Atacaron a dos mujeres trans en una semana: disparos y botellazos

El mes del orgullo cerró con dos crímenes de odio hacia personas trans en Paraguay. Barbi Aquino le dispararon en el brazo la madrugada del 27 de junio y a Andrea Casanova la agredieron con una botella de vidrio el 29.

Por Juliana Quintana El mes del orgullo cerró con dos crímenes de odio hacia personas trans en Paraguay. Barbi Aquino le dispararon en el brazo la madrugada del 27 de junio y a Andrea Casanova la agredieron con una botella de vidrio el 29. Barbi ejerce el trabajo sexual en la zona Carmelitas de Asunción hace tres años y es la primera vez que recibe una agresión en vía pública. Cerca de las 4 de la mañana, se encontraba en la esquina del paseo Carmelitas con cinco amigas trabajadoras sexuales. Dos hombres en estado etílico salieron de la discoteca Cover, ubicada en Av. España esq. Malutín. Se montaron en dos camionetas Hilux (una blanca y una negra), y comenzaron a dispararles. El impacto de bala le dio en el brazo derecho, cerca del hombro. 

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“A ese lugar se va gente de plata, y yo estoy acostumbrada. Nunca antes me faltaron al respeto ni mucho menos. Esa noche, nosotras ya nos íbamos a nuestras casas y nos comenzaron a decir cosas re agresivas. Abrieron la ventanilla los dos y uno empezó a disparar al aire y después a nosotras pero solo me pegó a mí. Comenzamos a correr, y, por suerte, una amiga que tenía vehículo. Me socorrió y fuimos a Emergencias Médicas”, contó Barbi en diálogo con Presentes.  Asistieron a Barbi en el hospital de Emergencias Médicas, ubicado sobre la avenida General Santos y le tomaron una primera denuncia. “Yo al principio no quería compartir con nadie, lo traté de solucionar con mi abogado. Hice la denuncia en la Comisaría 6ta de Carmelitas, Asunción. Quiero buscar justicia, obviamente esto no va a quedar así”, manifestó.  A la violencia que ejercen los antiderechos sobre el colectivo trans se le suma la violencia de las instituciones. A Andrea Casanova, activista y promotora de salud de la agrupación Panambi, un hombre la agredió en la cabeza con una botella cargada causándole heridas y cortes en la ruta Transchaco esquina Coronel Bogado. El hombre se acercó caminando a una de las compañeras de Andrea para solicitar sus servicios. Como no hubo un acuerdo económico en el pago, comenzó a insultarlas. Intentó pegarle a Andrea en la cara con la botella de cerveza, pero ella se esquivó y recibió el golpe en la cabeza. El hombre se retiró corriendo. 
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Le negaron atención médica

Andrea fue al Hospital Materno Infantil de Loma Pyta y las médicas de guardia le negaron los primeros auxilios. “Había dos doctoras que me dijeron que no me podían atender porque no había un cirujano que me suture la herida. Les pedí que, por lo menos, me limpien o me detengan el sangrado. Se negaron rotundamente y me pidieron que me tome un taxi y me vaya a otro hospital. Me retiré del hospital sin encontrar solución a mi urgencia”, expresó Andrea. De ahí fue a la Comisaría 22, del área metropolitana de Asunción, con la herida todavía abierta, para pedir ayuda y radicar la denuncia y también se la negaron. “Un oficial de nombre Fernando Rojas, que estaba en su lugar de trabajo ejerciendo su función, no me permitió hacer la denuncia. Me dijo que no tenía móvil y no tenía la forma de llamar a una ambulancia. Eso sí me puso nerviosa y le dije: ‘oficial, pero estoy sangrando, me acabaron de agredir’. ‘¿Y por qué habrá sido?’, me contestó. Sólo si conseguía un diagnóstico médico me iban a ayudar”, siguió Andrea.

«La sociedad de Paraguay se ha convertido en un monstruo donde reina el odio»

En el 2018, se registraron 68 denuncias del colectivo trans, según el último informe sobre la situación de violencia hacia personas trans de Panambi, de las cuales, 5 fueron por discriminación estatal en el ámbito de la salud, y 12 por violencia policial. De éstas últimas  destacan el amedrentamiento, la amenaza, la extorsión, la privación inconstitucional de libertad, la agresión física y el abuso sexual. “Estamos siendo vulneradas en todos los sentidos. Cero derechos, cero tolerancia. La sociedad de Paraguay se ha convertido en un monstruo donde reina el odio. Es una pena, porque no tiene nada que ver la orientación sexual, ni el credo, ni el color de piel, ni el gusto de nadie. Los derechos deben ser universales para todos y para todas”, manifestó Andrea.]]>

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