25 de noviembre de 2016

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Un cartel con tres tetas recibe a los espectadores y les dice: “Que otros sean lo normal”. Noches Bizarras es espectáculo apuntalado por la artista trans-sudaca Susy Shock donde confluyen actores, músicos y bailarines emergentes. Presentes habló con Susy de este cabaret varieté que lleva trece años moviéndose por Buenos Aires.

Susy Shock es una “poeta bagualera sudaka trans” que mezcla ritmos del folklore autóctono de América del Sur con letras que hablan de la disidencia sexual y la importancia entender a la niñez trans. Autora de poemarios y un libro infantil, con una película en marcha, ha sido invitada a encuentros de toda la región y con una mística que hace que sus seguidores acudan a verla como a una misa pagana, Susy también se mueve en los terrenos de la performance y la actuación. Y las noches bizarras, fiestas en las que Susy hace de anfitriona.

Si pensamos al plano de la expresión artística como lugar donde existe un under, es decir un “abajo”, la inducción crea un arriba, un “on the stage”. Para Susy Shock las “Noches Bizarras” no son under y tampoco on, porque en las trece temporadas que lleva presentándose como mezcla performática que se resiste a la definición, se movió tanto sobre tablas como en el suelo, con equipos de sonido y a capela, loquísima y cuerda. Cabaret varieté, donde un cartel con tres tetas que dice “que otros sean lo normal” explica un poco de qué se trata esta mutanta, hija infama de la tercera teta que, cuentan, Batato Barea le mostró al mundo en sus últimas presentaciones de Mediomundo, el Rojas y el Parakultural.

“Entiendo a las Noches Bizarras como un espacio que da lugar a quienes se mueven bordeando al arte. Por eso el público y elenco van cambiando, porque nos vamos transformando. Se trata de una zona de construcción y equivocación; donde el fallido es parte del acierto: la valoración del fracaso como hecho estético, desde los bordes identitarios”, dijo a Presentes Susy.

Ritual de los bordes

Cabaret Noches Bizarras nació en plena crisis económica y estallido social de 2001 en un espacio cultural de Buenos Aires llamado Giribone, donde confluyeron artistas que venían del teatro, la música y la impro. Se reunieron por la urgencia de expresarse en momentos donde el caos era lo cotidiano y había que inventar posibilidades a fuerza de deseo. Después del Giribone estuvieron nómades por acá y por allá, pasando por una larga estadía en El Burlesque, un pequeño bar del Congreso.

Hoy las Bizarras se presentan en El Emergente, con un despliegue cabaretero que hace pensar en la “Moulin Rouge sudaka”, donde te reciben misteriosos cuerpos con bombín, otrxs cuelgan de una tela y mostras de body, piernas y barba bailan coreografías. En el transcurso de la noche hay sketchs que varían y otros que ya son un clásico, como el chat hot-line, la cholita que perdió los estribos o la maestra que abusa del alcohol.

“Este año hay un elenco hermoso, renovado. Me parece que Pauli Garnier indudablemente es el eje fundante de esta época nueva, con un sello personalísimo y a la vez generoso, también con una súper banda que es Talkin to Machine, que es parte vital de las Noches. Yo he cambiado porque ahora soy una suerte de tía que anda en las sombras aleteando: hay muchísima juventud maravillosa que me encanta que esté y sea parte. Giancarlo Scrocco, José Busacca, Emiliano Carrazzone, Sol Tunni, Carola Vázquez. Somos un entramado comunitario de hacer teatro, la demostración de que nos podemos bajar de un montón de lugares para seguir jugando en ronda”, dijo Susy.

Y en ese entramado, ¿qué teje Susy?: “En la trama de estas noches, soy la madama de los bordes”.

*Cabaret Noches Bizarras se presenta hoy a las 24 en El Emergente Bar, Francisco Acuña de Figueroa 1031. Entrada gratuita, a la gorra.