Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.
Activistas de Paraguay promueven una campaña por el derecho de las lesbianas privadas de libertad a tener visitas íntimas. Afirman que el gobierno no cumple con un reglamento del servicio penitenciario de 2012, donde no se especifica identidad de género ni orientación sexual de lxs visitas. “Es el absurdo de la discriminación”, dice Rosa Posa, de Aireana, una organización que lucha por la diversidad sexual y la no discriminación de las lesbianas desde una perspectiva feminista. Desde el gobierno, hasta ahora la respuesta ha sido señalar que está actuando dentro del marco de la ley y citan el código de ejecución penal de 2014.
La visibilización pública para que un grupo de mujeres lesbianas privadas de libertad pueda tener acceso a visitas de sus parejas arrancó en abril, en la avant premier de la multipremiada película “Las Herederas” dirigida por Marcelo Martinessi. Pero el tema se viene trabajando desde 2011, contó Rosa Posa. “En 2012 logramos que el reglamento que regula las visitas cambiara y desde entonces no especifica ni sexo ni género de las personas visitantes”, dijo.
«A las heterosexuales no se les exige estar casadas»
Pero a partir de 2012 con el “golpe de Estado institucional” (cuando el Senado sometió al presidente Fernando Lugo a un expeditivo juicio político y lo destituyó), esa letra se borró. Y siguió sin aplicarse durante el gobierno de Horacio Cartes. “Lo poco que se avanzó con el reglamento fue barrido por el gobierno de Cartes que anulaba nuestro derecho y creo que lo que se viene es peor”, dijo Rosa. La activista informó que desde 2013 la organización mantuvo reuniones con varios funcionarios del Ministerio de Justicia, pero nada cambió. «El ex ministro de Justicia de ese gobierno se hizo el desentendido”, contó. Y señaló el caso de una M.A., una joven detenida en el penal El Buen Pastor (Asunción), donde se presentó una tutela jurisdiccional que fue rechazada. La jueza argumentó que no podía admitir las visitas íntimas porque el sentido de las mismas es mantener los vínculos familiares y en estos casos no existe matrimonio. El reclamo formal que se hizo en 2015 incluyó a un grupo de 10 mujeres detenidas en el penal de El Buen Pastor.
“Es un planteo absurdo. A las heterosexuales no se les exige estar casadas para que su novio, amante o pareja las visite. Es el absurdo de la discriminación. Tanto el Código de Ejecución Penal y la Constitución establecen el principio de no discriminación, por lo tanto, tener acceso a las visitas íntimas no es un tema relacionado con el matrimonio: es un derecho de las personas privadas de libertad sea cual sea el estatus de la persona con la que tiene una relación”, afirmó la activista de Aireana.
Cuando el Estado no reconoce el matrimonio igualitario
Ante la consulta de Presentes, Víctor Servían, director general de establecimientos penitenciarios, respondió: «El Código de ejecución penal (ley 5162 de 2014) es muy claro en ese aspecto que estipula el derecho de la privacidad con las personas que indiquen como visitas, pero señala que no deben ser del mismo sexo. No podemos hacer nada, es una cuestión legislativa y nosotros actuamos dentro del marco de la ley”.
“Lo que vemos es una discriminación de hecho. Por un lado, tenemos normas que no prohíben, no hay una restricción a nivel legal o reglamentario. Estamos frente a una práctica discriminatoria que responde a una cultura institucional que refleja a una sociedad conservadora que niega derechos a determinados sectores”, dijo a Presentes Diana Vargas, ex comisionada del Mecanismo de Prevención de la Tortura de Paraguay. “A través del tiempo van cambiando los discursos que justifican la discriminación: religiosos, personales de los funcionarios, pero todos están contrariando el principio de legalidad».
Mucho más que negación de derechos
Vargas contó que durante su gestión, no sólo se iniciaron pedidos formales de habilitación de visitas, sino que se encaró un proceso de sensibilización dirigido al personal penitenciario y a las mujeres privadas de libertad sobre derechos humanos.
A ella le llamaba la atención que cuando se juntaban con las chicas en el patio del penal eran muchas, pero al momento de iniciar los pedidos formales no todas se animaban. Temían represalias, que sus procesos se vieran afectados por participar de este reclamo. Incluso si había una organización religiosa, temían quedar excluidas de los pabellones. “No sólo hay negación de derechos. Ellas temen por las repercusiones de asumir su orientación sexual y reclamar derechos por miedo a represalias”.
Carteles en una avant premier
Las integrantes de Aireana participaron como extras en la película Las Herederas, que cuenta la historia de una pareja de mujeres lesbianas de la aristocracia paraguaya. Una de ellas es detenida en un penal. “Nos invitaron a la avant premier y fuimos con nuestros carteles revindicando el derecho a las visitas íntimas de las lesbianas privadas en libertad. Todo el equipo de la película, incluido el director, se sacó fotos con nuestro cartel. Así empezamos a visibilizar esta situación, más allá de que venimos trabajando desde hace tiempo este tema”, contó Jessie Infrán Pérez, integrante de Aireana.
Jessie fue quien el día de la avant premier, increpó al ex ministro de Justicia Ever Martínez durante la presentación de la película sobre la falta de respuesta del mismo ante el pedido de visitas íntimas para las mujeres lesbianas en el penal de El Buen Pastor que vienen siendo encajonadas durante meses.
El fin de semana pasado las actrices argentinas Ana Carolina y Vanesa Strauch presentaron su show de humor en Asunción junto a Malena Pichot y Charo López, y se sumaron a la campaña en sus redes sociales.
El próximo sábado 29 de septiembre, durante la 15° TLGBI de Paraguay, continuará esta campaña para que no haya más discriminación hacia las mujeres lesbianas privadas de libertad.
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