#8M: Por qué paramos las mujeres lesbianas, bisexuales y trans

Tres mujeres de colectivos de la diversidad sexual de Paraguay comparten en primera persona por qué y cómo adhieren al Paro Internacional de Mujeres. Cuáles son sus expectativas respecto del impacto del #8M. Por María Domínguez, desde Asunción Fotos: Mariluz Martin y Jess Insrán Pérez Jess Insfrán Pérez tiene 23 años, es fotógrafa, lesbiana y…

Tres mujeres de colectivos de la diversidad sexual de Paraguay comparten en primera persona por qué y cómo adhieren al Paro Internacional de Mujeres. Cuáles son sus expectativas respecto del impacto del #8M. Por María Domínguez, desde Asunción Fotos: Mariluz Martin y Jess Insrán Pérez Jess Insfrán Pérez tiene 23 años, es fotógrafa, lesbiana y feminista. Trabaja como administrativa en una escuela pública en Asunción. Desde hace siete meses gestiona las redes sociales en Aireana, organización por los derechos de las lesbianas en Paraguay. [LEÉ MÁS: «Una voz en el teléfono contra la discriminación LGBTI«] “Cuando los familiares sospechan que una chica es lesbiana, o ella se declara como tal, ejercen violencia psicológica, o la encierran para que no salga. Te dicen qué va a decir la gente, tratan de convencerte de que vos no eras así antes. Una frase sumamente violenta es cuando te dicen: “Vos no sos así, a vos te hicieron así”, como si la responsabilidad de que seas lesbiana fuera de otra persona”, dice Jess. Considera que el trabajo y el sistema educativo también son otros espacios de represión para las mujeres lesbianas. También la calle, los bares, los espacios públicos. “Hay niños de diez años que te siguen por la calle y te dicen ‘torta, tortillera’, como si fuera un insulto. Otras veces son agresiones más densas, cuando un varón te cruza por la calle y te dice: “¿nunca probaste una pija?”, o te llama “puta, sucia”. A veces te agreden cuando vas sola por la calle, lo que demuestra claramente una cuestión de prejuicios. Otras, te violentan si estás con tu pareja, porque tampoco nos vamos a esconder. Jess dice que ella y las militantes de Aireana también van a parar el 8 de marzo “por las compañeras privadas de libertad que no tienen acceso a las visitas íntimas, por culpa de los prejuicios de las autoridades”. Desde hace un año, Aireana acompaña la denuncia de dos mujeres lesbianas, internas en la prisión femenina del Buen Pastor, en Asunción. Piden tener acceso a un área privada para las parejas, como el resto de sus compañeras heterosexuales. Hasta ahora, las autoridades de la prisión les prohíben el acceso a este espacio.

Cómo se suma al #8M

Jess tiene previsto dejar de asistir a su puesto de trabajo en la escuela, y acompañar bien de cerca las actividades planteadas por el 8 de marzo, además de colaborar en las propuestas planteadas desde Aireana. La organización acompañará la marcha prevista para las 18 horas en la céntrica Plaza Uruguaya, con su grupo de percusionistas conocido como “Tatucada”, entre otras actividades.

Qué espera del Paro Internacional de Mujeres

“Creo que la manifestación va a ser grande. Mis compañeras comentan que nunca vieron tanta gente acudir a las reuniones de preparación. Desde hace algunos años, la convocatoria feminista es cada vez más mayoritaria. Hay más gente concienciada, que toma el feminismo como algo suyo, y se va empoderando para que dejen de violentarnos. Yo agradezco a las feministas lesbianas que vinieron antes, porque me abrieron el camino, porque confrontaron fuerte a sus familias, en un contexto de dictadura. Mi militancia actual es gracias a ellas”, dice Jess. *** Clara de Iturbe tiene 25 años, es licenciada en Ecología Humana, y trabaja en una ONG que busca “construir una ciudadanía activa” y defender los derechos humanos. Se define como bisexual y feminista. Desde el pasado mes de agosto milita en La Feroz Colectiva, espacio que propone movilizaciones callejeras y acciones directas para visibilizar los reclamos feministas. “Rodearme de mujeres que habían vivido otras situaciones de violencia me ayudó a identificarlas, ponerles nombre, reflexionar, dejar de pretender que no existieron y sanar”, cuenta. Después, la Colectiva se convirtió en “un espacio de acción y apoyo mutuo entre compañeras”.

