Denuncian faltantes de hormonas: “Estamos ante una emergencia de vida”

Activistas trans, travestis y representantes de distintas organizaciones civiles denuncian la falta de testosterona y otras hormonas en los centros de salud pública.

Activistas trans, travestis y representantes de distintas organizaciones civiles denuncian la falta de testosterona y otras hormonas en los centros de salud pública. Hoy se movilizarán al Congreso a las 16HS. 

Por Alejandra Zani

La semana pasada se difundió un mail enviado por el Ministerio de Desarrollo Social, del cual depende la actual Secretaría de Salud de la Nación, en el que se explicaba que una de las empresas que provee la Testosterona 1% en gel, de marca comercial Androlone de Laboratorio Beta S.A, dejaría de entregarse en los dispositivos de salud porque la devaluación del peso frente al dólar le implica “pérdidas” a los proveedores del Estado. 

“Según fuentes que trabajan en la Secretaría, los laboratorios que ofertan la testosterona están en falta. Esto implica el incumplimiento de la Ley de Identidad de Género que estipula que debe garantizarse la salud integral en todos los hospitales públicos y eso incluye tanto las cirugías como los tratamientos hormonales para la modificación corporal en aquellas personas que quieran modificar su cuerpo. Hasta ahora no tenemos más información porque desde la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría no dan respuesta ni atienden el teléfono, ni estando a una semana de las elecciones”, explica a Presentes Franco Bova, médico y Secretario General de la Asociación Ciclo Positivo.

Según Bova, actualmente se estima que son unas 20 mil personas aproximadamente las que reciben hormonización, y de ellas, entre cinco y seis mil las que reciben testosterona. “Los faltantes de insumos sanitarios recaen en una doble responsabilidad. Por un lado, los laboratorios que desde la suba del dólar incurren en prácticas extorsivas con los precios de los medicamentos, retiran las ofertas y entregan en menor cantidad de lo que dicen las licitaciones públicas. Por otro lado, los funcionarios del Estado que no solo no solucionan el conflicto sino que también se ausentan”. 

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“Reclamamos frente al Ministerio de Desarrollo la garantía y la continuidad de medicamentos tal como lo dice el plan médico obligatorio en la Ley. Si dentro de los próximos 10 días hábiles no hay respuesta, o si la respuesta es negativa, se procederá a realizar acciones legales correspondientes, solicitando amparos y todo lo que garantice que se cumpla la ley”, anuncia a Presentes Lara Bertolini, activista de la Colectiva Lohana Berkins, docente y primera persona en el país que fue reconocida en su documentación como femineidad travesti. 

Hoy se realizará una nueva convocatoria para presionar por estos reclamos frente al Congreso de la Nación. “Nos encontramos ante una emergencia no solo de vida, sino también de salud, habitacional y de trabajo. Este Estado es cómplice de los identicidios, los crímenes de odio por una identidad específica, porque nosotros y nosotras y nosotres creemos que estar ausente y no hacer nada para garantizar nuestros derechos es igual a matarnos”.  

El Estado es responsable 

Hasta ahora, la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva sigue sin dar respuesta. Lida Santa Cruz, ex coordinadora del Programa Provincial de Implementación de Políticas de Género y Diversidad Sexual en Salud, contó a Presentes que en el mes de abril el Programa emitió un informe de cierre de gestión en el cual se explicaba la situación de insumos a nivel nacional y provincial. “Por entonces ya se podía prever la precariedad de los procesos anticipatorios en relación al proceso del mercado cambiario. En ese contexto uno podía prever acciones y procedimientos que garantizaran la continuidad de los insumos”, explica Minis. 

“Estamos en un momento complejo en donde en la salud todo es faltante. La inflación afectó todos los procesos licitatorios del Estado y no es la primera vez que pasa. Hubo un corrimiento cambiario muy grande en el año 2018. Ya se sabía que esto podía pasar y en el informe se planteaba la idea de actuar de manera anticipada para que no hubiera falta de tratamientos. Lo que se hizo después de abril no es algo que yo pueda responderte, pero el Programa sigue vigente”. 

Diuréticos en lugar de hormonas 

“Ayer fui a mi consulta médica y la doctora me confirmó que va a haber faltantes de testosterona. Me dio menos de lo que me da siempre, me dio la mitad. Siempre me da dos cajas y esta vez una sola, están viendo cómo administran lo que tienen, viendo cuáles son las urgencias y las prioridades”, cuenta a Presentes Moyi, activista trans e integrante del colectivo Fútbol Militante. “La razón que dan es que el laboratorio no entrega por una cuestión de costos, de subida de precio del dólar, no creo que el gobierno macrista que se está yendo obligue a los laboratorios a entregar igual”. 

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Por su parte, Ese Montenegro, activista trans, estima que la situación que estamos viviendo es sumamente grave y agrega que “no es algo que está pasando solo con la testosterona”. “De hecho, hay compañeras travestis y trans a las que ya les están cambiando la medicación y nos enteramos que la semana pasada a una de ellas le dieron un diurético en vez de hormonas. El Estado se ausentó, hace meses dijo que esto iba a pasar, y no salió a licitar de nuevo. En el dispensario en donde me atiendo yo, que es en La Matanza, me dijeron que desde hace dos meses les está entrando una demanda de un montón de gente de capital. Esto genera que vamos a explotar los recursos de otra provincia que debería estar garantizada por el Estado Nacional por Ley”.

