Esta semana, portales de noticias nacionales, diarios y programas de televisión le dieron amplia cobertura a lo que calificaron como una “estafa de género”, “abuso” o “engaño” y de “vacío legal” por el caso de Sergia Lazarovich, una tucumana que reside en Salta, trabajadora de la AFIP, que hizo su cambio registral, según denuncian sus compañerxs de trabajo, “para percibir antes su jubilación”. Frases como “nunca lo notamos femenino” abundaron. Todo esto suscitó, por supuesto, las reacciones tanto de grupos conservadores como de activistas de la diversidad que repudiaron este tratamiento mediático que, entre otras cosas, viola la Ley de Identidad de Género. Como respuesta, la referente de Mujeres Trans Argentina en Salta, Pía Ceballos, escribió esta columna de opinión.
Por María Pía Ceballos*
Frente a la Hipocresía de Muchxs opinólogos y el rol farandulesco de algunos medios de comunicación les digo:
La Ley de Identidad de Género garantiza el resguardo a la identidad anterior al cambio registral. Cuando los medios muestran el DNI de Sergia, están violando la Ley de identidad de Género. Ayer en la televisión, hubo panelistas riéndose, burlándose: eso abona aún más violencia contra nuestro colectivo. Falta tanto por trabajar y tanto por explicar…
En los medios, nadie dice nada sobre lo que NO se cumple de la ley. Lo que se viola desde el Estado. Eso no es noticia.
Parece que necesito subrayar que las personas trans nos morimos a temprana edad, que la esperanza de vida es de 32 a 35 años. Que las adultas mayores de 60 años no llegan ni a diez en nuestra provincia, que son las únicas sobrevivientes a años de desidia por parte del Estado. Aún escucho los gritos de mis compañeras pidiendo justicia, porque las mató la policía, el cliente, la familia, o alguna enfermedad de los crudos inviernos estando en la calle, o simplemente mueren de hambre
Esto no te lo muestran en la noticias, te muestran un caso de los más de 500 cambios registrales en Salta, donde el 40 % de la comunidad Trans/Travesti no realizó el cambio registral. Muchas no lo hicieron por decisión propia, por decidir sobre la libertad de su cuerpo, y está muy bien que así sea.
Y vuelvo a recordar:
Los Principios de Yogykarta establecieron en el año 2007 los estándares fundamentales para que las Naciones Unidas y los Estados garanticen la protección de los Derechos Humanos a las personas LGBTI.
El artículo 2 de la Ley 26.743 define la identidad de género como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede o no corresponder o no con el sexo asignado al momento al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales”.
La docente trans Quimey Ramos ayer durante el programa «Bella Tarde», del canal de cable TN, conducido por Nelson Castro.
El verdadero debate
El debate de lo de Sergia, por debajo, es otro, porque utilizaron esto de pantalla, y tiene que ver con el debate previsional. El gobierno nacional está buscando aumentar la edad jubilatoria, entonces utilizan este tipo de noticias.
No nos engañan con el morbo. Están buscando que ellos tengan la justificación de aumentar la edad jubilatoria. Va a ser un retroceso, no de las personas trans sino de todas. Nosotras vamos a defender los derechos humanos, vamos a defender la Ley de Identidad de Género
No vamos a juzgar a Sergia. Si la Justicia quiere, que investigue. Pero jamás por el lado de la Ley de Identidad de Género, sino desde la cartera laboral.
La activista María Pía Ceballos, en Salta
Antes la justicia a nosotras nos pedía tres pruebas: la médica (si hubo intervenciones), un certificado psicológico-psiquiátrico y un certificado ambiental. Esas pruebas invadían nuestra libertad y patologizaba nuestros cuerpos. ¿Desde cuando el Estado tiene que meterse en nuestro cuerpo?
Las compañeras en Salta se están muriendo de meningitis, de pulmonía, por estar en la calle ejerciendo el trabajo sexual, porque no tienen otra alternativa. Hay compañeras desnutridas, viviendo en condiciones de extrema pobreza. Eso forma parte del transfemicidio porque hay una estructura estatal que no pone en valor nuestras vidas.
Nosotras damos valor a nuestras vidas. Exijamos que se respete la ley de identidad de género. Tenemos que estar atentxs, no dejemos que la pongan en discusión.
Creemos firmemente que podemos construir una sociedad de justicia social de derechos para todes a partir del reconocimiento de nuestras identidades y lo exigiremos hasta el último respiro, porque nos morimos y el Estado no hace nada.
]]>
Apoyanos
