Denuncian a escuela de Bánfield por incumplir Ley de Identidad de Género

A raíz de la difusión en los medios del caso de un adolescente trans al que le negaron sus derechos en el colegio, organizaciones LGBT+ intervinieron para que se cumpla la ley.

Por Alejandra Zani

Foto: Captura de TV

A raíz de la difusión en los medios del caso de un adolescente trans al que le negaron sus derechos en el colegio, organismos LGBT+ intervinieron para que se cumpla con la ley. El Instituto insistía en nombrarlo en femenino y no se le permitía usar el baño de varones, entre otros actos discriminatorios. Finalmente, el colegio acató la Ley.

Tomás, un adolescente de 13 años, se dio cuenta de que quería transicionar a mediados del 2018. Lxs primerxs en saber fueron sus compañerxs de clase del Instituto Ricardo Güiraldes de Banfield. “Tomi jamás recibió ningún comentario negativo por parte de sus pares. Cuando pudo contar en casa lo que le sucedía, expresó su descontento con el trato de algunos docentes y de las autoridades del colegio, y ahí fue cuando mamá puso manos a la obra”, cuenta a Presentes Selene (24 años), hermana de Tomás. 

En el colegio se negaron a llamarlo por su nombre de pila y continuaron refiriéndose a él en femenino, con su nombre consignado en el Documento Nacional de Identidad, violando el artículo 12 de la Ley de Identidad de Género. Tampoco le permitieron hacer gimnasia junto a sus compañeros varones y le prohibieron ir al baño en horario de recreo, como a los otros chicos. Solo podía ir al baño de mujeres en horario de clase.  

“Este tema es importante, porque el colegio se había comprometido a redactar un acta para que todos los profesores estuvieran al tanto de este supuesto beneficio que le otorgaron a para que lo dejaran ir al baño en horas de clase. Pero la primera vez que Tomi pidió permiso a su maestra de Lengua, ella le dijo que no. Es decir, el colegio no cumplió su parte y el acta nunca existió”, expresa Selene. 

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Cuando Tomás contó en su casa lo que sucedía en el colegio, Mariela (madre de Tomás y Selene) tomó cartas en el asunto. “Al principio, mamá se encontró con una negativa total por parte del Instituto que hacían alusión a que también ella confundía los pronombres. Y en el colegio dijeron que no tomarían decisiones apresuradas porque Tomás todavía podía ‘arrepentirse’. Debió tener una tercera entrevista, a la que también fue papá, para que algo sucediera. En esa entrevista, la directora y el vicedirector los recibieron con la Ley de Identidad de Género en la mano, con un cinismo absoluto, y le pidieron a mis padres que respetaran los tiempos del colegio. Aunque jamás aclararon cuáles eran esos tiempos”.

También el doctor Carlos Sanz, quien está a cargo del equipo de Infancias y Adolescencias trans en el Hospital Elizalde -donde Tomás está siendo acompañado en su transición- debió llamar al Instituto para explicar qué implica la construcción de la identidad en la adolescencia. Para la hermana de Tomás, también el doctor percibió “la necedad de las autoridades, que deberían saber sobre el tema por ser directivos de una institución educativa”. Finalmente, según la hermana de Tomás, “los directivos terminaron haciendo oídos sordos” a estos reclamos.

«Todos deberían hacer valer la ley»

El caso de Tomás llegó a la Defensoría LGBT, que contactó al colegio. “Podemos presuponer que si las autoridades tomaron de esta manera el abordaje frente a un niño que exigía el reconocimiento de su identidad y lo trataron así es porque el abordaje no ha sido integral respecto a la ESI, que es de lo más básico. Porque cuando hablamos de infancia y adolescencias trans hay mucha información dando vueltas respecto a la legislación”, explica a Presentes Flavia Massenzio, coordinadora de la Defensoría LGBT. 

“Nosotros hacemos gestiones directas y en el acto. Llamamos a los organismos para hacer cumplir la legislación vigente. Cuando son lxs niñxs o los padres quienes acercan esta legislación a las autoridades, muchas veces no los escuchan. Pero cuando lo hace un organismo especializado en comunicar esto, lo toman en cuenta. Eso es lamentable, porque la ley debería ser conocida por todxs y todxs deberían hacerla valer”, continúa Flavia. “En este caso nos ponemos a disposición del colegio para dar charlas de sensibilización. Si las autoridades lo manejaron de esta manera es porque no se han informado. Y si no tenemos respuesta, mandamos oficio o iniciamos denuncias que culminan con recomendaciones del Defensor”.

Durante la tarde de ayer y a raíz de la visibilización de la historia de Tomás en los medios de comunicación, las autoridades del Instituto Ricardo Güiraldes citaron a sus padres en el colegio. A través de un audio de WhatsApp acercado por la familia de Tomás a Presentes, Mariela, mamá de Tomás, expresó que la directora y el vicedirector accedieron a cumplir los derechos que su hijo tiene por ley. 