“Cada experiencia en hormonas es única”

Desde que empezó su tratamiento con testosterona, Moyi afirma que se siente contento. “Estoy en un encuentro conmigo mismo que me fortalece en un montón de circunstancias y si me dijeran ahora que no puedo seguir poniéndome el gel a la mañana, me derrumbaría emocionalmente. No puedo imaginarlo en este momento. Prefiero pensar que eso no va a suceder porque creo en la capacidad de organizarnos como comunidad y encontrar soluciones”.

Por su parte, Juan Duncan, integrante del Movimiento de Juventudes Trans, comenzó su tratamiento hormonal casi un año atrás. “Tengo el privilegio de contar con una prepaga, que de acuerdo a la Ley de Identidad de Género me brinda de manera gratuita mis hormonas todos los meses. Tuve que pensarlo mucho, porque me daba un poco de miedo. Es imposible saber cómo te van a afectar física y emocionalmente, pero por suerte lo hice, porque es una de las cosas que más feliz me hizo hasta el momento”, relata para Presentes. “Más allá de los cambios físicos que buscaba, también significa estar más consciente de mi salud. Es la primera vez que me hago chequeos de manera regular, estoy al tanto de lo que pasa con mi cuerpo. También es algo que me está permitiendo desarrollarme como individuo, soy más feliz, estoy más cómodo con quién soy y tengo ganas de seguir disfrutando los cambios”.

Hay gente para la cual hormonarse significa estabilidad psicológica y emocional, para otros es fundamental por temas de salud (como los que se realizaron la histerectomía), y también hay gente que lo ve como una cuestión de autonomía corporal, me hormono porque así lo decido. También, mucha gente, por A o por B, en algún momento decide interrumpir el tratamiento, lo cual es personal. Cada experiencia en hormonas es única, pero es muy distinto decidir a que te obliguen”. 

Es por eso que, a la hora de hablar de los faltantes, Juan no puede asimilar que se esté quitando un derecho fundamental a una parte de la población  “por una cuestión de ajuste”. “Hormonarnos es nuestro derecho y el Estado debe asegurarse que nosotros accedamos a él, no al revés. Esto es desamparo absoluto, ya de por sí somos una parte de la población con muchas dificultades para acceder a derechos básicos como educación y trabajo, que ahora se nos está negando el último sesgo de autonomía del que gozábamos, deshumanización absoluta. No solo se nos está negando elegir, ser quienes somos, sino también, un poco a existir, prácticamente no somos considerados ciudadanos”.

¿Qué sucede si se interrumpe el tratamiento de hormonas?

Según explica Ana Paula Fagioli, médica generalista que trabaja en el consultorio de Diversidad en el Caps Malvinas Argentinas de Morón, los tratamientos de hormonización tienen que ver con que las personas trans o travestis logren acercarse a esa imagen que desean para transitar sus vidas según el aspecto que quieren construir y no el que la sociedad espera de elles.  “Estas modificaciones corporales son diversas y van desde la distribución de las grasas hasta crecimiento del cabello. Los varones trans o las personas no binaries, por ejemplo, muchas veces buscan la testosterona interrumpir ciclos menstruales”. 

“Si se interrumpe un tratamiento de hormonas suceden diferentes cosas. Para las personas que han decidido en su transición atravesar cirugías de reasignación corporal, entre millones de comillas, o cirugías para seguir modificando su corporalidad según los estándares que construyen, por ejemplo personas que deciden realizarse orquiectomias, que es retirar los testículos, o vaginoplastias que es la creación de una neo vagina, o personas que se retiran el útero y ovarios que permite a feminidades trans o travestis no utilizar bloqueadores antiandrógenos para bloquear la testosterona, los tratamientos de hormonización se convierten en permanentes”, comenta Fagioli. “Esto es así porque las mal llamadas hormonas sexuales son esteroideas y estas participan del funcionamiento de un montón de mecanismos corporales, por ejemplo, la remineralización ósea. Una persona en esa situación que no puede acceder a hormonas tiene consecuencias de trastornos óseos, trastornos de tiroides, trastornos en el metabolismo”. 

Por otro lado, continúa la médica, las personas que están en tratamiento de hormonización pero no se realizaron cirugía tienen otras consecuencias. “Implica la regresión de un montón de cambios inducidos por las hormonas que no son permanentes, por lo que al abandonarlas, puede haber una distribución de la grasa diferente, puede aparecer, por ejemplo, la menstruación. Lo clave es entender que la reaparición de esas situaciones generan cuadros emocionales de inestabilidad emocional y mental muy grandes en las personas que han decidido hormonizarse para transicionar”. 

En cuanto a las personas que usan estrógeno, agrega Faglioni, “la suspensión del suministro hormonal por parte del Estado expone a nuestras compañeras a volver a comprar inyecciones de manera clandestina en las farmacias porque la especulación de la industria farmacéutica juega con algunas cuerpas, y en este sentido, pone en riesgo la salud con hormonización insegura. Aumenta el riesgo de exponerse a situaciones de transformación corporal que tiene que ver con la inyección de aceites o siliconas en mal estado”. 

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