Por qué al paro

“Como mujer bisexual, me uno al paro porque vivimos en un sistema patriarcal que nos invisibiliza y ataca constantemente por ser diferentes. La gran, gran mayoría de las violencias y discriminaciones que sufro vienen de parte de hombres que no pueden entender cómo, si me gustan los hombres, no son «suficientes» para mí, y creen que seguro me pasa algo malo por tener otros gustos. Varias veces me han dicho, explícita o tácitamente, que me deberían «corregir». O que «todavía nomás no estuve con un macho que me dé lo que necesito». Muchos hombres me ven como una amenaza cuando respondo al acoso callejero”, cuenta Clara.

Cómo se suma al #8M

El día del paro, Clara no irá a su puesto de trabajo. “Tengo el privilegio de trabajar en una organización que apoya mi militancia, y participar del paro no pone en riesgo mi empleo. Lastimosamente, somos una minoría las que podemos participar y parar sin miedo, pero vamos caminando para que todas podamos ir desafiando nuestras cadenas”. Clara acudirá a la marcha convocada a las 18 horas desde la Plaza Uruguaya.También formará parte de algunas actividades con la Feroz Colectiva, en el marco del Paro Internacional de Mujeres. Será la primera vez que participe en las actividades por el 8 de marzo.

Qué espera del Paro Internacional de Mujeres

“De las compañeras, espero ver una gran convocatoria, con alegría y creatividad. Espero acciones frontales, sin tibieza; vernos fuertes y juntas. De los compañeros varones, deseo ver que los que nos apoyen, en vez de «solidarizarse» como haciéndonos un favor, se cuestionen sus privilegios, escuchen, tomen nota y cambien realmente sus comportamientos y entornos entre hombres. Que si las mujeres paramos, puedan ver ellos también, dentro de sus espacios, el efecto del paro sobre las tareas que se ven invisibilizadas”, afirma Clara. *** Victoria Acosta, trans, Paraguay Victoria Acosta se define como una persona trans. Aunque usa nombre de mujer, se nombra usando palabras en masculino. Nació hace 29 años en Itacurubí del Rosario, una población del norte de Paraguay. Desde 2009 forma parte de la organización Panambí, que defiende los derechos de las personas travestis, transgénero y transexuales de Paraguay, y desde finales de enero ocupa la presidencia de la organización. Estudió enfermería, aunque no ejerce su profesión en hospitales. Victoria emplea sus conocimientos para atender en primeros auxilios a muchas de sus compañeras trans, cuando son heridas o golpeadas por la calle. Dice que es algo que ocurre a menudo. “Les tiran piedras, bombas (elementos pirotécnicos), disparos… Una vez una compañera casi fallece estando conmigo camino del hospital. Tuvo que ser reanimada. Tenía una bala muy cerca del corazón”, cuenta.

Por qué al paro

Victoria adhiere al paro del 8 de marzo para protestar contra la violencia hacia las personas trans. “Paro porque no quiero más violencia hacia las mujeres, que sufren tanto las mujeres biológicas, como las mujeres trans. Paro porque rechazo los feminicidios”, dice. Recuerda que son 57 las mujeres trans asesinadas en Paraguay desde la caída de la dictadura en 1989. No cree que en Paraguay exista una democracia ni un Estado de derecho para ellas. “Si no eres hombre o mujer, no existes para el Estado”. Critica la discriminación que sufren las personas trans, por culpa de “un machismo muy grande y una fuerte presión de la iglesia”. “Tenemos a sacerdotes que nos nombran en cada homilía, y que fomentan el odio. Dicen que las mujeres trans no son mujeres, y que la homosexualidad es una enfermedad. Están en el Parlamento para hacer su lobby homofóbico cada vez que escuchan la palabra ‘género’. Y tienen a senadores-soldados, que hacen lo que les dice la Iglesia. Estamos en una república muy católica, donde se da mucha importancia al famoso pa’i dice (el padre dice)”

Cómo se une al #8M

Victoria participará de la marcha feminista convocada el 8 de marzo, a las 18 horas en la Plaza Uruguaya. Junto a sus compañeras de Panambí, llevará en alto los colores de la bandera trans. También llevarán remeras y pancartas con el lema “Nos matan y nadie va preso”, que refiere a la impunidad de los asesinatos de personas trans. Además, un elenco trans representará una obra teatral en memoria de las historias de sus compañeras asesinadas.

Qué espera del Paro Internacional de Mujeres

Para Victoria, el paro es una oportunidad para visibilizar la lucha de las personas trans. Para caminar hacia la aceptación y el rechazo de la violencia. Espera que en el 8 de marzo se alcen las voces de muchas mujeres, biológicas y trans, para exigir respeto y reivindicar sus derechos. Seguí a Presentes:
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