23 de noviembre de 2018

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Por Paula Bistagnino

La historia de vida de una niña trans contada en un libro para hablar de diversidad y derechos a los más chiquitos. De eso se trata “Soy Alexa”, un libro creado por estudiantes secundarios de la Escuela 11 de la ciudad de San Pedro que será material de lectura para preescolar, primer y segundo grado de las instituciones educativas locales.

“Soy Alexa” relata con ilustraciones y textos la infancia y adolescencia de la patinadora trans Alexa Pettone, que además es una activista por los derechos en su ciudad. “Fue creado como un trabajo escolar, parte del aprendizaje en artes visuales y terminó convertido en un proyecto hermoso, que llevó a lxs chicxs por un camino de reflexión y crecimiento”, dice Carolina Sofía, la profesora de Artes Visuales, la materia en la que se hizo el proyecto.

El proyecto fue presentado en el último encuentro Jóvenes y Memoria de Chapadmalal, que reúne a todas las escuelas de la provincia de Buenos Aires y tendrá su versión impresa por la editorial Chirimbote.

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Contra la heteronorma en la escuela

El disparador fue un femicidio ocurrido en el barrio: el asesinato de la mamá de un alumno de la escuela, en el que también fue herido el chico, impactó a la comunidad educativa. En ese momento lxs chicxs tenían que elegir un tema para hacer un trabajo audiovisual y decidieron trabajar sobre femicidios. “Quedaron muy asustados y shockeados y empezaron a trabajar en cómo prevenir casos de violencia. Así surgió un primer libro, ‘Dalma y Felipe’, que habla de los micromachismos en la infancia”, explica Sofía.

Mientras trabajaban en ese libro, encontraron una publicación en Facebook de Alexa Pettone: “Yo había posteado una historia de una maestra en un jardín de infantes en el que la señorita había pedido a lxs chicxs que llevaran juguetes pero con un detalle: a los varones les pedía que llevaran autitos, y a las nenas muñecas. Y a raíz de eso lxs alumnxs me llamaron para que diera una charla a la escuela”, cuenta la patinadora a Presentes.

“Quedaron tan sorprendidxs por lo que Alexa contó: lo que significa ser una chica trans en la actualidad y los casos de violencia y agresiones que sufren las personas trans, que decidieron hacer un segundo libro ilustrado sobre la vida de Alexa”, dice la profesora. Para eso, visitaron al artista ilustrador local Zeque Bracco, que les enseñó la técnica de ilustración con collage y papercut y que los ayudó con todo lo que es el diseño del libro.

“Siempre, desde un principio, los dos libros fueron pensados para publicarlos y poder llevarlos de forma gratuita a las escuelas y jardines de San Pedro para poder trabajar desde la ESI”, dice Sofía.

“Si Alexa pudo, yo también”

“Este libro habla del respeto a todas las personas, sea diferente, actúe diferente, viva diferente. Es hipócrita creer que somos todos iguales, porque somos diferentes. Pero el tema es que todos nos merecemos el mismo respeto y tenemos que abrir las mentes para aceptar que cada uno tiene derecho a ser y vivir como quiera. Nosotros aprendimos eso de la historia de Alexa y quisimos contarlo en un libro para lxs niñxs”, dice Kevin, de 18 años,  unx de lxs alumnxs que participó.

Su compañera Sharon, de 17, agrega: “Hay personas e historias que nos son contadas. Y me parece bueno que con un libro nosotrxs podemos contarlas para que otras personas puedan enterarse y saber y respetar a las demás. Que puedan reflexionar sobre la violencia, sobre lo que se vive. Y está pensado para lxs más chiquitxs porque creemos que es importante que crezcan con la cabeza más abierta y que sean más respetuosos con otrxs niñxs y evitar el bullying, que muchas veces se da”.  

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Para Alexa todo el proceso fue sorpresivo: “Ya cuando lxs chicxs me invitaron a la escuela a charlar me encantó. Y cuando a través de la profesora me enteré que querían hacer un libro sobre mi historia, me emocionó”, dice la patinadora y activista trans. Y agrega: “Me emociona que siendo adolescentes hayan tenido la sensibilidad de entender y encontrar interesante de contar la historia de una personita trans. Que mi historia sirva además para generar un material de lectura distinto para las escuelas, que pueda llegar a cualquier personita y pueda ser un espejo para ese nene o nena trans que está en un aula y que crea: “Si Alexa pudo, yo también”.