“A partir de hoy se lo nombrará por toda la comunidad educativa con el nombre elegido. Se modificarán las listas en donde se pondrá el apellido, la inicial del nombre registrado en su DNI y su nombre. También podrá ir al baño de los varones en el recreo, como todos los otros varones, y a partir del año que viene podrá realizar actividad física con los varones. Todo esto se debe a la nota que dio Selene a TN en donde expresa su malestar por el incumplimiento de la ley de género en la escuela. En poco más de 24 hs la lucha de Selene por su hermano dio los resultados que esperaba yo durante la lucha en la escuela en los últimos meses y por eso me siento dichosa”, resume Mariela a través del audio de WhatsApp.

“Tomi me agradeció por la nota que se publicó en TN, pero lo vi leer los comentarios de la misma página y en redes sociales y sé que le afectó un montón. Ahí no hay un comentario bueno, no hay nadie objetando sobre la ley ni diciendo algo coherente, y nadie mide que se están diciendo barbaridades sobre un menor de edad”, termina Selene.   

“Escuchar, no presuponer”

A la hora de acompañar a niñeces y adolescencias trans, para Juan Duncan, del Movimiento de Juventudes Trans (JT), lo último que debe hacerse es suponer por lxs otrxs. “Cada uno sabrá lo que es mejor para unx. No es el lugar de terceros el decidir por nosotros, pero si tanto les preocupa que nos ‘equivoquemos’ o nos discriminen, bien pueden acompañarnos para que este proceso sea lo más ameno posible”.

Juan Duncan es estudiante universitario. Conoció a Tomás y a su madre, Mariela, porque asistieron a varios talleres dictados por el MJT sobre adolescencias trans. “Lo que le pasa a Tomás es algo que trasciende al ámbito escolar. Lo vivimos la gran mayoría de las personas trans en casi todos los espacios que habitamos”, explica a Presentes. 

“Este problema de negarse a cambiar los nombres por parte de las instituciones suele ser por tres razones: burocrático, desinformación de la ley o simplemente transfobia. La mayoría de las personas que conozco tuvieron problemas para que se les autorice el cambio en sus colegios o universidades, a mí hace poco también. Básicamente, lo que sucede es que se te está negando el derecho a la identidad dentro de un espacio que debería cuidarte y ayudar a formarte. Te anula”.

Para Duncan, esto conlleva un gran impacto emocional. “Se te restringen derechos básicos como el de ir al baño. Te tratan como a un ciudadano de segunda. Un tercero te dice que no podés ser quien sos, aunque haya una ley que te ampare. A muchas instituciones no les importa la ley, les pesa más la transfobia que tienen que las repercusiones legales que pueden comerse. Hay un desgaste terrible en que no te permitan existir, es imposible estudiar si de manera diaria tenés que ver como te están ninguneando. Mucha gente termina abandonando o suspendiendo sus estudios por esto”.


Las instituciones muchas veces no tienen noción del daño emocional que causan. “Especialmente en ámbitos tan importantes como los académicos. En vez de velar por sus alumnxs, lxs alejan. No se les ocurre que pueden estar sacándole la oportunidad de estudiar a un pibe. Juegan, no solo con su presente, sino también con su futuro. Si ves que están vulnerando los derechos de un compañero, alumno o conocido, no seas indiferente. Trata de acompañar, porque puede ser algo muy solitario”.

Por infancias y adolescencias libres

“Si se trabaja la ESI o no se la trabaja en los colegios es lo mismo. La ESI hoy no contempla la identidad trans. Ni sus cuerpos están en las láminas. Por ende, no hemos encontrado muchxs docentes que sepan cómo acompañar la transición o cómo inscribir y respetar a las niñeces y adolescencia trans travestis”, explica Gabriela Mansilla, mamá de Luana (la primera niña trans argentina en obtener su DNI tras la sanción de la Ley de Identidad de Género) y fundadora de la Asociación Civil de Infancias Libres, que promueve la igualdad de los derechos de niños, niñas y adolescentes trans. 

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“Infancias Libres ha acompañado a más de 150 familias de niñeces y adolescentes trans. En un 90% las escuelas no han respetado el nombre de ningune niñe. Hemos sido nosotres quienes nos acercamos a las escuelas a exigir que se cumpla el artículo 12 de la ley. La educación y formación de este país es binaria y biologicista. Hay que transformar la educación para así tener a las niñeces y adolescencias trans respetadas”, continúa Mansilla.

Mansilla enfatiza: esto no depende de la voluntad de la escuela, es obligatorio. Por lo tanto, no se trata de esperar sus tiempos. “Los derechos de personas menores de edad son vulnerados a cada instante en las escuelas. No necesitamos tiempo, es urgente. Hasta que en las escuelas se capaciten, el daño que les menores reciben a veces es irreparable. Por eso desde la Asociación no aconsejamos, sino que exigimos que se cumpla la ley que establece un trato digno. Tienen que saber que no es necesario tramitar con urgencia el DNI ya que a su solo requerimiento debe de respetarse la identidad de las personas especialmente niños, niñas y adolescentes”. 

ARTÍCULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.

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