#Paraguay: El festival de cine LGTBIQ que lucha contra prejuicios y estereotipos
Hasta el 15 de julio, el Festival de Cine Lesbigaytrans exhibe en Asunción más de 47 títulos: largometrajes, cortometrajes y documentales de temática LGTBIQ. Dos de los cineastas de la nueva generación que participan del festival, Sonia Moura y Bruno A. Comas, contaron a Presentes por qué buscan construir una escena paraguaya de cine LGTBI libre de estereotipos. "Con el cine podemos ir poco a poco rompiendo esquemas".
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El Festival de Cine Lesbigaytrans exhibe en Asunción más de 47 títulos: largometrajes, cortometrajes y documentales de temática LGTBIQ. Dos de los cineastas de la nueva generación que participan del festival, Sonia Moura y Bruno A. Comas, contaron a Presentes por qué buscan construir una escena paraguaya de cine LGTBI libre de estereotipos. «Con el cine podemos ir poco a poco rompiendo esquemas». Por María Sanz Domínguez, desde Asunción Fotos: Jess Insfrán Pérez La 13.ª edición del Festival de Cine Lesbigaytrans de Paraguay abrió el 10 de julio con el show de la drag queen paraguaya Envidia Metenés, y la proyección de tres cortometrajes internacionales: Wherever you are (Reino Unido), Tras la piel (España) y Io e il (Italia). El Festival es el único con temática LGTBIQ (lesbianas, gays, trans, bisexuales, intersex, queers) en Paraguay. Nació en 2005 de la mano de Aireana. La sala estuvo llena desde la primera sesión, quizás porque ya en 2005 había una necesidad de tener ese espacio. Desde entonces, crece en número de espectadores y películas en cartel: cortometrajes, documentales y largometrajes de todo el mundo.
«Generar un cambio en la conciencia de lxs espectadorxs»
El objetivo, nos cuentan las integrantes de Aireana, es “proporcionar desde el arte y la cultura un aporte que construya y genere cambios en la conciencia de sus espectadorxs”.«En el cine lo gay está asociado a lo narcisista y súperhermoso»
Voraz es el primer cortometraje del cineasta y performer paraguayo Bruno A. Comas, de 25 años, residente en Buenos Aires. Lo rodó con una handycam, que le da una estética similar a la de videotapes de los años noventa. En palabras de Comas, Voraz utiliza el personaje de una travesti para hablar de temas como la soledad, la psicología y los cruces entre amor y amistad, huyendo del drama desde el que a menudo se parte al contar las historias de personas trans. “Quería descartar el dolor de las personas trans paraguayas, que van por la calle y les gritan, para contar una historia diferente. Quise mostrar una naturalidad que creo que existe en Buenos Aires, de un personaje trans, pero cosmopolita y liberado, que camina por la calle con naturalidad. Pero al mismo tiempo quería que se viera en Paraguay, porque abre todo un imaginario que acá no existe”, explicó. Comas dice que busca salir del cliché de los finales felices. De las historias de héroes y heroínas. Intenta presentar personajes honestos, que sean “locos, perversos, un poco como todos”. En el cine, dice, “lo gay siempre está asociado a lo narcisista, a lo que es súperhermoso”, con el fin de dirigirse a un nicho comercial LGTBI, que existe tanto en el cine como en el turismo, la moda o el porno. “Hay una especie de adaptación que copia modelos heteronormativos, como por ejemplo el del matrimonio (…). El mercado sabe convertir los fenómenos sociales en algo rentable, y por ahí el capitalismo puede entrar en todas partes”, dice. En contraste con esta visión comercial, Comas pretende “mostrar la sangre de las cosas”, a través de los audiovisuales y performances de su proyecto Vena Rota. En Paraguay, apunta a algunos directores que tratan “temas menos convencionales”, como Miguel Agüero (autor de cortos como Antolina o Kurusú Rebelde), o Ángel Molina (autor del corto de temática trans Zulema). Pero no cree que exista todavía una escena de cine LGTBI en Paraguay, como sí cree que existe en Buenos Aires.«Para que haya una escena de cine LGTBIQ nacional debería haber gente dispuesta a hablar de esos temas»
“Acá el cine es incipiente y un poco aletargado, como casi todo. Recién en 2006, con Hamaca paraguaya, el cine paraguayo entró en una escena internacional. Pero para que haya una escena de cine LGTBIQ nacional tiene que haber gente dispuesta a hablar de esos temas. El día que una película paraguaya de temática gay llegue a vender 30.000 entradas en el cine, podremos hablar de que se creó una escena”, opina.Hecho en Paraguay, premiado en el mundo
