A cuatro meses del asesinato de Marielle Franco, el caso parece estancado
Por Andrea Martínez* Marielle Franco habría cumplido 39 años el viernes pasado. Por ese motivo, se convocaron varias movilizaciones durante el fin de semana para recordarla y exigir justicia por su asesinato, que fue el 14 de marzo. Franco se definía como mujer, lesbiana, negra e “hija de la favela”, y militaba por sus derechos…
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Por Andrea Martínez*
Marielle Franco habría cumplido 39 años el viernes pasado. Por ese motivo, se convocaron varias movilizaciones durante el fin de semana para recordarla y exigir justicia por su asesinato, que fue el 14 de marzo.
Franco se definía como mujer, lesbiana, negra e “hija de la favela”, y militaba por sus derechos como integrante de cada uno de esos colectivos, además de que era edila en Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Los cuatro balazos que terminaron con su vida y los tres que recibió su chofer, Anderson Gomes, conmocionaron Brasil, porque parecía indudable la motivación política del crimen.
Las primeras pistas indicaron que los asesinos eran profesionales y habían utilizado balas que alguna vez pertenecieron a las fuerzas de seguridad brasileñas. La trama se fue volviendo compleja a medida que avanzaba la investigación sobre el motivo político detrás del asesinato. Familiares de Franco e integrantes del PSOL vincularon la muerte de la edila con su trabajo en una comisión parlamentaria que investigó la actuación de milicias en 2008. Ese año Franco, como integrante del PSOL, asesoró al edil y actual líder del partido, Marcelo Freixo, que integraba la comisión, cuyo trabajo terminó generando pruebas enviadas a la Justicia para el procesamiento de 226 personas, entre ellas políticos, policías y militares.
Sospechosos
La investigación tuvo su principal sobresalto cuando una de las personas que se presentaron a declarar dijo que quienes ordenaron la ejecución fueron el edil Marcello Siciliano y el ex policía militar Orlando Oliveira de Araújo, conocido como Orlando de la Curicica, el líder de una milicia que está preso por un delito anterior. Las acusaciones fueron publicadas por la cadena O Globo; aunque la investigación se mantiene reservada, Siciliano se vio obligado a salir a declarar que no había tenido nada que ver.
El edil del Partido Humanista de la Solidaridad ya había declarado en el caso de Franco porque tenía una relación cercana con ella, y dos días después fue asesinado en su auto uno de sus asesores parlamentarios, Carlos Alexandre Pereira Maria, que también había declarado en esta investigación. El asesinato de Pereira es investigado como un hecho relacionado con el de Franco.
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A la lista de sospechosos que encabezan Siciliano y Curicica se sumaron otros nombres vinculados con ambos asesinatos. Los investigadores creen que Alan de Morais Nogueira, conocido como Cachorro Loco, estuvo dentro del auto en el que viajaron los hombres que dispararon contra Franco, pero todavía se desconoce si fue él quien le disparó. También tienen indicios de que la vigilancia previa de Franco estuvo a cargo de Thiago Bruno Mendonça. Además, Ruy Ribeiro Bastos es sospechoso de haber matado a Pereira.
Muchas de esas personas se encuentran en libertad, pero la semana pasada fue detenido Cachorro Loco, aunque se desconoce si a raíz de la investigación del asesinato de Franco o de otro delito. De acuerdo con el diario O Globo, fue arrestado junto al ex bombero Luis Cláudio Ferreira Barbosa, ambos acusados de integrar la milicia liderada por Orlando de la Curicica.
«Crimen muy sofisticado»
La falta de novedades y el silencio en torno a la investigación policial preocupan en el entorno de Franco. El edil del PSOL Tarcísio Motta dijo que la bancada está “cada vez más preocupada y ansiosa con el rumbo de la investigación”, y afirmó que “es hora de que la sociedad tenga una respuesta”.
La coordinadora en Brasil de Amnistía Internacional, Renata Neder, dijo que el hecho de que la investigación sea secreta no debe ser confundido con el silencio de las instituciones y las autoridades. “Los detalles deben permanecer en secreto”, pero las autoridades “deben pronunciarse públicamente y rendir cuentas ante la sociedad sobre si se está priorizando la investigación y si se comprometen a saldarla de forma correcta”. Al ser consultados por medios periodísticos, tanto las autoridades políticas como los jerarcas policiales se remiten a la reserva a la que está sometida la investigación.
En este contexto, una de las pocas voces que llaman a tener paciencia es la de Freixo. “No estoy justificando la demora, pero este no es un caso fácil”, dijo la semana pasada. “En el caso está trabajando más de un equipo de investigación, están tomando declaraciones y buscando información. Es un crimen muy sofisticado que no tiene comparación”, agregó.
- Esta nota se publica en alianza con el medio uruguayo la diaria.
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