “Yo quiero esto para mí”, se dijo. Y así comenzó su proceso para abandonar todo lo q tenía que ver con comedia musical, y quedarse en el arrabal tanguero, marica y disidente desde 2012 hasta hoy.
Soy una neocabaretera
Giró por Chile, Uruguay, Colombia, Brasil y Paraguay. En el panorama local, fue parte de varios equipos y puestas que incluyen el biodrama ‘Me gritaron Fifí’ escrito junto a Mirko Delfino. Con dirección de Franco Kuma La Pietra fue coproducido y estrenado por el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires (UBA), y luego re-estrenado en el mítico Teatro Maipo.
Antes de esto, su historia también tiene mucho de tango: “Imagínate, una marica que se exilió a los 18 años de su ciudad en Misiones. Me vine a Buenos Aires con 800 pesos de ese momento (2006) y un bolso de polizón en un colectivo que había salido de Asunción”, cuenta. Así llegó Fifí –que desde su ventana asomaba y veía las costas del Paraguay– a la estación de micros de Retiro: “El puerto de Buenos Aires te da un montón de bondades porque te permite expresarte. Pero es un puerto que tiene sus dinámicas de explotación construidas hace siglos sobre sangre y humedad”. La charla con Fifí tiene la dinámica del baile de arrabal. Es por eso que entre historias eróticas y esotéricas, de pronto planta el taco y cierra: “Somos el neocabaret. Yo soy una neocabaretera”.
La vida y el arte en pandemia
En este momento de pandemia, con los teatros cerrados, Fifí volvió a trabajar en sistemas. “Fue bastante estresante al principio, raro pero lindo porque es la primera vez que tengo un trabajo en relación de dependencia donde respetan mi identidad no binaria y mi nombre autopercibido. Aunque fue muy incómodo porque en Anses, obra social y banco no se respeta el artículo 12 de ley de identidad de género. Ya estoy haciendo las denuncias acompañada por Capicúa Diversidad”. Junto a Trans-Ti, Transistemas y otras orgas buscan acompañar a personas trans a conseguir trabajos en informática.
La situación de la cultura independiente en el contexto de las medidas tomadas por el coronavirus es preocupante. Fifí Real comenta que se van a perder muchos espacios y compañerxs por esto. “Somos de la autogestión disidente, ahora más exigidas y empujadas a la autoexplotación sin recursos, deprimidas que ni para completar en subsidio te dan las energías”, reflexiona. Cuenta cómo varias de ellas están en proceso de adecuar sus trabajos artísticos en la era de redes sociales: “Una cosa es una drag queen de 20 años con seguidores en Tik Tok y otra cosa es una transformista de 50 a la que no le queda ni el antro para trabajar”.
‘Fifi Tango’ indaga y explora las alternativas digitales para seguir creando. “Desde el arte queer este momento puede ser la oportunidad para construir ese lugar que queremos y no trasladar la precarización laboral que veníamos teniendo al mundo 3.0”. Y arenga: “Siempre es buen momento para replantearlo todo”.
Agenda
El sábado 4 de septiembre Fifí Tango lanzará material inédito en el Festival Distópico. Esta iniciativa disidente digital que nace para hacerle frente a la crisis que el sector cultural atraviesa en este momento estrena su tercer volumen.
Con la conducción de Michelle Lacroix y artistas como Bife, Susi Pirelli y Max Vanns Distópico permite pagar el acceso y verlo durante varios días. “En este contexto, un grupo de artistas autogestionades de la escena disidente musical, nos organizamos a través de este festival digital, con el fin de generar un ingreso mínimo, sostener la visibilización y resistencia de los proyectos artísticos e independientes en los que veníamos trabajando”, explican desde el festival.
En YouTube Fifí conduce el ciclo de LivePodCast #Quarentanga. El 26 de septiembre a las 21 horas se lanza el episodio número 3 junto al artista invitado, Galan. Las entradas para este y para ver episodios anteriores se pueden sacar en la web de G productora.
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