Hamaca paraguaya, de la cineasta Paz Encina, colocó en 2006 a Paraguay en las pantallas internacionales, gracias al premio Fipresci que recibió en el Festival de Cannes de ese año. Seis años más tarde, llegó el otro gran éxito internacional del cine de Paraguay: 7 cajas, de los realizadores Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, la película más taquillera de la historia de Paraguay, nominada en España a los Premios Goya. Y de forma más reciente, el cineasta paraguayo Marcelo Martinessi obtuvo el Premio Orizzonti de la Mostra di Venezia de 2016 por su cortometraje La voz perdida. Si se habla de cine LGTBI paraguayo, el título más destacado a nivel internacional es 108 Cuchillo de palo, de la cineasta Renate Costa. En 2010 se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Se trata de un documental sobre la persecución, torturas y detenciones contra la comunidad LGTBI de Paraguay durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). La película ganó en 2010 el premio de Derechos Humanos en el festival de cine de la Ciudad de Buenos Aires (BAFICI). Y más cerca en el tiempo, el cortometraje Zulema, presentado en 2015 en el Festival de Cine Lesbigaytrans, obtuvo premios internacionales en el Festival de cine sobre diversidad sexual y género 24 Hs. Queer de La Plata (Argentina) en 2015, y el premio especial Christian Peterman en el I Festival Internacional de Diversidade Sexual e de Gênero de Goiás (Brasil) en 2016. Su autor, Ángel Molina, de 26 años, ha sido becado para la reconocida Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba). Más allá de estas películas sobresalientes, la producción cinematográfica paraguaya es todavía escasa y depende de las ayudas extranjeras para financiarse. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Paraguay se creó recién en 2013. Y los profesionales del sector reclaman la fundación de un Instituto del Audiovisual en el país. También, la aprobación de una ley que regule el trabajo en esta industria y favorezca una mayor independencia económica para las producciones nacionales.Cine LGBTIQ contra los miedos
Pese a los obstáculos, la cineasta paraguaya Sonia Moura, de 24 años, cree que el cine LGTBI se está asentando poco a poco en Paraguay, especialmente a través de los más jóvenes. “Hay varias autoras interesantes, como Sandra Flecha (actriz en Luna de cigarras y realizadora de cortometrajes como Soy yo, que presentará en el Festival), Alexandra Vázquez (Yo también) o Ximena Barba (La caída del clóset). Casi la mitad de mis compañeros de facultad escribieron o grabaron cortos con temática LGTBI. Pero algunos no se animan a presentarlos por miedo a la reacción de sus familias”, expresa. Moura estrena en el Festival de Cine Lesbigaytrans su cortometraje Lucía/o, en el que los miedos y la presión de una familia ultraconservadora juegan un papel fundamental en la historia de amor entre dos adolescentes lesbianas. Hasta el punto de que Lucía, la protagonista, decide que su única escapatoria es vestirse de hombre para poder presentarse ante la familia de Cami, su pareja. En Lucía/o, Moura escribió el guión, basado en una experiencia personal, y también dirige e interpreta el papel protagonista. La cineasta recurre a la comedia para ridiculizar los privilegios de los varones, y hacer una parodia de esa parte de la sociedad paraguaya que “todavía piensa que el fin último de la vida de una mujer es conseguir un marido”, según dice.[LEER MÁS: Paraguay marcha por las familias diversas y contra la discriminación]
«Muchos temas queer no se tocan y la bisexualidad es invisible»
Moura cree que, en un contexto de un país que reprime a las personas LGTBI y es tan “atrasado y cuadrado” como Paraguay, el cine con esta temática todavía se ve como algo “ofensivo”. “Aún hay personas a las que les molesta que ganen un Oscar películas como La chica danesa o Moonlight, aunque sea un cine comercial que sigue usando los cánones de Hollywood”, observó. Ante estas actitudes, Moura apuesta a películas paraguayas como herramienta para visibilizar a la comunidad LGTBI y contar historias pendientes. “Hay muchos temas queer que no se tocan. Y la bisexualidad, por ejemplo, está mal vista, o es invisible, porque todavía hay a quien le confunde que existan personas bi. Con el cine podemos ir poco a poco rompiendo esquemas”, afirmó.Susy Shock y otros imperdibles del Festival de Cine Lesbigaytrans
A lo largo de esta semana, títulos como Lugares de medo e odio (Brasil), Una pieza para Julia (México) o El día que Marty McFly llegó al futuro (España) se presentarán en las pantallas del Centro Cultural de España Juan de Salazar (CCEJS) de Asunción. También habrá documentales destacados como Deconstrucción. Crónicas de Susy Shock, un filme sobre la artista trans argentina dirigido por Sofía Bianco. Y largometrajes como Marica tú, del español Ismael Núñez. ]]>Somos Presentes
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